Los agresivos golpes en la puerta pusieron en alerta a Cedar. Se encontraba en el baño contestando la llamada del equipo de seguridad, les había advertido que no fueran a la habitación de su mujer. No quería a ninguno, humano o especie oliendo su esencia. Gruño bajo... les mataré, se dijo. Pudo escuchar los apresurados pasos de Crystal en el corto trayecto hacia la puerta. la mujer abrió la puerta teniendo la certeza de quién se trataba. la imagen del hombre furioso en su puerta no le dejó ninguna duda.
-¡Que no ves la hora! no estás aquí para descansar ¡Estúpida niña! No eres más hija de tu padre porque no naciste varón... ¡Igual de inútiles! ¡Y date un baño por Dios, apestas a sexo!-. El portazo en la habitación fue tan rápido tanto como el grito obsceno del hombre.
Crystal camino de vuelta hasta la cama, contempló la camiseta y sus pantis sobre el suelo de la habitación. El dolor sordo entre sus piernas le aseguro que no había soñado aquello. Sus ojos se llenaron de lágrimas al descubrir que estaba sola, humillada e insultada en la habitación de aquel hotel. Se abrazó a su misma mientras volvía recostarse entre las sábanas y sollozaba con fuerza. -¡Eres una estúpida! ¿Quién querría estar a tu lado?-. Se dijo con rabia y odio, por pensar que las cosas serían diferentes. Unos brazos la sobresaltaron. Ella gritó por el susto.
-¡No vuelvas a llamarte tal cosa!-. Crystal abrió los ojos para ver la mirada airada del macho. No lo pensó, solo saltó sobre él, sin tomar en cuenta su desnudez y quedó a horcajadas del macho atándose con fuerza de su cuello.
-Pensé que te habías ido-. Dijo entre sollozos. Cedar miraba la puerta con tal odio que podía derretir la madera delante de él. Había escuchado la voz del humano, sus instintos le decía que le diera caza y le hiciera pedir perdón a su compañera. Sin embargo, la necesidad de consolarla era aún más poderosa que su deseo por destripar al hombre de gusto desagradable. Alejo el cuerpo de Crystal del suyo y le miro a los ojos, en ellos había tal intensidad que la mujer casi se perdió en el mar azul.
–Yo nunca te dejare, tu eres mia y yo soy suyo. Nunca te dejaría-. Crystal vio la verdad en los ojos del macho y le sonrió de forma tímida. Cedar la tomó en brazos y la llevó hasta la bañera. Crystal volvió a saber lo que era sentirse venerada, amaba y saciada como solo el macho le había hecho sentir. Ella pensó que no podría ser más feliz que como lo era en ese momento.
Crystal veía extrañada como las fosas nasales de las especies que le pasaban cerca se agrandaban y le miraban con asombro. Eran las nueve de la mañana, los jardines del hotel estaban totalmente ocupados con ejecutivos y empresarios que deseaban una tajada de lo que significaba para el mundo tener alguna asociación con la ONE. Ella había optado por un vestido de gasa color rosado suave y unas zapatillas marrones de plataforma, junto a una chaqueta suave de color azul pálido, era fresco y adecuado a la situación, en la ignorancia por su atractivo; no se dio cuenta que tenía al macho que le vigilaba al borde de un colapso. Cedar se encontraba del otro lado del jardín, sin embargo, Crystal noto que esta vez había algo que había cambiado. Los del ONE, pululaban tanto a su alrededor que le habían estado poniendo de los nervios. Los ojos de Cedar se posaban sobre ella como águila vigilante y en ocasiones cuando él hacía que coincidieran, pasaba sus dedos por sus brazos provocando un escalofrío que se extendía hasta todo sus cuerpo. Una ola de excitación se extendió por su cuerpo y sus pezones se contrajeron mientras sentía la humedad colarse en sus pantis color piel, cuando el macho posó sus labios sobre una copa con soda. El macho a su lado jadeo llamando la atención de Crystal. Un carraspeo le hiso voltear para ver al macho especie a menos de dos pasos de sus posición mientras sus fosas nasales volvían a extenderse.
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Cedar. Nuevas Especies. Libro 3
FanfictionCedar, uno de los miembros del consejo de especies encabezado por Justice North, se caracteriza por ser un macho bromista, alegre y sobretodo centrado y observador. Su vida en cautiverio fue tan fácil como la de las demás especies. Se juró que cuand...