Un Amor De Locos

capítulo 17

¡Me duele! Ya pasaron varios días desde aquella pelea en la que "sin querer" Thomas me había golpeado, pero me sigue doliendo como el primer día. Mason ha estado distante desde ese día donde todo se descontrolo, Clary vino ayer a visitarme para saber cómo seguía, hay días malos y luego está el día de la fiesta. La bruja de Anna ha estado hablándole a MI NOVIO, o sea ¿Qué se cree? A cuenta de que el 90% de su cuerpo es plástico y silicona, quiere robarse a Mason, vuelo y repito: MI NOVIO.

No se como pasó pero de un momento a otro Clary y Edward volvieron, hace tres semanas ¡y no me había dicho nada! Como he notado que Mason está un poco raro conmigo, voy a escribirle un texto, y sabré de una vez por todas que le está sucediendo, no he querido decírselo en persona porque soy muy penosa y me angustia saber cuál será su reacción o que me responderá.

"Hola amor, quería decirte esto desde hace un par de días, sabes? He notado que estás como distante conmigo. Puedes hablar de lo que sea, de tus incomodidades, tu angustias, tus problemas, todo eso lo puedes charlar conmigo y yo te apoyaré en lo que sea, si algo te incómoda sólo dímelo, no me gusta que estés molesto conmigo."

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Mason.

Ay no, texto de Kat, no quiero hablar con ella, simplemente recordar que su pequeña y adorable nariz tiene un hueso en el lugar incorrecto, me  dan ganas de partirle la cara a ese idiota, con sólo pensar en él me cabreo.

No puede ser, otro texto.

"Hola corazón es Anna"

Hola pulmón. – Pensé

No, de todas ella no ¿Quién le dio mi número? Ahora me va a fastidiar todos los días.

Obviamente elijo responderle a Katlen, aunque eso implica tener que verla y no quiero tener que recordar esa noche. Algún día me vengaré Thomas, algún día.

"Preciosa, no estoy molesto contigo, con el idiota que rompió tu nariz sí. ¿Por qué ha de estar molesto contigo si no has echo nada? Sabes que si se trata de ti nunca me molestaré, te quiero demasiado como para hacerlo."

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Katlen.

Por lo menos saber que no está molesto conmigo me pone de buen humor. Lo iré a visitar, será una visita inesperada.

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El toc- toc que hago con mi mano resuena en mis oídos por unos segundos, hasta que escucho pasos del otro lado y se que vienen a abrir la puerta.

–¡Katlen! ¿Cómo estás? Ven pasa – Edward me recibió con mucha amabilidad, eso fue un poco raro.

Subo hasta la habitación de Mason y toco su puerta. Estaba nerviosa, y ni siquiera yo sabía el por qué.

–¿Que quieres?– Respondió de mala gana.

–Soy yo, Katlen.

–Oh, pasa– Su voz se escuchó un poco entristecida.

Abrí la puerta con cuidado y entré. Me senté en la orilla de su cama, me sentía un poco incómoda.

–Hola– Dije.

–Hola– Respondió sin apartar la mirada de su computadora.

–Emm... Vine para charlar contigo sabes, cualquier cosa. Desde hace varios días te había querido ver, y aquí estoy, pero al parecer tú no quieres saber nada de mi todavía.

–No es eso, Katlen– Rodó su silla y clavó su mirada en mi. – No es que no quiera saber nada de ti, es que no quiero ver esa venda. – Se acercó a mí y con cuidado retiró la venda que cubría mi tabique– Ya está, puedo hablar mejor contigo.

¿Si me quitan la venda no tardará mas en que se cure mi nariz?

–Bueno, Edward me recibió de buena gana, no se que le pasa.

Las comisuras de sus labios se levantaron.

–Kat... Preci... Amor, está enamorado ¿No te das cuenta? Volvió Cladwuard. Recuerdo cuando ella se molestaba por ese sobrenombre.

Reí sin ánimo –Si, lo recuerdo perfectamente.

–Esteeeemm... ¿Entonces? ¿Que esperas? Vámonos a cualquier parte menos este lugar.

Listo, volvió el Mason que tanto me encanta.

Pasado un rato, bajamos corriendo las escaleras como dos pequeños que juegan.

Nos fuimos a una tienda de ropa, una de las más lujosas de la ciudad, Mason y sus padres son bastante adinerados y él me dijo que no era ningún problema el que me comprara ropa nueva. Al entrar habían todo tipo de prendas, vestidos de noche con joyas, vestidos para el verano, pero el que captó mi atención fue un vestido azul oscuro con un escote bajo en el pecho y sobre eso una tela que cubría aquella zona, la tela era del mismo color del vestido, pero más fina, diamantes por todos lados del escote se podían apreciar, aquellos bajaban hasta la falda, desde los diamantes más grandes en en el escote, hasta los más pequeños, simplemente el vestido era hermoso, era largo, ideal para una cena. Tomé aquel vestido y me lo llevé al probador, gracias a Dios que era de mi talla, porque esa era la única talla que quedaba. Una vez que me lo puse me miré al espejo, me quedaba muy bien, demasiado para ser exacta, se ajustaba perfectamente a mis curvas.

—¿Que tal? ¿Cómo me veo?— Dije saliendo del probador.

Su respuesta tardó en llegar.

—Wow, estás jodidamente hermosa.— Una sonrisa se  le escapó y dejo a la luz sus perfectos dientes blancos

¡Le gustó! Sentí como la sangre se acumulaba en mis mejillas, no se porqué soy así, me sonrojo por todo, es algo que no puedo evitar, lo peor es que no sólo mis mejillas quedan coloradas, es todo mi rostro, horrible.

—¿En serio?

Agaché la mirada para que no viera mi rostro colorado.

—Sí, y mucho— Levantó mi rostro con el dedo índice y me miro a los ojos, sus ojos tenia ese brillo que a mi tanto me encanta —Eres la chica más hermosa del planeta— Y dicho eso, me estampó un beso en los labios, un beso profundo.

Este chico es perfecto, tiene todo lo que quiere una mujer, y es mío, y yo soy suya, ambos nos pertenecemos el uno al otro, somos uno solo cuando estamos juntos. La razón por la que tanto me gusta es por su forma de ser conmigo y por como me trata.