Capítulo 01: Inicio.

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Desde aquel acontecer han pasado 10 meses, Dressrosa sigue su vida, aunque la gente murmura por las calles nadie toma en serio lo que se dice, cierta tarde Doflamingo se encontraba en la piscina de su lujosa mansión, disfrutando el sol, rodeado de mujeres hermosas, de repente llega Baby 5 con un Den Den Mushi el cual suena.

-Joven amo, una llamada de emergencia...- le acercó el aparato, él lo tomó y ella se alejó.

-¿Qué pasa Vergo?- hablo serio el hombre, pues esa línea sólo puede ser usada cuando la vida de alguien dependa de su decisión.

-Doffy, tengo malas noticias, la mercancía que se dirigía a Grand Line fue confiscada...- esa declaración hizo que las venas de la frente del rubio se marcarán y con una seña sacara a sus acompañantes.

-¿Cómo pasó eso?- exigió saber.

-Al parecer la Marina fue alertada...- el joven amo endureció aún más su expresión, ya llevaba unos meses con un dolor de cabeza, el cual amenazaba con no darle tregua.

-No puede ser... otra vez esa mocosa... ¡¿Verdad?!-

-Así es...- el hombre dijo con cautela, ya sabia como reaccionaria Doflamingo.

-¡¿Cómo lo hace?! Esa maldita mocosa me las pagará...- su grito resonaba por la casa, erizando la piel de los que se encontraban ahí. –¡Es la quinta vez, esto no puede seguir así, busca fugas! ¡Alguien nos está traicionando, vende información o algo así, no importa cuánto cueste o a cuántos mates, debemos resolver esto!-

-¡Así se hará!- la llamada termina, el hombre trataba de relajarse, pero la frustración era más.

¿Cómo lo hacía?

Ella ni siquiera pertenecía a la Marina, según sus informes la joven no salía de la isla y con ello era imposible que obtuviera información exacta, era cierto que por su padre podría hablar con miembros de la Marina, pero él tenía la protección de un almirante, no podría encontrar tan fácil esa información. Su único sospechoso era un amigo cercano a esa familia, Monkey D. Garp, pero ese hombre no podría obtener ese tipo de información. ¿Cómo carajos lo hacía?

-Joven amo ¿por qué no la mata?- estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se dio cuenta que se acercó una peliverde de mirada seductora, quien rodeo con sus brazos al rubio por la espalda, buscando relajarlo.

-Mi querida Monet, parece que no lo entiendes...- apartó las manos de la joven, se levantó volteándola a ver, su semblante daba miedo, sin avisar la tomó por el cuello, cortando su respiración. –No te das cuenta de que si algo le pasa, la Marina sabrá que tuve algo que ver...- la soltó dejándola caer bruscamente. –La subestime y ahora me tiene en sus manos... ¡Maldita sea!-

-No... no sabía...- la joven se levantaba mientras recuperaba el aire. –Perdone... mi desconsideración...-

-Da igual... debo pensar en algo, mis negocios dependen de ello...-

Mientras tanto en la residencia de la familia (t/a), un chico pelinegro entraba a la casa, traía el periódico y una enorme sonrisa.

-¡(t/n)! ¡(T/n)! ¡Buenas noticias!- su amiga se asomó desde el primer piso y al ver la sonrisa de su amigo, también se alegró y bajo corriendo las escaleras.

-¿Estas seguro Luffy? ¿Funcionó?- se acercó al chico y tomó el periódico, leyendo el encabezado.

"Otro negocio perdido para Jocker"

-¡Por su puesto que si, mi abuelo dijo que tu teoría fue certera otra vez y lograron interceptar el barco!- dijo alegre de poder ayudar a su amiga, ella lo abrazo con emoción.

-¡Que alegría Luffy!- se separaron después de unos breves momentos. –Aún seguimos sin encontrar algo que tenga la firma de Doflamingo, pero cada paso cuenta ¡Ya lo verás, conseguiré que se hunda y se vaya a la prisión!-

-¡Exacto, sabes que siempre cuentas con mi apoyo y el de mi abuelo! Shishishi, después de todo somos nakama...-

-¡Debemos celebrar esto! ¡Quédate a comer!- la mirada del pelinegro se iluminó de imaginar el banquete.

-¡Claro que si! Quiero carne...- ambos amigos se adentraron a la casa, felices por sus logros, se aseguraría de que la Marina arreste a Doflamingo algún día.

Ya en la noche, en la residencia Donquixote, Doflamingo estaba reunido con sus ejecutivos, Trebol, Pica y Diamante, quienes a diferencia de otras veces estaban muy serios, sus negocios se verían afectados si la Marina seguía confiscando sus mercancías.

-¿Qué haremos?- dijo angustiado Trebol.

-¿Acaso Akainu no puede evitarlo?- dijo muy serio Diamante.

-No, dice que la persona a cargo de la inspección habla directamente con Sengoku...- dijo con bastante frustración.

-Tal vez ya saben que es un traidor...- puntualizó Trebol.

-No creo que sea eso, dice que nadie es notificado... sino hasta que se hace todo el trámite...- se acostó en el respaldo del sofá. –Debemos detener a esa mocosa... matarla no es opción...-

-Tal vez... si debemos matarla- dijo Pica, los otros voltearon a verle.

-¿A que te refieres? Tienes algún plan- preguntó con curiosidad Doflamingo.

-Es cierto que si muere ahora, la conectarán con nosotros, pero, si acercamos a alguien que la vigile y de alguna forma estropee sus planes y al final la liquide, nosotros quedariamos limpios...- Trebol y Diamante estaban escépticos, pero Doflamingo lo razonaba y una idea más macabra se le ocurrió.

-Tienes razón... de hecho no necesitamos que alguien arruine sus planes...- los ejecutivos lo miraron con intriga. –Necesitamos alguien que la distraiga, gane su confianza y al final... acabe con ella- comenzó a carcajear.

-¿A quien le dejaremos esa labor? Digo esa niña es hermosa y posee dinero, cualquier hombre caería a sus pies...- cuestionó Trebol.

-No te preocupes, a quien tengo en mente es tan frío como el lugar del que proviene... fufufu, además ya nos ha hecho trabajos similares, nada diferente a lo que ya sabe hacer...- los ejecutivos se sorprendieron.

-Acaso hablas...- dijo Pica.

-Sí... claro que hablo de Law...-

Phantom Pain (One Piece. Law y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora