Instant Chaos [Camren]

III [C]

Lauren: "¿Podemos hablar de negocios? Creo que voy a firmar el contrato."

El mensaje me pilló de improvisto mientras escuchaba una de las maquetas nuevas de una cantante de la discográfica. Paré la reproducción para responderle el mensaje a Lauren.

Camila: "¿Te sale muy caro el hotel? Puedes venir a cenar a casa. Sé que no es la mejor opción porque está Lindsey y se emocionará al verte pero es mucho mejor llevar la conversación en un terreno lo más distendido posible."

Lauren: "No te preocupes, Camila. Me lo puedo permitir. Claro, dame una dirección e iré, no tengo nada mejor que hacer... Así que, sí. Por cierto, ¿Qué le pasa a tu hija conmigo?"

Camila: "No sé por qué pero está obsesionada con tu música... Quiere una guitarra parecida a la tuya y yo tengo que mediar con que ella es demasiado pequeña para coger una con sus manos."

Lauren: "Yo le daría una para que hiciera músculo."

Camila: "Es demasiado pequeña."

Lauren: "Vale, vale... No va a funcionar. Bueno, entonces quedamos esta noche en... ¿La discográfica? ¿Tu dirección es la discográfica?"

Camila: "Piso Octavo. Llama antes de entrar."

Dejé el teléfono a un lado y volví al trabajo. Una vez dictaminé mi decisión respecto a la maqueta, cerré el despacho y me fui a mi casa, bueno, subí un planta para ir a mi casa.

— ¡Mami!

— Hola, cariño. ¿Qué tal la guardería?

— ¡Muy bien! Hoy nos han dado oreos para merendar. La profesora nos ha dicho que ya somos mayores.

— Es que lo sois, estáis creciendo muy rápido.

Dejé mi chaqueta a un lado y me senté en el sofá. Lindsey estiró los brazos para que la cogiese y yo la coloqué en mis muslos.

— Eso significa que... ¿Puedo tener una guitarra?

Entrecerré los ojos para mirarla con cara de enfado falso, a lo que ella respondió con una sonrisa inocente.

— No. Aún no...

— Jo... —hizo un puchero.

— Pero tengo una sorpresa. ¿Qué quieres cenar hoy? Tenemos una invitada.

Lindsey puso cara pensativa mientras yo la abrazaba con cariño.

— ¿Podemos cenar tacos? Quiero tacos... Pero no de los que compramos ya hechos... Quiero tacos caseros.

— ¿Como los de la abuela?

— ¡Sí!

Cogí el teléfono de la mesita del salón y llamé al cattering para que me trajesen los ingredientes para hacer los tacos en casa. Hacía mucho tiempo que no cocinaba, y la verdad es que se me antojaba hacerlo con mi hija.

Lindsey se levantó y correteó por casa para coger su guitarra de cartón. Empezó a tocarla como si sonase de verdad y yo reí mientras empezaba a cortar las verduras en la encimera.

— Mami, mami, mami, mami. ¿Viene Lauren? —preguntó tirando de mis pantalones exigiendo una respuesta rápida.

— Cariño, estoy cortando, ten cuidado...

— Ouch, lo siento —se disculpó apartándose y caminando hacia atrás. Casi se cae al perder el equilibrio, ha heredado el equilibrio de su madre.

— Ten cuidado, Linds.

— Mami... Pero, ¿Es Lauren?

— Sí... Es Lauren, pero pórtate bien. Quitaste toda la seriedad de la reunión con tu aparición estelar.