Être ici maintenant

85 21 2
                                    

Antes de que nuestras vidas en el campamento tomen responsabilidades, tenemos una tarde entera para disfrutar. Le cuento a Valentín mis sensaciones de la charla con Romeo pero no parecen importarle. Me dice: "Mañana lo hablamos Cami" y sigue revolviendo la comida en su plato. Ante su respuesta lo miro extrañada y decido seguir insistiendo. "Pero, ¿No te parece raro qué sepa de nosotros y qué no quiera que hagamos preguntas? Obviamente algo está escondiendo y tenemos que averiguarlo", le comento recordando la desconfianza que sintió cuando lo vi en la enfermería. "No hablemos de esto ahora, ¿Si? Mañana nos preocupamos, ¿Podemos,por hoy, jugar a ser dos chicos normales?". ¿Cómo le puedo decir que no a lo que me está pidiendo? Pasamos por tantas cosas desde aquel día en el que todo cambió y además, tenemos la tarde libre. Creo que nos merecemos un recreo.

Sin responderle nada, me levanto de la mesa. Voy a buscar a Theo y le pregunto algo al oído. Él me responde en secreto, luego se incorpora y desaparece. Me acerco a la carpa, agarro nuestras mochilas y guardo un algunas cosas. Salgo y él me da una bolsa con lo que le pedí. Le agradezco y voy a buscar a Valentín. "Vamos, juguemos a ser felices por un rato", le extiendo la mano y sin dudarlo, la toma y empezamos a caminar.

Y así estamos, de la mano, yendo hacia el lugar que según Theo es el más lindo en la zona. Sin alejarnos demasiado para sentirnos protegidos pero con la distancia suficiente como para olvidarnos por al menos unas horas del drama que nos rodea.

Ahora estando así, juntos, no cambiaría ni un segundo de esto que tenemos. Sentados frente al río, en una especie de picnic improvisado con lo que Theo pudo conseguirme a las apuradas, somos felices. A algunos tal vez les parecerá poco, a otros a lo mejor mucho, pero para mí es exactamente lo que necesito. Son momentos como este los que quiero tener en mi memoria. Por supuesto, esto no significa que me olvido de lo que nos pasó o lo que nos sigue pasando. Solamente juego un rato a pensar que mi vida es otra. Focalizo en que acá y ahora es donde quiero estar y con quien quiero estar. No pienso en el pasado, no pienso en el futuro. Siento y vivo solo en este instante y eso me hace inmensamente feliz.

Aprovecho esta tranquilidad para hablar con Valentín. Siento que lo conozco pero tal vez no lo suficiente o no como yo quisiera. Se acerca de su gusto musical y su amor por su hermana. Lo conozco en sus peores momentos. No sé nada de su vida antes de todo esto, de sus sueños, sus proyectos. No sé siquiera cuando es su cumpleaños, o su color preferido, si prefiere la playa o la montaña, los perros o los gatos. Si ya se, es muy superficial pero lo es si lo ponemos en este contexto, sino, simplemente soy una chica normal tratando de conocer un poco más al chico que le interesa.

Quiero saber un poco más de su familia pero es muy difícil hablar con él de ciertos temas. Suele cambiar de tema y llevarlo al olvido para evitar la repregunta. Pero hoy, no sé, lo noto diferente y empieza a contestarme sin ningún problema. Mientras me cuenta anécdotas de Olivia y él de chiquitos que logran partirme al medio de la risa, recuerdo que cuando deliraba el otro día nombró a alguien que nunca había mencionado así que de curiosa – y un poco para burlarme de él – le comento lo que decía y le pregunto acerca de ese "Fran" que mencionaba. Me mira y se empieza a reír. Me dice que no conoce a nadie con ese nombre y que debe haber sido fruto del delirio. Muriéndose de risa como nunca antes lo había visto, disfruta lo que le cuento sobre las pavadas que dijo e hizo mientras estaba con fiebre y se las exagero un poco porque me puede demasiado verlo así. Pasamos una tarde increíble, la mejor en mucho tiempo. Ahora sé que su cumpleaños es el 21 de septiembre, que su color preferido es el azul, que prefiere la playa, que ama los perros y que los gatos le dan alergia.

Creo que lo mejor sería que fuéramos volviendo antes de que oscurezca pero Valentín me pide no irnos todavía. Nos quedamos, entonces, hablando un rato más y observando el mix de colores que genera el atardecer. En este momento, recuerdo que le hice un pedido muy especial a Theo y saco de entre las cosas que me dio un reproductor de música y unos auriculares. Si pudieran ver como se transforma la cara de Valentín al verlo. Nos ponemos los audífonos y empieza a investigar desesperadamente la lista de reproducción. Después de un rato, sonrie y empieza a sonar "Trátame suavemente", canción que según me cuenta es la favorita de Olivia. No me pregunten que estoy pensando ni lo que provoca en mi este tema porque por primera vez en mucho tiempo estoy con la mente en blanco y simplemente me dejo llevar. Le tomo la mano y cuando me mira siento esa conexión que solo con él logro conseguir. Recorro suavemente con mis dedos los tatuajes de su brazo, esos a los que jamás le presté tanta atención como ahora. Me besa y lo que sigue me confirma que lo único que quiero es estar acá y ahora con él.

Sobrevivientes 2: MemoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora