Lost Girl

House of Memories

●Regina●

Those thoughts of past lovers
They'll always haunt me
I wish I could believe
You'd never wrong me
Then will you remember
Me in the same way
As I remember you

Ahí, estirada en el suelo, en medio del salón. Ahí me quedé con la música a tope.

-¿Regina?- Distinguí la voz de la sheriff llamando a mi puerta, pero no reaccioné
Estaba atrapada en mi mente. En un estado de reflexión profundo. Porque no se me da bien expresar sentimientos de ninguna de las maneras, y la música siempre me ayuda. -Regina, ¿estás bien?- Insistió. -Sé que estás ahí, se oye la música.-

La sheriff encontró las llaves enterradas en la maceta y abrió la puerta.
Entró unos pasos y me vio tendida en el suelo, con la mirda perdida en el techo y las manos sobre el abdomen.

Baby we built this house
On memories
Take my picture now
Shake it til you see it
And when your fantasies
Become your legacy
Promise me a place
In your house of memories.

Apagó el reproductor y se agachó.
-¿Estás bien?-

Yo seguí mirando al techo en la misma posición. No quería responder, no quería tener esta conversación.

-¿Regina?-

-No.- Me levanté y sacudí la falda de mi vestido rojo. -¿Qué haces aquí? Pensaba que estarías con el pirata...-

-¿Que?- Se extrañó. -¿Y qué iba a estar haciendo yo con él?-

-Pues no sé...¿besaros?- Sugerí guardando los discos.

-¿Y por qué habría de besarle?-

Volví a clavar la mirada en la nada al quedarme inmóvil. -Eso mismo me estaba preguntando yo...-

-¿De qué hablas?-

-Debe de ser por su olor a ron, o por el garfio.- Intenté bromear, pero sentí una fuerte puñalada. -Pero prefiero que me lo expliques tu, Emma...-

-¿Yo? ¿Por qué?-

-Porque tu eras a quién besaba.-

-¡Dios mio! ¿Estabas con mis padres?- Se alteró.

Ni siquiera respondí, solo bajé la mirada.

-¡No, Regina, no es lo que piensas!-

-Solo quiero saber por qué...- Suspiré. -¿Qué tiene él que no tenga yo a parte de ese olor a alcohol?- Sollocé. -No, no quiero saberlo...Está bien si no me quieres, lo entiendo, de verdad...Solo dilo deprisa para que yo pueda fingir que no duele.-

-Me besó, si.- Admitió. -Me agarró y me besó. Lo siento, no pude impedirselo...-

-¿Que?-

-Él era más fuerte...- Apartó la mirada.

-¿Qué estás diciendo?- Una parte de mi se alegró, la otra recupero el instinto homicida. -¿Tu no querías que te besara..?-

-Pues claro que no...- Se encogió. -¿Por qué demonios iba a querer besarle a él habiendote besado a ti?-

-¿Y por qué no lo mataste?-

-¿Crees de veras que es tan fácil matar a alguien?-

Asentí. Asentí con fuerza.

-Regina...- Negó. -Además, escuché llegar a mis padres y...-

-¿Y?-

-Les dijo que estamos saliendo...-

-¿Que les dijo, qué?- Parpadeé lentamente.

-Lo sé, pero no podía decirles que mentía...-

-¡¿Por qué demonios no?!-

-Porque él nos vio...- Explicó avergonzada. -Lleva semanas siguiendome y observandome...-

Me quedé sin palabras por un momento. Emma estaba esperando a que yo reaccionara.
-Es hombre muerto.-

-No.- Se interpuso.

-¿No?-

-No puedo dejar que mates a nadie. Matar está mal.-

-Solo voy a partirle el cuello.-

-No...-

-¡Te ha besado!-

-Los besos no significan nada.-

-Pero...-

-Los tuyos si.- Puso énfasis. -Los nuestros crean ondas expansivas mágicas.-

-Emma...- Apreté los puños. -Necesito matarlo...-

-¿Por qué?-

-¿Como que por qué? Te ha besado. Te ha hecho sentir mal, y no pienso permitir que nadie vuelva a hacerte sentir mal. ¿Me oyes? Nadie.-

-Regina...-

-No. A partir de ahora, si tienen un problema contigo, tienen un problema mucho mayor conmigo.-

Me calló con un beso.
Se agarró a mi nuca y me dejó sin aire. Estuve a punto de apartarla de mi para recuperar el aliento, pero solo podía tirar de ella hacia mi. La necesitaba cerca, más cerca.
Me sentí en lo más alto durante unos segundos. Mis paredes cayeron a mi alrededor, pidiéndome que subiera más, que alcanzara los límites del cielo.

Y perdí el hilo de lo que estaba diciendo.

-Emma...- Conseguí pronunciar.

-Lo sé...- Bajó la mirada hasta mis labios. -Lo siento...-

Asentí, dándole permiso para volver a besarme. Esta vez más fuerte, esta vez más apasionadamente.
Ella también sentía que estaba a punto de perderme, por eso no podía soltarme, por eso yo no podía soltarla.

Deslizó sus dedos por los hombros de mi chaqueta negra, poco a poco, hasta deshacerse de ella. Volvió a subir sus manos hasta mi cuello. Yo tiré de ella hacia mi, agarrandola por su chaqueta de cuero roja y pegando mi espalda a la pared del salón.
Necesitaba eliminar ese espacio que nos separaba, necesitaba sentirla en mi piel...

-Aguanta, sheriff...- Separé mis labios de los suyos. -Primero tienes que solucionar lo del pirata...-

-Joder, ¿lo dices en serio?- Hizo un esfuerzo sobrehumano por soltarme.

-Muy en serio...- Me mordí el labio. También era difícil para mi dejarlo así, pero no podía sacarmelo de la cabeza.

-Está bien, majestad... Les diré a mis padres que no estamos juntos...-

-¿Te acompaño?-

-No, será mejor que no... No quiero que sospechen y ya conoces a mi madre...-

-La conozco.-

-Entonces sabes que vive de los cotilleos, del amor verdadero y de los secretos.- Ladeó la cabeza.

-Lo hago.-

-Vale...- Continuó mirándome a los labios. -En tal caso será mejor que me vaya...-

-Deberías...-