¿jugamos? {Penta}

30 4 2
                                    

De regreso a la casa, Soul sujetaba el peluche que Ren había conseguido para él. Era un encantador osito color blanco con un pijama azul pastel con los ojos cerrados como si estuviera durmiendo. Ren de nuevo lo había tomado de la mano y había entrelazado sus dedos. El castaño se veía extremadamente feliz.

Por su parte Soul aún llevaba media sonrisa. Quién hubiera dicho que se divertiría de aquella forma con el castaño. Sin darse cuenta era algo que había estado necesitando, sentirse un poco rebelde y revoltoso.

Se preguntaba qué pasaría si su mamá y su prima se enteraban de lo que había sucedido en el centro comercial. Qué pasaría si se enteraban que él y Ren eran novios de prueba. Bajó la cabeza avergonzado pensando en el beso que le había dado al castaño y la forma en que había gemido para él.

El camino de regreso le pareció demasiado corto porque cuando levantó la vista ya estaban en la calle que llevaba a su casa.

—¿Te divertiste, Souso? Espero que sí, porque yo me divertí mucho.

—Sí, me divertí. Gracias. ¿Por qué parece que el camino de regreso es más corto?

—Porque no te quieres separar de mí. —El castaño le dio una sonrisa llena de pasión y Soul recordó que Ren aún tenía mucho camino que recorrer.

—Mañana te esperaré en la entrada del instituto y espero que recuerdes cómo saludar. Pero si no te acuerdas te lo puedo demostrar ahora. —Hizo ademán de besarlo y Soul lo empujó con el peluche.

—Creo que no fue tan buena idea aceptar ser novios de prueba, te pones más pesado.

—Y cuando terminen las clases te acompañaré de regreso. Nada de peros.

—Usualmente regreso con Sharon, tenemos un trato.

—¿Crees que tu prima se moleste si caminamos?

—Es que le pago por hacer de mi chofer.

—¿Le pagas? Con que la prima es lista. —Soul se echó a reír con ganas.

—Aún no la conoces bien. Pero si vas a ser mi novio no te queda de otra. —Ren hizo una mueca, pero al final asintió. Él no era de los que odiaba a la familia de su novio, o al menos no quería hacerlo. Su madre le había hablado muy bien de la mamá de Soul y se había notado muy animada al saber que estaba de vuelta en la ciudad.

—Supongo. —Ren se detuvo, ya estaban bastante cerca de la entrada de la casa y él quería despedirse de Soul a gusto. —Souso, bésame otra vez. —El moreno palideció un poco y le dio una mirada azorada con ojos verdes asustados.

—¿Aquí?

—Pues... si quieres podemos besarnos frente a tu prima y ver cómo nos va. —Le dijo en broma el castaño haciendo que Soul volviera a golpearlo.

Pensó que si se controlaba no pasaría nada, pero también pensó en que él no tenía por qué besarlo aunque fueran novios de prueba. Antes que pudiera decidir Ren se le acercó, ofreciéndose para que lo besara donde mejor le pareciera. Había cerrado los ojos pero su boca aún sonreía de aquella forma que hacía que quisiera golpearlo.

Finalmente se decidió a besarlo, pero esta vez, apenas tocar sus labios con los del castaño Ren lo abrazó y lo pegó a su cuerpo riendo y besándolo. —Me gusta cómo me besas, Souso. —Cuando Soul intentó protestar Ren se hundió en sus labios, pegándolo más mientras Soul gemía suavemente.

—No me dejas respirar. —Le dijo Soul bastante abochornado y molesto. Volvió a empujarlo a pesar de que Ren no quería dejarlo ir. Habían pasado un día genial y no quería que terminara. Le besó la sien y las mejillas con besos húmedos y apasionados. Su meta era llegar al cuello de la camisa y tal vez bajarla un poco. Fue entonces que la escuchó.

‡My sweet devil‡ {Diabolicamente Dulce}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora