This cruel world

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○Emma○

Paramos en el semáforo.

-Emma...- Pronunció mi padre. -¿Estás bien..?-

Yo clavé la mirada en la chaqueta gris. -Tengo que encontrarlos.-

-Quizás deberías...tomarte un deacanso y dejar esto en nuestras manos...-

-Ni hablar.- Levanté la vista.

Él siguió hablando, pero no pude escuchar una sola de sus palabras.

-Henry...-

-¿Como dices?-

-¡Henry!- Me bajé del coche y salí corriendo dejando la puerta abierta. -¡Henry!-

-¡Mamá!- Vino corriendo hacia mi.

-Chico...- Lo abracé con todas mis fuerzas. -Dios...- Recuperé algo de aire.

-Tenemos que volver...- Tembló. -Mamá...-

-¿Y tu madre?- Sujeté sus hombros. -¿Está bien?-

-Ella está...no lo sé...- Sollozó.

-Está bien...-

Me lo llevé a comisaría y David le trajo un chocolate caliente.

-No quiero chocolate, hay que encontrarla.-

-¿Qué ha pasado?- Pregunté intentando relajarlo.

-Ella sigue allí, sigue en su barco.-

-¿Garfio?- Dudó mi padre.

Henry asintió. -Está allí por mi culpa.-

-Henry...-

-¡Es cierto! ¡Cerró la puerta para que no fuera a por mi! ¡Se quedó atrapada con él!-

-Más despacio, chico...¿un barco?- No recordaba haber visto ninguno.

-Es invisible...- Tragó saliva. -Emma, tenemos que volver a por mi madre.-

No me pareció extraño que me llamara por mi nombre. Ella es su madre. Y no voy a dejar que le pase nada malo por mi culpa.

-Tu no lo entiendes...me cambiaba los pañales y se quedaba despierta toda la noche hasta que me durmiera, Emma...- Dijo desesperado. -No le puede pasar nada malo, no es justo.-

Apoyé mi mano en su mejilla y miré directamente a sus ojos. -La voy a traer de vuelta, Henry. Lo prometo.-

-Le ha hecho daño, mamá...- Le cayó una lágrima. -Le ha hecho daño...-

*

Regina●

Me deslumbraron unas luces sobre mis párpados. Intenté abrir los ojos, pero me pesaban demasiado.
La cabeza me daba vueltas y sentía el frío más crudo sobre mi espalda.

Distinguí las copas de los árboles y la luz que se colaba entre las ramas. Estábamos en el bosque.
Tiraba de mi por las piernas y me arrastraba sin problema alguno sobre las hojas.

-Mmm...- Murmuré sin fuerzas para gritar o pedir ayuda.

El frío se volvió entonces más real. Se me calaba en los huesos y me penetraba hasta el corazón.
Unos vaqueros negros, botas negras y un corsé, eso era todo. Y el frío me mataba, se clavava en mi como puñales.

Empecé a temblar y me soltó al ver que despertaba. Intenté darme la vuelta para incorporarme, pero era trabajo pesado. Todo me dolía con el frío, tenía moratones en los brazos y quemaduras del frío en las marcadas clavículas.
Conseguí levantar la espalda del suelo.

Lost GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora