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Abrazos. 

Manos.

Besos. 

Es en lo que pienso ahora como "el punto de Harry".

Los siguientes días fueron un torbellino. Para el viernes, sólo estaba tratando de no perder la cabeza. La idea que Harry tenía de un no-oficial "punto" en mi cuerpo era suficiente para hacer girar mi cabeza. Su barbita estaba de vuelta, y había un partido esta noche, por lo que Harry estaba volando alto. ¿Pero yo? Cada vez que me tocaba, Señor, cada vez que me miraba, mesentía disparada. La forma en que me había estado mirando últimamente debería haber sido criminal. Era demasiado fácil para Harry fingir cómo se sentía. Miradas íntimas, suaves caricias, sonrisas secretas, si su carrera en el fútbol se estancaba, siempre estaría la actuación. 

Cuanto más tiempo pasaba con mi nuevo novio falso, más difícil era notar la realidad de la ficción. 

Como ahora mismo. 

Él está caminando conmigo hacia alemán, mi mano agarrada en la suya como si hubiésemos caminado de esta manera durante años. Como la imbécil que era, no podía dejar de pensar que nuestras manos encajaban a la perfección. 

Actualmente todos, incluso Hooker, nos reconocían como pareja. Todavía era Spitz la chica tonta que maldecía en alemán cuando se enojaba o molestaba. Y él todavía era Harry el fenómeno de fútbol que fingía no ver a las chicas que lo miraban de manera incitadora que pensaban que no veía (lo cual hacía). Pero incluso esas repulsivas zorras pensaban que Harry y yo éramos la cosa real. A ellas simplemente no les gustaba. Era como que estaba bien coquetear con él porque, a sus ojos, yo era reemplazable. Cualquier día de estos Harry se daría cuenta de su error y me dejaría. Pensaban que podían separarnos con una falda corta, una mirada coqueta, una sacudida de cabello bien hecha. Era frustrante. 

En primer lugar, ¿podía conseguir un poco de solidaridad fraternal, por favor? Y en segundo lugar, ¿qué diablos estaba mal con todo el mundo? El objetivo de este plan había sido convencer a la gente, pero no había esperado que fuera tan bien. ¿Nadie lo entendía? Nada de esto era real. Harry sólo iba con los movimientos de ser un novio; todo era sólo un juego. 

Más importante aún: ¿Yo no lo entendía?

Mientras él me enfrentaba, levantaba mi mano y me daba un beso de infarto en mis nudillos, la respuesta era tan embarazosa como estaba diciendo. 

Dios, era una tremenda idiota.

—Nos vemos en la asamblea —dijo, su mirada cada vez más preocupada—. No te preocupes, ¿está bien? Si dice cualquier cosa ofensiva, poli o no, le daré cinco en la cara. 

El hormigueo que se disparó por mi brazo momentáneamente robó mi audición, así que lo que dijo no se hundió hasta que entré en clase (temprano por fin), tomé asiento y encontré a Hooker con la misma preocupación escrita en su cara. 

—Habrá terminado antes que lo sepas —dijo—. Puede que ni siquiera tengan que hablar. Él va a estar demasiado ocupado mientras todos los demás le besan el trasero. 

Antes que pudiera preguntar lo que quería decir escuché una voz por el intercomunicador.  

—Los de último año por favor repórtense en el auditorio para la asamblea de hoy Combatir el Delito. Vamos a estar llamando a los de tercer año en los próximos minutos, y después los de segundo año y posteriormente primer año. 

Cerré mis ojos. 

—¿Qué? —dijo Hooker—. ¿No me digas que lo olvidaste? Spitz, te da miedo este día. 

Adorkable |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora