Lost Girl

I need you

○Emma○

Volví a casa de mis padres y les conté que todo el asunto de Killian no había sido más que un malentendido.

-¿Qué quieres decir?- Mi padre se cruzó de brazos. -¿A quién tengo que partirle la cara?-

-A nadie.- Me asombró el parecido de su reacción a la de Regina. -Fue todo un malentendido.-

-Lo que tu padre quería decir, estoy segura, es que, ¿por qué le besaste entonces?- Opinó Mary Margaret.

-No lo hice.- Aclaré. -Yo No Besé al Pirata. Bueno, si lo hice, pero no fue legítimo.-

-Está bien...- Refunfuñó mi madre. -Pero tienes que ponerte las pilas, hija. Los finales felices no aparecen de la nada, hay que trabajarselos.-

-No, por dios...otra vez no...- Me tiré sobre el sofá.

Tuve que soportar otra charla sobre mi potencial y mis deberes. Todavía no se han dado cuenta de que no me sirven de nada. Nada de lo que sale de sus bocas suena real.
Son padres, ¿qué van a decir? Se sienten culpables por haberme abandonado y que me haya desperdiciado, pero aferrarse a la idea de que soy una salvadora no va a hacer que lo sea.

La única persona con quién me siento útil es con Regina, lo digo de verdad. Soy su Salvadora, o eso dice ella.
Y si te paras a pensarlo, es muy fuerte. Eres la opción de alguien, eres su primera opción. Esa persona pasa tiempo contigo por decisión propia, piensa que eres más de lo que eres y no quieres decepcionarla. Y sientes que por mucho que te lo sacudas, ese sentimiento mutuo no va a desaparecer.
De pronto, ese alguien ha dejado una marca tan profunda en ti que no puedes dejar de pensar en ella.
Entonces te invade una sensación de vacío al darte cuenta de que puedes perderla. Gritarias su nombre hasta quedarte sin voz, y lo sabes.
Es todo tan extremadamente raro y desconocido que da miedo. Pero el amor te vuelve tonto, y como eres idiota, te metes de lleno en él.

-Deberíamos dejarte algo de tiempo libre para que te trabajes un final feliz.- Opinó mi madre. -¿Qué te parece si nos llevamos a Henry de acampada otra vez? ¿Le parecería bien a Regina?-

-Supongo...-

-Entonces hecho.- Zanjó mi padre.

-¿Por qué me da la impresión de que no me dejareis en paz hasta que consiga un "final feliz"?- Intervine. -¿No os basta con lo que tengo?-

-¿Qué tienes?-

-Pues...- Me quedé en blanco. Lo único que había querido desde pequeña era tener una familia, pero saben que aún no he logrado mi final feliz, y no puedo decirles que es ese. Ellos están plenamente convencidos de que los cuatro somos una familia perfecta, pero yo no lo siento así. Además, hace años que no pienso en la idea de tener algo parecido a una familia.

Quería gritarles que mi final feliz no es una persona. Mi final feliz es formar parte de una familia. Ahora lo sé.

-Encontrarás el amor, ya lo verás.- Aseguró mi padre.

Resoplé de frustración y me marché pegando un portazo.
Sé que solo están intentando ayudar, pero no lo hacen. Si no pensara que lo hacen por mi, hace ya mucho que me habría largado.

Me fui a mi oficina a intentar poner un poco de orden y retomar el control. Me puse al día de los asuntos importantes y resolví un poco de papeleo.

Me llegó un mensaje de mis padres diciendo que se habían llevado a Henry de acampada. Son agobiantes.
El otro mensaje fue de Regina, preguntando si ya había hablado con mis padres sobre Killian.

Le pregunté si podía acercarme a su casa para explicárselo mejor, y ella sugirió que podía quedarme allí a ver una peli para no tener que volver a casa a estar sola.