TessaClark » Liam P. (#5)

treinta y cinco.

Y ahí estaba, Liam frente a Tessa o, ¿Tessa frente a Liam? ¡Cómo sea! Ahí estaban los dos. El chico no sabia dónde meter su cabeza de chorlito ya que se sentía, en parte, avergonzado de alguna manera con ella, además de estar encantado con la belleza de la chica. Se había bañado, peinado y arreglado la chica y a Liam le encantaba eso. ¿Acaso se había arreglado para él? ¿Eso significaba que nunca se bañaba Tess?, Liam comenzaba a divagar en su mente sucia que relacionó, en cuestión de segundos, la palabra baño con el cuerpo desnudo de la chica. Sacudió su cabeza de inmediato, aquel silencio de ambos lo estaba haciendo ser el pervertido de siempre.

—¡Hola! —sonrió Liam, intentando quitar la tensión del momento.

—Quita esa sonrisa, Liam —el rostro impasible de castaña cohibieron al muchacho—. ¿Crees que estoy contenta contigo? Por tu maldita culpa salí a la mitad de una cita sólo porque el señorito me tenía preocupada. ¿Si sabes que eso no de le hace a una chica, verdad? —golpeó el fornido pecho de Liam.

—¿Entonces no te arreglaste para mí sino para tu novia? —hizo un puchero, desilusionado.

Tessa pareció sorprender que su pregunta, sin embargo intentó seguir seria ante él.

—Eso no te incumbe... —respondió mirando hacia otro lado.

—Mira, Tess, debo de ir a comprar algunas cosas y me gustaría seguir charlando contigo, pero parece que no ha venido a decirme mas que cosas sin mucha importancia... Te veo luego, ¿sí? —rodeó la pequeña figura de la chica y se encaminó al elevador. Tessa lo detuvo del brazo.

—Dejé a una persona en un restaurante por ti ¿y crees que son cosas sin importancia? —susurró la chica, con la mirada gacha.

—Bueno, si solo vienes a reclamármelo, entonces sí. Si vienes por una razón en específico, entonces te escucho.

Liam había dejado de sonreír desde hace mucho y pareciera que la única que había logrado que apareciera aquello de nuevo, lo estaba ahora obligando a guardarla otra vez. El chico ya no sabía cómo entender a las chicas, cuando salía con Ashley creía comprenderla y sobre todo conocerla, pero pareciera que las chicas evolucionan con el tiempo, evitando que los chicos puedan acercarse a ellas.

—Vete —le dijo ella. Tenía las manos hechas puño, pero Liam no alcazaba a verlo.

—Bien... —continuó con su marcha al elevador.

Desde ahí logró ver la figura de Tess y notó cómo sus ojos estaba cerrados y sus brazos abrazando su propio cuerpo. Un pinchazo en su pecho le hizo reaccionar. Aquel Liam que se comportaba tan insensible y el que estaba a punto de irse por el elevador, fue el mismo que hizo alejar a Ashley. Se había prometido cambiar y dejar de ser un completo imbécil, no podía romper su propia promesa.

Salió del elevador y a zancadas largas llegó hasta la chica, envolviéndola entre sus fuertes brazos. El respingón que la chica dio le hizo entender que no se lo esperaba y que, como lo imaginó, estaba llorando.

—Véronica me dijo que te vas y que a lo mejor no volverás nunca —murmuró en pecho de Liam y entre sollozos.

El chico supuso que algo le habían dicho a Tess como para hacerla venir a su departamento. También imaginó que sería su jefa y que no le diría exactamente la verdad. Liam pretendía volver, aunque tampoco sabía qué le esperaba en Londres y si habría algo que lo mantuviera por mucho tiempo allá.

—Lo siento... —Liam no estaba seguro si decirle que volvería porque tampoco quería hacer promesas que posiblemente no cumpliría.

El único sonido que se escuchaba en el pasillo eran los sollozos de Tessa, la escena era como una despedida y Liam comenzaba a comprender que después de ese día, ya no vería a Tessa por quién sabe cuánto tiempo. Sentía la necesidad de besarla, de decirle que si en algún momento ella le hubiera dicho que le correspondía su enamoramiento, él la hubiera hecho muy feliz, que si ella le hubiera dicho que tenía esperanza él a lo mejor no se iría tan miserable a Londres, pero todas esas palabras se quedaron en su garganta, sin poder salir. Liam ya no quería ser rechazado, él estaba cansado de eso.