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Tubo un suave golpe en la puerta. 

Me quejé, enterrándome más en las sábanas. Mi cama era un lugar seguro, mi capullo, y no iba a dejarlo hasta que alguien me obligara.

Escuché la puerta abrirse lentamente, pasos en la alfombra, sentí mi peso moverse cuando alguien se sentó a mi lado. 

—Sally, ¿estás bien? —La voz era suave—. ¿Qué pasa, cariño?

Oh nada, mamá. Mi corazón es como un gran cardenal, pero aparte de eso todo está perfecto. 

—Sólo cansada —murmuré.

—¿Algo sucedió anoche? 

—Mmmm. —Me giré en mi costado, dándole la espalda. El recordatorio de anoche era como poner un cincel contra ese cardenal y presionarlo, con fuerza. 

No quería que me viera romperme bajo la presión. 

—¿Sally? —dijo, colocando una mano en mi espalda. Un par de lágrimas se escaparon por la preocupación que escuché ahí—. Sally, Harry está abajo. 

—¿Qué? —Aparté el cobertor de mi cabeza con pánico, girándome para mirarla. ¿Por qué estaba aquí? No podía dejar que me viera así. Arruinaría todo—. No puedes dejarlo subir, mamá.—¿Por qué no? —Su dolorosa expresión era conocedora. Demasiado tarde recordé cómo debía verme, con los ojos rojos e hinchados de llorar, las mejillas manchadas de lágrimas. 

—No... —Mi voz se rompió, luego volvió a salir en voz baja, con la garganta cargada de lágrimas—. No quiero verlo. 

—Oh, cariño. —Me abrazó con fuerza—. Está bien. Lo que sea que haya pasado lo superarán. Siempre lo hacen. 

Negué, envolviendo mis brazos a su alrededor. 

—Lo que sea que haya hecho —continuó—, no puede ser tan malo, ¿verdad? Tú y Harry siempre están bien juntos. 

Qué amable de su parte que asumiera que era culpa de él, pero lo único que Harry hizo fue decirme la verdad. 

¿Por qué más te besaría? Cerrando los ojos, mi corazón dio otra dolorosa patada. Nunca olvidaría lo que dijo. Por mucho que me matara, necesitaba dejar de pretender y comenzar a enfrentar los hechos. 

—Estamos mejor como amigos. —Odié las palabras tan pronto como
salieron de mi boca.

—¿Estás segura? —Mamá se inclinó hacia atrás, dejando las manos en mis
hombros—. Sally, tal vez... 

—Estoy segura. —Traté de darle fuerza a las palabras— Harry y yo terminamos, mamá. Será mejor de esa forma. 

Peinó mi cabello. 

—Pero Sally, era tu primer novio, tu primer amor.

Una de dos no estaba tan mal. Ella no sabía que mi primer novio de hecho no era ningún novio, sólo un chico ayudando a su desesperada y torpe mejor amiga. Mi pecho se apretó. 

—Lo superaré.

—Eso es cierto —añadió mamá con entusiasmo, cambiando tácticas— Habrá otros chicos. Estarán haciendo fila, sólo espera. 

Eso me sobresaltó. Había terminado las cosas del novio falso hace menos de veinticuatro horas, y ella ya estaba de nuevo en el modo emparejamiento. La idea de salir con alguien más aparte de Harry, novio falso o no, me daba nauseas. 

—Creo que voy a tomármelo con calma con los chicos, mamá. Mi corazón está un poco frágil ahora mismo. —Más como destrozado—. Necesito tiempo para recuperarme, ¿sabes? 

Adorkable |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora