‡My sweet devil‡ {Diabolicamente Dulce}

¿Bailamos? {Tetra}

Cuando Soul escuchó a su padre decir aquellas palabras, algo en su interior explotó, como cuando una gota de agua caía en el aceite caliente, simplemente reventó. Adoraba a su padre, pero estaba cansado de que le estuvieran diciendo lo que tenía que hacer todo el tiempo. Además... el castaño podía ser todo lo estúpido e idiota que quisiera decirle, pero de ahí a que le prohibieran verlo...

Una miríada de sensaciones recorrieron su cuerpo cuando Ren se puso de pie sin objetar. Lo vio bajar la cabeza con un gesto derrotado y algo le vino a la mente con claridad, Ren pensaba que la había regado frente a su padre, que todo se le haría más cuesta arriba de lo que él se la estaba poniendo y que se acataría a lo que dijera su padre. Ren que había estado acosándolo desde que llegara a la escuela, fastidiando día a día para que fuera su novio, ese Ren se estaba dando totalmente por vencido frente a su padre.

-Lo siento, padre, pero iré con Ren -se puso en pie con la intención de salir con Ren.

-No, tú te quedarás aquí, como ya dije, no volverás a verlo.

-Tú no tienes derecho a decidir con quién estoy o dejo de estar -aquellas palabras, dichas en aquel tono y aquella postura, hacían que Soul se viera como un joven príncipe dejándole saber a sus súbditos que él no recibía órdenes de nadie y que nadie podía quitarle el derecho de hacer lo que le viniera en gana, ni siquiera el rey mismo. Octavious tuvo que disimular su expresión de orgullo.

-Te equivocas. Mientras seas un menor tengo derecho a decidir todo lo que quiera con respecto a tu vida y tu futuro.

Ren observó el intercambio entre padre e hijo con sorpresa. Sabía que la había regado con el papá de Soul, que debió haber escuchado al moreno cuando le dijo que se detuviera. Él, a pesar de todo lo bromista, arrogante e imprudente que era, no podía faltarle el respeto a sus mayores, mucho menos al papá de la persona que decía amar. Era la primera vez que veía a Soul reaccionar de esa manera.

-Souso... tu papá tiene razón. Tú sabes que no he hecho otra cosa desde que te conocí más que llamar tu atención y tratar de seducirte para que seas mi novio. No te enojes con él que solo quiere protegerte -intentó calmarlo.

-No -repitió con terquedad ignorando las palabras de Ren.

-¿No? -el tono en la voz de su padre era entre divertido y curioso, como si esperara algo más y Soul no lo decepcionó.

-Yo decido quién puede verme o no.

-Pues no lo creo, campeón. Harás lo que yo... -pero Soul no le permitió continuar, sino que lo ignoró totalmente.

-Está decidido, papá. Ren continuará visitándome cuando yo se lo pida. Y si no es en esta casa, será en otra. Al cabo no estás en esta aquí el tiempo suficiente como para saber si él viene o no.

-Soul... -Ren sabía que su moreno estaba cruzando una línea de la cual no podría volver fácilmente-, no deberías...

-Ren, no te metas en esto. Es entre mi papá y yo. Ya estoy harto de que me traten como si fuera un figurín de porcelana al que nadie puede tocar -justo en ese momento Ren sintió una opresiva presencia que no sabía cómo identificar. Le era familiar y a la misma vez extraña. Lo único que entendía de ella era que lo forzaba a obedecer lo que su moreno le decía.

El orgullo que sentía Octavious ya era difícil de disimular por lo que cruzó los brazos en una postura que lo hacía ver mucho más imponente.

-Tus decisiones te llevaron a la situación aquella. Lo ocultaste de tu madre y de mí logrando que la situación se volviera mucho peor. Eso demuestra que aún te falta bastante por madurar -Octavious permitió que su propia aura se mostrara en parte a su hijo, cuidándose de que el castaño no la sintiera pues sabía que podía, si quería, determinar exactamente quién era si le permitía sentirla.