XIV

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El sonido de una taza rota resonó por todo el lugar, un pequeño niño accidentalmente la había tirado de la mesa tras estar jugando. Lamentable el líquido cayó sobre su ropa dejando una mancha de café.

_____ tuvo que recoger los restos debido a la falta de personal, su jefe aún no lograba encontrar a todo el equipo.

Lo lamento –se disculpó la madre del menor, intentando ayudarle.–

Esta bien señora –dijo con una pequeña sonrisa.– fue solo un accidente, yo me encargo.

La mujer sólo asintió y volvió a sentarse, el pequeño estaba asustado, no había sido su intención.
Levantó la cabeza, ya con los trozos de lo que antes formaba una taza en un pequeño recogedor, justo al lado de la ventana pudo diferenciar a dos altos hombres que notablemente de eran de por ahí. Apretó un poco el puño y suspiró para dirigirse al bote de basura, deseando que su cabeza dejará de jugar con ella pronto y poder volver a ser el pilar que ayudaría a Jack a no caer. Quería ser completamente fuerte y olvidar el pasado por él, para asegurarse de no verlo caer una vez más.

Él ahora era su pasado, su presente y su futuro.

Su todo.

Cuando giró para poder seguir con su trabajo se llevó un susto, el infante ya hacía frente a ella, con sus ojitos cristalizados.

Perdón –dijo este, sorbiendo su nariz.–

Una pequeña sonrisa se forma en sus labios, tomó uno de los dulces que se encontraban en el registrador y se puso de cuclillas, a la altura del menor.

No hay de que preocuparse –le tendió la paleta.– si no lloras y te portas bien te daré otra, ¿trato?

Con su nariz un poco rojiza y tallando su ojo tomó el caramelo y le abrazó, para después salir corriendo a con su madre.
Le causaba gracia el ver como los pequeños eran tan inocentes y sobornables, que le daba a pensar en que un adulto también podría serlo, pero es corrompido con el paso de los años que esas bellas características y emociones se van destruyendo poco a poco.

Hasta dejarte en un mundo de colores grises donde la única manera en la que puedes permanecer es al lado de alguien.
Donde el “amor” es solo una excusa para quedarse un día más en ese mundo de tonos fríos.

Donde necesitas ser amado para poder sobrevivir, donde necesitas fingir con el fin de que los demás no te critiquen.   

Donde no puedes ser completamente tu.

La voz de su segunda compañera de trabajo la sacó de sus pensamientos, pues, esta necesitaba ayuda con los diversos encargos.

Mesa 10, mesa 05, mesa 06, y otra vez mesa 05, despachaba con rapidez las ordenes y/o cuentas de pago. Esperaba con ansias terminar el día y poder ir a casa, con Seán.

Hecho una mirada al local, sólo quedaban algunas mesas más una que otra persona que entraba. Suspiro, la parte buena era que tenía un buen salario.

[ . . . ]

Dejó su delantal en el lugar donde ponían su uniforme, estaba exhausta.

Día ajetreado, ¿no? –dijo su compañera, Alex, dándole un vaso con agua.–

–tomó el vaso y pronunció un “gracias” para beber de este.–

Ella sólo rió para después darle leves palmadas en el hombro y retirarse. Hoy le tocaba cerrar.

Tomó su abrigo y se aseguró que ya todos estuvieran fuera, se despidió de sus compañeros y cerró para poder tomar una dirección diferente a la de los demás.
Invierno estaba cerca, así que el frío era pasable a comparación de cuando empezará a nevar; miraba al frente, observando su camino, lo único que quería era llegar a casa y descansar, dormir si le era posible.

[ . . . ]

Abrió la puerta y dejó las llaves sobre la mesa, no sin antes cerrar la antes mencionada.

Iba a decir el típico “ya llegue”, pero escuchó varias risas, de hombres, en la habitación donde Jack grababa, así que decidió guardar silencio y reprimir sus ganas de saludar.
A paso lento y cansado se dejó caer en el sillón, acomodando su cabeza en un cojín, el hecho de que pareja estuviera grabando no le quitaba el hecho de que pudiera dormir un poco, ¿no es así?

Continuará . . .

Please, Don't Go [Jacksepticeye]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora