IX

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Tomó las pillas correspondientes a la hora, odiaba la sensación que se sentía cuando estas pasaban por su garganta. Pero no tenía otra solución si no quería terminar en la morgue. _____ estaba más seria de lo normal y cada vez que le preguntaba ella sólo le decía “tengo frío”.

No sabía si creerle o no, conocía el problema de ansiedad que había tenido y se preocupaba de que hubiera vuelto, porque si lo hizo, él sería la carga que hiciera a la mujer terminar de caer.

Jack, ¿tus vecinos no te matarán?  –preguntó mientras miraba el megáfono que había en la habitación.–

No lo creo –contestó con una sonrisa.–

El silencio invadió el cuarto, no era uno incómodo pero tampoco era muy cómodo. _____ miraba a la nada, perdida en viejos memorias. Él simplemente se digno a observarla con detenimiento, jamás lo había hecho.
Le encantaba el castaño cabello que caía sobre los hombros de ella y que seguían por delante cubriéndole el pecho para finalmente terminar junto a la caja torácica. Le encantaba su sonrisa, cada una de sus facciones cuando se la mostraba.
Apresado en aquellos pensamientos no se dio cuenta de _____ lo miraba enarcando una ceja, con una pequeña sonrisa nerviosa.     

¿Por qué me miras? –preguntó.–

Rápidamente desvío la mirada, justo con las manos en la masa.

¿Quieres salir?, deberíamos salir –comentó cambiando de tema.– ¿vamos por un café?  Starbucks queda esta cerca.

_____ le observo, ahora más intrigada.

Jack, me acabas de dar un café –dijo apuntando a la taza.–


[ . . . ]


Iba caminando con un vaso de café que tenía aquel reconocido logotipo.
Después de todo, le había convencido de ir a comprar un café con el fin de evitar la pregunta. Era estúpido por el simple hecho de que no sabía como contestarle.

¿Cómo diablos puedes consumir tanta cafeína? –preguntó de buena forma.–

Tu trabajas en una cafetería, ¿cómo no saber que tu lo haces? –contestó bebiendo del pequeño hoyo situado en la tapadera del  vaso.–

¡Pero no dos consecutivos! –exclamó para reír.–

Él también rió, siguió caminando junto a ____, quién ahora tenía una expresión tranquila. Tomó de su mano tal y como había hecho algunas veces antes, pero esta vez con confianza y cariño.

¿Seán? –dijo el castaño de gran altura.–

La castaña lo miró y volvió su vista al frente, ignorando al producto de su mente.

No me ignores –pidió en tono de suplica.–

Apretó un poco la mano del de cabellos verdes, este acariciaba con su pulgar el dorso de su mano.
Él no entendía en que momento había comenzado a verle de una diferente forma, tal vez ese sentimiento había sido el causante de que la buscará por un largo período de tiempo. Pero su pregunta era...

¿Ella aún sentía lo mismo?

Continuará . . .

Please, Don't Go [Jacksepticeye]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora