el inicio de la pesadilla

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El ser humano es capaz de adaptarse a básicamente cualquier situación, dejo en claro que he dicho adaptarse, no acostumbrarse.

Mi nombre es Kim Heechul, soy hijo de una prostituta y de un tratante de personas, notese decir, que no fui un niño deseado, a la edad de 6 años mi madre me vendió a una red de prostitución que le ofreció un muy buen dinero por mi, ya que, a pesar de ser niño, mis facciones desde pequeño siempre fueron mas que femeninas y atractivas.

Las primeras veces me resistía, gritaba, trataba de huir de las manos de quien, en ese momento, me tenía en sus manos, y al terminar me sentía sucio, usado y muy lastimado, física y mentalmente, cada noche, después de terminar mi trabajo, Tere, la señora mexicana que hacía el aseo del lugar donde trabajaba, me daba un pedazo de pan y chocolate caliente, además de enseñarme a hablar algo de español, si no hubiese sido por ella, me hubiese suicidado tiempo atrás.

Después de cenar, me daba un baño y lloraba bajo el agua, no podía comprender como una madre podía querer tan poco a su hijo como para venderlo, después de unos años comprendí que nadie es indispensable, que todos somos reemplazables y que de nada sirve ser amable e inocente...el mundo te corrompe.

Una noche, cerca de las 2 de la mañana llegó un hombre, totalmente alcoholizado, de unos 40 años, y pidió a alguno de nosotros, el me escogió a mi, el trato con los clientes siempre es, nada sin condón, nada de charlas personales, y nada de golpes sin la autorización del prostituto.

Esa noche, ese desgraciado violó las tres normas, al llegar al cuarto yo empecé a quitarme la ropa, el negó con la cabeza y me pidió que me sentara, el se sentó a mi lado

-la vida es horrible.-dijo el entre balbuceos, yo asentí lentamente -nunca tuve que haber embarazado a esa p.ta, ella vendió a mi hijo, yo lo quería y ella no me permitió verlo nunca- fruncí el ceño, se parecía a mi vida, negué con la cabeza y recordé que en el mundo hay muchos chicos en mi situación, el hombre se veía destrozado, después volvió a verme, y la locura junto con la lujuria y la perversión se dibujaron en su rostro, se puso de pie frente a mi mientras yo seguía sentado y me dio una cachetada, tan fuerte que hizo sangrar mi nariz, traté de levantarme para salir corriendo pero me dio un puñetazo en el estómago y me tumbó, provocando que cayera al piso y que mi cabeza pegara contra un mueble, después de ahí todo negro, un tiempo después solo sentí como las estocadas perforaban mi ser, el desgraciado lo hacía sin condón el muy cerdo, yo no hacía ruido por miedo a que me diera otro golpe, cuando terminó, fingí estar inconsciente, sentí como algunos billetes caían en mi espalda, luego de unos minutos, se fue, dejándome mas humillado y dolido que de costumbre.

Amor o compromiso WATTYS2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora