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—¿Cómo va ese artículo, Spitz? 

Mentalmente conté hasta diez.

—Hola —dijo Priscilla, tocando la tabla dos veces con sus nudillos―. ¿Tierra a Spitz? Es octubre, mitad de temporada por el amor de Dios. Necesito un tiempo estimado de llegada para ese artículo deportivo de ayer. 

Respirando profundo, me di por vencida contando. Los números no entumecerían el dolor. La molesta voz de Priscilla Updike era como escuchar las uñas raspar una pizarra, lo suficiente como para que mis oídos sangraran y mis vellos se erizaran. 

Levantando la mirada, forcé una sonrisa. 

—Está progresando, debe estar listo para el sábado.

—Sólo asegúrate que lo esté. —Se arregló el cabello que ya estaba por encima del límite de la escala de esponjosidad. Rubia, tetona y una gran fan de Mary Kay, Priscilla era la imagen que venía a la mente cuando la mayoría de lagente imaginaba el bombón del sur—. Y no escatimeS en la cantidad de palabras. Todo el mundo sabe que sólo leen nuestro boletín de noticias para comprobar los resultados y ver lo más destacado. Asegúrate de incluirlos esta vez, en lugar de ir con una de tus tontas inclinaciones de interés humano. 

Sin embargo, la actitud mandona fue la razón por la que la llamé Pisszilla; sólo en mi cabeza, por supuesto. 

Cuando Pisszilla se trasladó a su próxima víctima, bajé la vista a la lista que había empezado al inicio del período. El periodismo era la única clase de escritura que brindaba Chariot High, y por lo general prestaba mucha atención extra. Pero desde que nuestro editor era el único que hablaba, no sentía la necesidad. Ni siquiera se daría cuenta si salía de la habitación. Ahora que estaba ocupada mordiendo la cabeza de otra persona (al parecer cada uno de los horóscopos de la semana pasada había terminado en muerte espantosa, un detalle por el que Pisszilla no estaba muy feliz), podía volver la mente a asuntos más importantes. 

Parecía tan obvio. No sabía por qué no lo había pensado antes. Ayer por la noche a las 3:42, cuando había estado medio dormida, medio delirante, me gustó haber llegado a la solución perfecta para mi emparejamiento. 

Un novio falso. 

Hooker no me podría emparejar, si ya estaba emparejada, por así decirlo. Todo lo que necesitaba era alguien que fingiera ser mi novio por un tiempo, y sería feliz. La clave del éxito era encontrar a la persona correcta. En la hoja de papel que había escondido sigilosamente debajo del hueco de mi brazo, en caso que alguien decidiese dar un tirón real y arrebatarlo, esbocé mis criterios bajo el título:

EL NOVIO FALSO IDEAL.
1) Debe ser capaz de guardar un secreto.
2) No debe tener miedo de Hooker.
3) Debe ser MASCULINO (no más malentendidos)
4) Debe estar dispuesto a trabajar barato y de acuerdo con el valor de un mes de servicio
5) Debe ser capaz de mantener las manos para sí mismo y la obligación de separar novio falso con la realidad. 

Números uno, dos, tres y cinco eran los más importantes, pero el cuatro no era negociable. El plazo de un mes lo haría más creíble, sobre todo para mamá. 

Luego, cuando el chico lo diese por terminado, no sería cuestionada con citas de nuevo. Me hallaría demasiado desolada, demasiado devastada por la pérdida de mi llamado primer amor. El plan era tan malditamente perfecto. Apenas me detuve de reventar en risa maníaca cuando sonó la campana. Hooker no era laúnica autora intelectual e intrigante en esta escuela. 

Ahora, si tan sólo pudiera encontrar a alguien que cumpliera con todos los requisitos, no tendría que ir a otra cita a ciegas por el resto de mi vida. La idea me tenía sonriendo con tanta fuerza, que mis mejillas dolían. 

Adorkable |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora