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Rumores.

Narra Kelly.
Vida real.

_ ¿Esta lista señorita? - pregunto el guardaespaldas.

_ Si... - dije en un suspiro.

Me tomo del brazo y me dio un tirón para salir fuera de mi casa. Me subió dentro de una camioneta negra. Dentro de esta habían un hombre más, vestido de negro sentado en el asiento del copiloto. Estábamos en un silencio total, nadie decía nada, hasta que uno se decidió por hablar:

_ Usted siempre se debe quedar a nuestro lado, ¿Me entendió? - dijo el señor que iba de copiloto.

_ Si... - murmure.

Siguió conduciendo hasta llegar a uno de los hoteles más lujosos de Miami, fuera del hotel habían varias chicas que estaban como locas gritando.

Los dos señores se bajaron del auto y me abrieron la puerta.

_ ¡Cuida a nuestro chico!

_ ¡Te odio!

_ ¡Eres una zorra!

_ ¡No te mereces a una persona como el!

_ ¡No te acerques a nuestro hombre, perra!

_ ¡Te vamos a matar zorra!

_ ¡Eres la peor!

_ ¡Harry se dará cuenta que no eres la indicada!

_ ¡Eres la mejor!

La mayoría de todos esos comentarios me dolían, me decían que soy una basura y que no merezco a una persona como a Harry... eso me dolía. Sentí unas inmensas ganas de llorar pero sabía que no tenia que llorar delante de ellas, eso no ayudaría mucho.

Entramos a la recepción del hotel y hay vi a Harry. Lo abrace y comencé a llorar en su hombro.

_ Baby... - dijo con una voz ronca. - ¿Qué pasa? ¿Te golpearon? - negué rápidamente. - ¿Quieres que vallamos a mi habitación y me lo dices hay? - asentí. - Bien, vamos. Gracias chicos. - le dijo a sus guardaespaldas.

Subimos al ascensor y yo aun lo abrazaba.

_ Dime que paso, amor... - susurro y yo me quedé callada. - Mírame. - me tomo de los hombros y me hizo mirarlo. - ¿Qué pasa?

_ Me dijieron cosas que me hisieron sentir mal... como una basura.

_ ¿Quienes?

_ Las chicas que están afuera.

_ Nena... ellas siempre van a ser así con todas las chicas con las que nosotros estemos. Pero no te preocupes, ¿Sí? Yo se que tu eres perfecta.

_ Gracias Harry.

_ No hay de que bebé.

Las puertas del ascenso se abrieron y bajamos de este. Entramos a la habitación de Harry y nos sentamos en el sillón grande.

_ Lamentó lo de nuestras fotos ya sabes... besándonos... - paso una mano por su pelo. - ¿Tienes un moño para el cabello?

_ Si, toma. - la saque de mi muñecas y se la di.

El tomó todo su pelo y se lo hizo un rodete.

Me quedo mirando serio, como si estuviera inspeccionando cada detalle de mi cara. Con mi dedo índice toque su mejilla, en la parte que se le marcan sus hoyuelos. El sonrió haciendo que se le notarán los mismos.

_ Lindos hoyuelos. - dije y el río.

_ No me gustan mucho. - se saco los zapatos. - ¿Te vas a quedar a comer conmigo?

_ ¿Quieres que me quede?

_ Si, ¿Te quedarías? - puso cara de perrito mojado.

Reí.

_ Si, me quedare. - tome mi celular y le mande un mensaje a mi mamá.

_ Pediré servicio al cuarto ¿Quieres? Así no vamos a ningún restaurante donde nos puedan molestar.

_ Cómo tu quieras.

Harry tomó un teléfono y llamo a la recepción.

Apoye mi cabeza en su pecho mientras el seguía hablando por teléfono.

_ ... Okey. Gracias. - dijo antes de dejar el teléfono en la mesa. - ¿Te gusta la pizza, no? ¿Que digo? ¿A quien no le gusta la pizza?

_ Si, me gusta la pizza. - dije riendo.

* * *

_ Hacia un buen rato que no comía pizza. - dijo limpiando su boca.

_ Ya es muy tarde. - dije.

_ ¿No te puedes quedar conmigo? - abrí más los ojos mirándolo raro. - No, no lo mal pienses. Solo quedarte conmigo. Mañana me iré y quizás no te vea en mucho tiempo. - hizo un puchero. - Por favor...

_ Le avisare a mi madre. - dije negando con la cabeza.

_ ¿Me lo tomo como un si?

_ Si.

_ Genial.

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