¿jugamos? {Trini}

32 5 0
                                    

Esa noche Soul volvió a tener sueños extraños, aquellos que parecían susurrarle las cosas que habrían de venir. Despertó sintiéndose afiebrado como siempre que soñaba de aquella manera. De inmediato se metió a la ducha. Se quejó cuando el agua fría le cayó en el pecho y contra todo buen consejo ajustó la temperatura. Pronto el agua caliente estuvo corriendo, nublando el espejo del baño.

Últimamente sus sueños se veían dominados por la presencia del castaño y eso lo hacía sentir extraño y confundido.

Si bien había cosas que le traían malos recuerdos, seguía siendo un adolescente normal, con las hormonas revueltas aunque pareciera un chico calmado en el exterior. Cerró los ojos y dejó que el agua caliente lo calmara poco a poco.

Comenzó a enjabonarse mientras intentaba quitarse las imágenes del sueño de su mente. Iba a ser un día largo si no lograba olvidar un poco lo que había soñado. Bajó la mano a su entrepierna y gruñó suavemente. Lo pensó por unos segundos mientras acariciaba aquella parte de su anatomía que le causaba gran parte de aquellas sensaciones.

Inclinó la cabeza y apoyó la mano que tenía libre en la pared. —Al diablo con todo —susurró al tiempo que tomaba su sexo con firmeza, de la manera que sabía lo haría alcanzar el placer con rapidez.

Gimió por lo bajo, temiendo que alguien en la casa fuera a escucharlo por accidente.

El agua parecía abrazarlo con su calidez y echó la cabeza hacia atrás. Su mente le brindó imágenes de un cuerpo desnudo, excitado y viéndole con ojos claros llenos de lujuria. Apretó los dientes cuando quiso decir el nombre de aquel cuerpo, no se sentía capaz de decirlo aún, no cuando su voz podía delatar el sentimiento que lo invadía.

Su respiración se volvió agitada cuando su mano comenzó a deslizarse con más rapidez. Necesitaba llegar al punto máximo con rapidez, luego de eso vendría la paz que necesitaba. Nuevamente su mente lo traicionó y a su mente vino la sensualidad con la cual aquel otro cuerpo ondulaba sus caderas sobre su trasero y volvió a sentir los dedos en su piel sujetándolo firme para invadir su cuerpo una y otra vez.

Gimió entre jadeos y sus caderas se movieron por voluntad propia al acercarse al punto de no retorno. Tuvo que apoyarse con el brazo en la pared del baño cuando el orgasmo lo golpeó con rapidez, aún mordiéndose los labios para no decir aquel nombre. Echó la cabeza atrás cuando ya no pudo más y sintió que las piernas le temblaban un poco.

Volvió a enjabonarse aun respirando fuerte y cuando estuvo limpio salió de la ducha envuelto en la toalla y se tiró de nuevo a la cama. Se acurrucó hasta que su corazón se fue tranquilizando, apretando con fuerza la almohada.

Aquellos sueños terminarían enloqueciéndolo. Necesitaba entender qué era lo que los causaba, tal vez así dejaría de sentirse tan confundido. Poco a poco se fue calmando y sintió que sus músculos se relajaban. Ronroneó como si fuera un gato antes de estirarse sobre las sábanas.

—¿Por qué tiene que pasarme esto a mi? —gruñó con molestia. Se levantó de la cama y se dirigió a su clóset.

Ren le había dicho que irían a pie así que seguramente les tomaría todo el día. Se pondría algo cómodo para caminar. Sin embargo, se sentía con ganas de ponerse algo que lo hiciera ver extremadamente bien.

No entendía del todo por qué necesitaba hacer aquello, pero era como si su cuerpo se moviera de forma líquida. Sus pies se sentían más livianos y más seguros a la vez.

Buscó la camiseta que más le gustaba, aquella que se pegaba a su cuerpo y se pusó los pantalones de mezclilla negra, los que se ajustaban perfectamente a sus piernas. Tomó las botas militares negras que tanto le gustaban y finalmente un suéter sin capucha que terminaba de forma desigual y tenía buena caída.

‡My sweet devil‡ {Diabolicamente Dulce}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora