Please, Don't Go [Jacksepticeye]

XII

Tocó con desesperación la puerta, llevaba mantel en manos y cargaba con lo que era su almuerzo, del cual no comió.

—Vamos Jack . . .

Volvió a tocar, esta vez un poco más fuerte que la anterior esperando a que el de cabellos verdes le abriera, tenía miedo.
No quería pensar mal y hacer acusaciones antes de tiempo, pero no podía evitarlo.
Estaba dispuesta a intentar nuevamente, pero antes de poder hacerlo la puerta se abrió dejando ver a su amante con sus ojos hinchados y nariz roja, envuelto en una sábana . . . Le daba un toque tierno.

—Hey –saludó este cediéndole el paso.–

Entró y dejó sus cosas sobre la mesa ratonera, acto seguido se volteó a observarle, simplemente lo abrazó lo abrazó con fuerzas y sin intenciones de soltarle, estaba asustada.

—Me asustaste . . . –reclamó apretándole un poco.– joder, no hagas eso

Él sólo bajo la cabeza y correspondió el abrazo, realmente lo necesitaba. Apoyó su barbilla sobre la cabeza de la castaña y dejó que unas cuantas lágrimas resbalaran por sus mejillas.

—Esta bien, no llores –dijo acariciando su espalda, con delicadeza y cariño buscando tranquilizarle.– esta bien

Para él era increíble la rapidez con la que ella notaba sus emociones, lograba tranquilizarlo en un par de segundos . . . Era simplemente maravilloso, pero a la vez le daba miedo, sus dudas crecían y lo deterioraban poco a poco.
Sabía que la barrera entre amar y necesitar era una fina línea de la cual no podías diferenciar en que lado estabas, le aterraba, le atemorizaba creer que no sólo se mentía a sí mismo si no era amor, si no a mentirle a alguien más. Era estúpido el confundir cosas con otras, él era un estúpido y estaba consiente de aquello, no hacía falta que las voces se lo dijeran.

Se aferró con fuerza a la castaña al sentir como es que esta comenzaba a soltarle, no quería estar sólo, quería sentir de su tacto para saber que seguía en la realidad y que no había sido consumido por aquel hoyo negro del cual le era difícil salir.
Quería sentir que no volvería a estar solo aún sabiendo que la tenía a ella.
Se dejó llevar por sus impulsos, dejándola confundida y perpleja.

Le besó, uno tierno pero feroz, de deseo.
Se deshizo de la sábana para atraer a la castaña aún más a su cuerpo, tomándole de la cintura con cierta delicadeza, no quería ser brusco.
____ sólo se aferró al cuerpo del de cabellos verdes al sentir como es que este dejaba pequeños besos en su cuello.

[ . . . ]

Recargaba su pecho en la desnuda espalda de su pareja, quien descansaba con la respiración un tanto agitada. Estaba roja del rostro y eso le causaba tener un sentimiento sobre protector hacía ella. Simplemente le amaba, se había dado cuenta de eso, lo hacía con desesperación, no dudaba más, no lo haría, trataría si era necesario, no se dejaría ser aventado a las fosas de la desesperación, a aquel lugar del cual muchos no pueden escapar.

Los cubrió con la sábana que tenía puesta tiempo antes, pasó su mano por su cintura, dejando pequeñas caricias en esta y depositar un pequeño beso en su espalda. Sonrió al ver como se removió para poder mirarle frente a frente.

—No hagas eso –pidió la castaña.–

—¿Por qué no? –preguntó con cierta diversión.–

—Incomoda –respondió.–

Rió levemente y beso su frente para después mirarle y volver a besarle, uno pequeño.

—Mañana debo trabajar, para –dijo con una cansada sonrisa.–

Negó y comenzó a repartir besos por su rostro, riendo, su pereja igualmente reía pidiendo que parase, verla sonreír era su forma de esfumar todos y cada uno de sus demonios, así que haría posible para jamás hacerla dejar de hacerlo. 

Continuará . . .

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Debo admitir que me dio cosa escribir el capítulo, no soy de cosas diabéticas o smut, leer sí, escribir no, que decir.

Agradezco demasiado el apoyo que han estado brindado y esos comentarios de aliento que dejan entre los apartados.
Literalmente, ya tengo el final pensado aún que aún falten varios capítulos (tuve que extender la cantidad pensada con el fin de dejar algo para Halloween), aproximadamente menos de 15 pero más de 10 sin contar el epilogo. 

Sin más, pasa un buen día

–March.