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Hooker nunca podría haber muerto mejor. 

A medida que caía gimiendo y asfixiada, se aseguró de caer a los pies de Mercedes, casi tirándola en el proceso. Nuestra anfitriona parecía a punto de desmayarse. Cuando terminó, después que Johnny Ringo (Hooker) había tomado su último aliento y Doc Holliday (yo) soltando la última línea que no era ningún tipo de margarita, hubo un momento de silencio. 

Hooker y yo no le prestamos atención. Hicimos una reverencia, y la mitad de la sala estalló en aplausos, la otra mitad seguía luciendo como "¿qué diablos?".Tombstone estuvo en la televisión todo el tiempo, pero la mayoría no lo habíavisto. 

—Hombre, me encanta Tombstone. —Trent Zuckerman fue uno de los pocos que lo notó—. Fue como la mejor película de la historia. Lo has hecho muy bien, Lillian. 

—Gracias —dijo Hooker, quitándose el bigote. 

—Me refiero a realmente bien. —Luego trató de hacer un acento sureño— Soy tu Huckleberry. Hombre, eso fue impresionante. Ustedes dos son como leyendas. 

Hooker y yo nos miramos. Sonó más como un chico de Cali, y él ni siquiera consiguió decir la línea bien. 

—Tengo que ir a buscar a Cícero. —Hooker rió, dando la vuelta para irse—.Buen trabajo, Doc. 

Sonreí. Cícero era el último chico de juguete de Hooker, un estudiante griego de transferencia. 

—Tú también, Ringo. 

Trent se movió para seguirla, llamándola.

—Oye, Lil, ¡espera! 

Parece que Zuckerman tenía un flechazo. Me preguntaba si era el vello facial o el acento de Hooker. 

—¿Qué pasa con esa película? —Cuando miré hacia atrás, Harry negaba, mirando hacia Trent con el ceño fruncido—. No lo entiendo. 

Le di unas palmaditas en el hombro.

—Está bien. No es nada contra ti. 

—Sal, sé que tienes una cosa por ese tipo Kilmer, pero esa película apesta. Es por eso que nadie la ha visto. 

—No es así —discutí, retirando mi mano—. Y la gente no la ha visto porque esa es la definición de un clásico. Val estuvo impresionante como Doc Holliday, y las líneas en la película eran increíbles. 

—Pero él es viejo —se quejó Harry.

—Es un gran actor. 

—Sí, pero tiene como tres veces tu edad.

Me encogí de hombros. Val era Val. 

—¿Qué pasa contigo y los mayores? —Sonrió—. En primer lugar ese tipo Lucius, ¿luego Kilmer? Estoy viendo un patrón aquí, Sal. 

Mis mejillas se calentaron. Sabía que nunca debí haber hablado de mi enamoramiento por Lucius. 

—No es su edad.

—Entonces ¿qué? —preguntó. 

Dejé a un lado mi vergüenza y levanté la barbilla.

—Quizá sólo es una cosa por los chicos con acentos. Nadie hace un acento sureño tan sexy como Val. 

—Así que es la voz, ¿eh? —Harry levantó las cejas y sonrió. En una perfecta imitación de Doc, dijo—: Soy tu Huckleberry. 

Lo miré boquiabierta. 

—¿Cómo estuvo? —Cuando no dije nada, inclinó su cabeza—. Sal, ¿estás bien? No fue tan malo ¿verdad? 

Estaba perdida. Él no podía saberlo. Era una de las pocas cosas que no le había contado a nadie, ni siquiera a él. Mi voz desapareció en el momento que pronunció las palabras. Era mi línea favorita de toda la película, y lo había hecho tan bien, demasiado bien. A pesar que no se utilizó en una película romántica, el sentimiento siempre sonó como una promesa a mis oídos. Soy tu 

Adorkable |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora