Don't go please

2.1K 186 14
                                    

Regina

Poco a poco empecé a dejar de sentir el sollozo de la sheriff. Pero sus lágrimas seguían fluyendo, en silencio. Su respiración volvió a la normalidad y supe que se había quedado dormida.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y se me puso la piel de gallina al notar sus lágrimas. Un leve instante de debilidad antes de volver a sentir a mi salvadora sobre mi. Yo tenía que protegerla ahora, no debería sentirse así por mi culpa. Pero yo no podía secar todas sus lágrimas, algunas se me escapaban. Y no podía evitarlo...

La sentía sufrir sobre mi piel, sin remedio alguno ni causa aparente. Y se me partía el corazón poco a poco. Porque puede que ella no sepa que voy a levantarla cada vez que se caiga, que no me dedicaré a otra cosa más que a secarle las lágrimas y curarle las heridas...

Cogí la manga de mi camisa y limpié su mejilla con suavidad, para que no se despertara. Pero de algún modo, ella seguía con las mejillas empapadas y yo con la ropa húmeda al rededor de sus ojos.

Pero no era tan fácil arrebatarle la luz de sus ojos a Emma. Ella era fuerte, aunque aún no lo sabía. Escondía esa luz bajo las nubes verdes que formaban sus ojos, pero brillaba con intensidad.
Y me desharia en la oscuridad con tal de hacerla brillar, de hacerle saber que a veces está bien sentirse mal y no por eso te apagas. Ella nunca se apagaria. Jamás.

Cuando ves eso en alguien, no lo abandonas. Cuando ves esa luz en ellos que te hace sentir en casa, no puedes simplemente ignorarlo, no puedes cerrar los ojos, sientes su luz en tus huesos. Y no puedes creer que ellos mismos no la vean. Especialmente entonces no los dejas, cuando no pueden ver lo mucho que brillan. Tienes que estar ahí para recordarselo, cada día.
Cuando sientes eso por alguien, no te das por vencido.

Asustan las cosas que harías por esa persona. Lo dejarías todo por ella. Y te preguntas si el universo entero ha conspirado para juntaros, o si podrías haberlo visto en cualquier otra persona. Pero sabes que sería imposible sentir esto por otro.

Sentí como se estremecia y se hacía pequeñita, y la apreté con más fuerza hacia mi corazón.
No sabía si estaba soñando tenerla en mis brazos o si era real. No quería saberlo, solo seguir sintiéndola respirar. A salvo de todo, incluso de mi.

Y mis ojos también acabaron por cerrarse pensando en lo mucho que la amaba.
Si, la amaba.

Al despertar sentí su mano acariciar mi mejilla y sus labios depositar un tierno beso entre los míos. Y eso me confirmó que fue real, todo lo fue.

*

○Emma○

Tuve miedo de despertarla, pero tenía que agradecerle que siguiera a mi lado.
Por alguna razón, pensé que no lo notaría, pero abrió los ojos al sentir la intensidad de mis pensamientos.

Volví a sentirme avergonzada hasta que sentí su sonrisa bajo mis labios.

No recordaba muy bien lo que había pasado la noche anterior. Tenía vagos recuerdos, como si hubiera estado drogada. Recordaba el tacto de sus labios en los míos, y después estar llorando y seguramente decir alguna estupidez. Tuve miedo de algo y dejé de tenerlo cuando me abrazó, a pesar de las idioteces que debí soltar.

Quería pedirle perdón por mi comportamiento, pero sabía que no aceptaría mis disculpas. Así que me incorporé apartando la mirada y me hice pequeñita.
Tengo que dejar de hacer esto. Tengo que dejar de ser un lastre porque al final la gente se acaba cansando de ti, de tener que arreglarte cada vez que te rompes. Y muchos acaban optando por conseguir a otro nuevo. Tengo que dejar de romperme delante de Regina antes de que acabe harta de mi.

Lost GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora