Capítulo 3

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Tabatha

Sentí como todos fijaron la mirada en mí, creo que era algo inevitable, no todos los alumnos llegan mojados en el primer día de clases. Se notaba que el profesor estaba disgustado con lo forma y la hora en que llegué al salón.

Si quiere llega más tarde... ¿señorita?- Dijo.

-Me llamo Tabatha profesor- Conteste rápidamente.-Y perdón, solo tuve un retraso- finalicé.

-Que no vuelva a pasar señorita Tabatha- Dijo mientras buscaba algo en su cátedra. –Además es su día de suerte, no es la única en venir así- Se mofó –Así que puede sentarse con él- Señaló a un muchacho que por alguna razón también estaba mojado. Lo cual era raro, pero no podía hablar de eso porque yo estaba asi también.

El chico era delgado, cabello negro, que, a mi parecer le queda muy bien, parecía ser un poco más alto que yo, sus ojos grandes color café oscuro, que se lograban distinguir bien por su tez blanca. Asentí a lo que el profesor me dijo, al parecer por la placa de su cátedra se apellida Miller, y me dirigí hacía donde estaba él.

Noah

Mientras ella hablaba con el profesor, no pude dejar de verla, nadie dejo de verla, aunque no sé si se deba a su belleza o por que al igual que yo, se encontraba mojada. 

Parecía ser de mi tamaño. Desde la ventana pude notar que era bella, aunque no pude ver su rostro de lejos, pero al verla de frente... simplemente es hermosa. Tiene unos bellos ojos color verde almendrados, unos grandes ojos que quedan perfectos en su rostro, sus labios son carnosos y de un color rosado pálido, sin duda ha de tener una sonrisa hermosa, su nariz un poco respingada, es pequeña y parece que ella nunca ha tenido granos en su cara. Sus mejillas son algo regordetas, seguro todas las abuela mueren por pellizcárselas, tiene un lunar bajo el labio del lado derecho y otro en la parte izquierda de su cuello, su piel es tan blanca que se notan con facilidad.

 Parece que el mejor de los artistas a pintado con tanta finesa su rostro, haciéndola ver tan delicada y hermosa.

-Me llamo Tabatha profesor- Escuché que dijo. ¿Tabatha? Lindo nombre, tan lindo como ella.

El señor Miller le dijo algo mientras buscaba alguna cosa en la cátedra, creo que me señaló ¿No?, ella volteo a verme fijamente, claro que me señalo a mí, ¿Quién más esta mojado como ella?, nadie solo yo. Mire sus hermosos ojos almendrados y era inevitable ponerme nervioso al notar que ella hacía lo mismo.

-Hola- Me dijo con su dulce voz y me dedicaba una amigable sonrisa. Tenía razón, su sonrisa es hermosa,-Vaya chica- pensé.

-Hola- Respondí algo nervioso, pero amablemente.

-Mucho gusto, mi nombre es Tabatha- Dijo mientras se sentaba a mi lado.

-El gusto es mío- sonreí –Me llamo Noah-

Ella se sentó a mi lado derecho, se encuentra aún más mojada que yo, pareciera raro, pero, lindo verla así, espero podamos ser amigos.

Veo que dirige su mirada al frente hacia el maestro y yo vuelvo a ver la lluvia atreves de la ventana. Y recuerdo cuando la vi por primera vez.

-Para conocernos mejor- Dijo el señor Miller – Pasaran esto a cada uno de ustedes- Dijo mientras mostraba una pelota de tenis –Dirán su nombre completo y algo que ustedes amen o los apasione-

Pasaba la pelota a cada uno de los alumnos, escuche varios nombres, Marc, Dennis, Laura, Randy, Alejandra, entre otros y luego dejé de escuchar, las cosas que amaban o apasionaban me resultaban aburridas y comunes, la música, videojuegos, futbol, viajar, dormir dijo alguien en son de chiste, pero a nadie le causo gracia, que manera de quedar en vergüenza. 

La rubia popular se llama Angélica Johnson. Todos se quedaron admirados cuando dijo que amaba ir a surfear en la costa que está cerca de su casa vacacional que se encuentra en Hawaii. Así que aparte de ser rubia y popular, también es adinerada, solo falta que sea descerebrada y nos habremos ganado la lotería, tendríamos a la villana de toda novela en nuestro salón.

Sigo perdido en mis pensamientos, cuando alguien me golpea la cabeza con la pelota y escucho como todos se ríen de mí. La tomo del suelo y me pongo de píe actuando con disgusto.

-Mi nombre es Noah Lissandro Carvajal y yo amo...- Pienso unos cuantos segundos y observo por la ventana, veo la lluvia, el recuerdo de como la vi invade mi mente, es tan real, es como si lo estuviera viviendo otra vez – Y yo amo la lluvia- Dije mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro por aquel recuerdo de hace unos minutos.

Volteo a verla, esta sonrisa es por ella, Tabatha, esta sonrisa es para ti.

Le doy la pelota aun sonriendo y veo como sus mejillas se vuelven rosas de apoco, me siento y ella se pone de píe.

-Mi Nombre es Tabatha Grisel Zabala- La veo desde mi asiento, ahora estamos más secos, su cabello se ha esponjado un poco y se sigue viendo hermosa –Y también amo la lluvia-

-¡Par de raros!- Gritó alguien en el fondo, seguido de las burlas de los maestros. Por suerte el profesor Miller se puso paró de su asiento y todos guardaron silencio.

Pasa la pelota y se sienta a mi lado,la veo y se nota que se encuentra apenada por el comentario que dijeron.

-No prestes atención a lo que dicen esos tontos- Le digo.

-Lo sé- Me responde con la mirada en el suelo -No importa- Dice mientras levanta la mirada y la fija en el compañero que tiene la pelota. Me cuesta dejar de verla y sé que no puedo dicimular que lo hago, además,  sé que ella sabe que la estoy viendo, sus mejillas, ahora más ruborizadas, lo demuestran.

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Solo quiero aclarar que no fue mi motivo insultar a las personas rubias o adineradas, solo puse los estereotipos que existen acerca de toda villana o persona que le quiere hacer la vida imposible al protagonista.

Más que dos amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora