Capítulo 13

51 3 1
                                    

—Mason no deberías hacer ésto

—¿Hacer qué?

Tardé en contestar a su pregunta, estaba pensando en todo lo que pasó hace unas horas.

—Hacer ésto que hacemos en éste momento.

—Katlen, por Dios. Nadie se va a dar cuenta.— Rodó los que ojos.

—Sí, estás robándote la comida que sobró y la estás trayendo a tu habitación, y tu familia cerca, en cualquier momento alguien puede subir y ver todo este desorden

—Amorcito, no te estreses por eso, nadie nunca sube hasta acá

—Uno nunca sabe.

—Bueno dejemos éste tema ya, y volvamos a la cocina.

—No, no lo haré.

—Bueno, está bien, después sigo yo.— Yo dije que Edward no era normal, pero al parecer son ambos hermanos.

Muy bien, después de la cena, Mason me llevó a la sala con toda su familia. Ellos empezaron a hacer bromas sobre nuestra relación, uno de ellos fue muy rudo conmigo, mi única reacción ante ello fue cabrearme e irme. Mason salió corriendo detrás de mí, para decirme que nada de ésto es en serio y que no me preocupara; yo me negué a aceptar las disculpas de sus familiares, lo sé, fui una tonta con eso, pero ellos no tuvieron que hacer esas cosas y nada de ésto hubiera pasado. Después de todo éste problema, Mason me llevó a mi casa, en su auto el se negó a soltarme para que me fuera, así que comenzó a hacerme cosquillas por todo mi cuerpo, sí, terminé golpeándolo. Luego me llevó de regreso a su casa, para yo disculparme y seguir con ellos allá. Él me guió hasta su habitación, para que nadie sospechara de el presunto "robo de comida tipo D", no me juzguen, no se de donde sacó ese nombre.

Luego yo creo que me encontraba viendo hacia un punto fijo, porque Mason me preguntó lo siguiente.

—Sigues pensando en lo de hace rato ¿cierto?

—Si— dije en un tono molesto.

—Sólo olvida toda ésta situación, piensa que nada de ésto pasó, que sólo estamos tú y yo aquí en ésta habitación.

—No puedo, fueron crueles Mason, y tú más que nadie sabes que no me gusta que hagan ese tipo de comentarios acerca de nosotros. Eso me enojó mucho. — Lágrimas amenazaban con salir de los ojos

—Sí, lo son, pero tranquila, no llores, yo estoy aquí para ti. Sea lo que sea

— ¿Y qué pasará ahora? ¿Ellos también estarán enojados conmigo?

Él no respondió si no que acercó su rostro y posó sus rojizos labios en mi mejilla. Luego de eso toda mi furia y el recuerdo de lo que dijeron hace un rato desaparecieron casi al instante. Fui una estúpida al salir de ese lugar corriendo, Mason tiene razón, esas cosas no son en serio y sólo las tenía que ignorar, pero no, unas cositas llamadas sentimientos se descontrolaron y no querían seguir mis órdenes. Un toc toc me hizo volver a la realidad, era la mamá de Mason. Al momento de oír la puerta rápidamente tomé una toalla y oculté toda esa tonta comida y nos acomodamos en el sofá, luego Mason encendió la tv.

—Oh Katlen, Querida, te pido mis más sinceras disculpas por todo lo que pasó allá abajo.

—Tranquila señora Parnell, ya sucedió, dejémoslo atrás.

—Bueno, si tu lo dices. Mi hermano está muy apenado contigo, no sabe cómo disculparse.

—Dígale, que ya pasó, todo bien.

—Mamá, si nos disculpas, nos puedes dejar solos— Mason a veces llega a ser muy cruel con si mamá, pero ésta vez lo que hizo fue un gesto para que su madre nos diera privacidad.

Su mamá se fue de la habitación y todo volvió a ser como una cápsula en la que estábamos sólo él y yo. Los mejores momentos son los que se disfrutan sin contarle nada a nadie. Mason ya estaba sobrepasando los límites, así que me separé un poco de él e inmediatamente, me tomó de las manos.

—Katlen, tu no me mereces, soy ese chico tonto e idiota que siempre le salen las cosas mal, no te enamores demasiado de mi, no quiero hacerte daño.— esas palabras retumbaron en mis oídos por varios segundos ¿Y ahora que le pasa?

—Mason ya es tarde. Tus acciones no me afectarán, te seguiré amando, pase lo que pase. Para mi no eres un idiota, ni un tonto, al contrario, eres el chico que toda mujer desea, nunca vuelvas a decir eso de ti mismo. Te aceptaré tal y como eres, tus defectos, que para otras personas son desagradables, a mi vista son todo lo contrario.

—Te lo estoy advirtiendo Katlen.

Pose un dedo en sus labios, en señal de que hiciera silencio.

—Prométeme que no dirás más esas palabras.

—Ok, te lo prometo.- lágrimas brillaban en sus hermosos ojos verdes.

—Mason, no te pongas triste, no quiero verte llorar.— Creo que yo también lloraré.

—Te amo, Katlen. No he amado a ninguna otra chica como a ti, si tan solo mis palabras pudieran expresar todo lo que siento por ti— una lágrima bajaba por su mejilla derecha.

Le di un fuerte abrazo, mi vista se tornó nublosa, no sabía por qué lloraba, ni por qué me había dicho esas cosas anteriormente, pero estaba siendo sincero, y yo también lo quiero ser, pero mi boca se sella cuando quiero decirle lo mucho que lo quiero.

—Espero que no te moleste, pero quiero que te quedes ésta noche. Necesito de tu compañía.

Eso me puso realmente nerviosa.

—Está bien, me quedaré contigo hoy.

Sus manos estaban sujetando mi rostro, luego me dió un tierno beso en la frente.

Estábamos cara a cara, su frente pegada a la mía, lo único que quería era que éste momento jamas acabara, que el reloj se parara por varios minutos, o quizás horas, pero todo sea por mantener éste momento vivo.

—Solo llévame a mi casa para buscar alguna de mis cosas.

Asintió con la cabeza.

-Te quiero demasiado Mason Parnell, sólo quiero que sepas eso.

Me dió un corto beso en los labios.

—Yo más.

Un Amor De LocosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora