Awakening

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Regina

Me levanté a media noche para ir al baño.
Emma seguía durmiendo.

Me apoyé en el marco de su puerta. Me aferré a esa línea imaginaria que nos separa la una de la otra. No puedo romperla, no puedo cruzarla. Es inexistente, pero demasiado real para no verla.

Me falta algo en el corazón, lo noto cada vez que respiro. Ya no respiro como antes, me falta algo que no sé reconocer.
Pero mientras la observo descansar, siento que ese vacío se llena de algún modo. Ella es lo que me falta.

Sé que estoy condenada a vivir eternamente sin ella, medio viva, respirando a medias y con el corazón vacío. Pero no puedo remediarlo.
Tengo que decirle adiós, pero no puedo cerrar los ojos ante su dolor.
Necesita mi ayuda. Y tengo el corazón roto, porque no me cuenta lo que le pasa, y no puedo ayudarla. Sé que puedo hacerlo, lo sé...

Lo que le di anoche sirve para dormir, pero es un remedio natural contra la depresión. Yo lo tomé durante un tiempo, y funcionó. Pero porque yo quise que funcionara. Ella está tan hundida que le da igual si funciona.
No puede ser que no coma. No puede ser que no duerma. Si sigue así, acabará seriamente enferma.

Aún estoy a tiempo de ayudarla.

Me volví a la cama y cerré los ojos sin dejar de pensar en ella. Es todo en lo que pienso desde que me levanto.

Al despertar, el aire era aún más frío.
Me levanté y fui a...a nada en realidad...

Su cama está vacía.
Ese dolor fue demasiado real, necesité apoyarme en el marco de la puerta para no caer.

Como alguien que ha pasado la mayor parte de su vida sola, puedo decir que el abandono duele más que la soledad.

Había hecho la cama, y me acerqué al ver la nota sobre la almohada.

"Gracias por dejar que me quede, Regina. Gracias de verdad. Pero no quiero molestarte más. No merece la pena. No merezco la pena...
Me voy antes de hacerte daño."

Pudo haberse ido, pero su presencia seguía allí.
Empecé a hiperventilar y a marearme. Me senté al borde de la cama. Soy imbécil.
Esta es la razón por la que no dejo entrar a nadie en mi vida. Pero no entiendo lo de "Me voy antes de hacerte daño."

Hay demasiado, demasiado dolor en el aire.
Estoy confusa. No sé como debería sentirme, no sé ni por que me afecta tanto.

La he dejado entrar y se ha largado.

Me vestí y fui hasta su oficina.

Me paré al verla sentada en su silla. Tenía la mirada perdida y triste.

-¿Emma?- Me acerqué. -¿Qué haces?-

-Trabajar...- Levantó la mirada asustada. -Lo siento, tenía que...-

-Te has ido y solo has dejado una nota.- Recordé apretando los dientes. -¿Crees que eso es normal?-

La sheriff apartó la mirada llorosa y arrepentida.

Volví a sentirme mal por ella. Sé que si quiero ayudarla, me va a doler. Sobre todo porque ella ya tiene a otras personas mejores que yo que podrían ayudarla. Pero esos retrasados ni se han dado cuenta de lo mal que está.

-Lo siento...- Le costó pronunciar bajando la mirada. -Lo siento mucho.-

Yo suspiré y dejé caer el peso de mis hombros. -Está bien...-

-¡Hey!- Irrumpió Mary Margaret. -¿Que tal anoche? Ya veo que triunfaste...-

-¿Que?- Me giré hacia ella.

Lost GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora