Our Dark Side {Ruggarol}

Conciencia

- estamos muuy muuy locos

- muuuy - empezamos a reir, los dos ya estabamos pasados de alcohol. Todo nos daba risa, hasta cuando el bartender nos pasaba nuestros tekilas.

- vamos a bailar ¿si? - tambaleandome, me levanté de la silla, la bajé de la cintura y la llevé conmigo. Saltamos, bailamos, reímos. La musica era increiblemente divertida y nos la estabamos pasando bien, ninguno de los dos pensaba pues al estar bajo la influencia del alcohol ya ni sabíamos cuanto es 2+2. La agarré de la cintura bruscamente llevándola hacia mí y ella rió. La agarré del cuello y la besé. Poco a poco, el beso iba subiendo de tono hasta el punto que yo tocaba su trasero. Ella se alejó de mí, dejandome con las ganas de seguir saboreandola.

- no ruggerín, no soy tan facil. Tendrás que ganarme. - mientras me decía esto, con dos de sus dedos hiva subiendo por mi pecho en forma provocativa. Una sonrisa perversa se dibujó en su rostro y dios, era tan sensual. Un grado de coerencia había en mí, así que si ella no quería, no lo haría. - vamonos, mi mamita debe estar muy preocupada - se rió, estaba tan borracha que apenas pronunciaba palabras.

- me parece bien señorita - nos fuimos en un taxi perdiendo el equilibrio. Eso es todo lo que recuerdo de esa noche. Me levanté con una resaca de mierda, miré la hora y me dí cuenta que eran las 7:50. Joder, tenía grabación a las 8 así que me levanté y me vestí rápidamente.

Llegué al set y me doy con que Karol estaba en mi carmerino otra vez, pero ahora esperandome.

- ¿te divertiste anoche? - me dijo mientras se acercaba y tocaba mi pecho.

- si.. Digo no.. no.. claro que no, lo que pasó ayer fué un error.

- ¿un error? - dijo mientras se separaba de mí, apoyaba su mano en su cintura y su sonrisa seguía ahí, no entendía el por qué.

- vos sabes que tengo novia, no quiero lastimarla. Además vos sos menor de edad, no puedo estar con vos de cualquier manera.

- ¿quien dijo que yo quería estar con vos Ruggerito? A mi me parece que te estás confundiendo, solo fué un besito, nada más. Coqueteo contigo, no es que quiero ser tu esposa.

- mejor lo dejemos así.

- Si crees que está mal lo que hago, voy a respetarlo. Pero te recuerdo que algunas cosas que están mal pueden sentirse tan bien. - se acercó me besó en la comisura de los labios y salió de mi camerino. Tengo que admitir que tenía razón, se sentía tan bien. Siendo así, me hacía desearla aún más, estaba embobado y no me había dejado ni responderle, ¿cómo puede causar esto en mí?. Eres un idiota Ruggero, no podés hacerle esto a tu novia.