Lost in The Forest

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○Emma○

Escuchaba su voz. La escuchaba si cerraba sus ojos. Y la veía, demasiado lejos como para que yo pudiera alcanzarla.
Prununciaba mi nombre en la oscuridad, cuando ya no había nadie a mi lado y tenía miedo. Me sentía vulnerable y apartada. El eco de su voz retumbaba entre los arboles, pero no podía encontrarme.

Quería que Regina me encontrara y me sacara de allí, para dejar de sentir el frío y la soledad. Pero ella no podía.
He pasado toda mi vida aquí, pero ya no quiero seguir. Quiero irme, con ella.
Pero nadie puede verme porque esta muy oscuro, demasiado como para que puedan oír mi voz, sin fuerzas, pero suplicante.
Creo que es todo una metáfora, porque ya es demasiado tarde para pedir ayuda. Estoy perdida en lo más hondo del bosque. Nadie me va a encontrar.

Veo unos ojos, unos ojos que albergan la clave oara sacarme de aquí. Pero son demasiado intensos para mi. Me siguen allá donde voy, cuidando de mi.

Abrí los ojos con fuerza. Puede que fuera solo un sueño, o producto de mi imaginación, pero era real. El frío era real, igual que la sensación de soledad. Lo sé porque aún las sentía.

Me incorporé, avergonzada de mi misma, y vi que ya estaba aterdeciendo. Me había quedado dormida.

Todavía podía ver sus ojos, sus brillantes y oscuros testigos de la crueldad y la maldad del mundo. Los de Regina, claro está.
Quería librarme de eso, de todo eso. No lo merecía, y sabía que era algo inútil, un desperdicio de tiempo y energías. Nada iba a sacarme de allí.
No sé qué me hizo pensar que tener una vida sería una buena opción. Debo seguir como hasta ahora. Así me ahorraré estas pesadillas sin sentido. Aunque no sé si puedo llamar pesadillas a algo en lo que aparezca Regina.

Me levanté y me puse una chaqueta. Hacía realmente mucho frío.
Me fijé en eso que sobresalía de debajo de mi cama, me agaché y tiré de ello.

-No puede ser...- Era el libro de Henry.
¿Como había llegado hasta ahí? Yo misma le vi marcharse con él.

Me asomé a la puerta y la cerré sin llamar la atención.
Dejé el libro sobre la cama, no tenía ninguna intención de leermelo.

Intenté resistirme, pero acabé por abrir el libro. Se abrió por una página que mostraba una gran imagen.
Y lo supe; esa era la chica brillante. La de los ojos de mi sueño. Sus ojos llenos de esperanza, como los de Regina pero sin la oscuridad.
Tenía la mirada triste y asustada, como si quién quiera que la hubiese retratado quisiera mostrar su lado más humano, más inocente. Parecía a punto de llorar pero el mismo miedo era el que la reprimia.
Otra niña perdida.

-¿Quién eres...?- Pasé la mano sobre la página.
Comencé a leer su historia, era una de tantas en ese libro. Pero para mi era especial. Y me sentí como si hubiera nacido para leerla.

Narraba la historia de una niña dulce e inocente; una adolescente sometida al poder de la oscuridad de su madre; una chica obligada a contraer matrimonio con un rey que abusaba de ella y que fue corrompida por el Ser Oscuro...La historia de alguien que, de tanto asomarse a la oscuridad, acabó perdida en ella.

Al final del todo, aparecía la pintura de un grabado en piedra. "La reina Regina".

El libro resbaló de mis manos a la cama.
Ahí acababa la historia de esa chica. La siguiente ya era la de La Reina Malvada.

Hasta ese momento no reconocí el rostro de Regina. Nunca me había parado a pensar que, en algún momento, no hubo oscuridad en sus ojos.

Cerré el libro de un golpe y lo tiré contra la esquina. -¡Ahg..!- Este tenía la culpa de historia de Regina, le había causado dolor.
Pero su poder era superior al mío. No podía cambiar lo que ya estaba escrito.

Lost GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora