Capítulo 9: Y que se supone

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Anteriormente en No Hace Daño Mirar, O Si?

Sarah tocó la puerta de la casa de Sam, y le abrió Dean, quien al ver como se encontraba su hermano, frunció el seño y lo rodeó con un brazo.

-No me toquessssssss.

Sam se calló y se comenzó reir. Luego se arrastró hasta adentro de su casa y se tiró al suelo, aun riendose.

-Cuanto tomó?-preguntó Dean.

-No lo suficiente como para olvidar lo que sea que le hiciste.

Dean se entristeció.

-Asi que te dijo, eh?

-No, y eso es lo que me preocupa, ahora que le hiciste?

-Nada que te importe, ahora si puedes salir, te lo agradecería mucho.

Sarah lo miró, y asintió.

-Tocalo y te rompo los dedos.

Dean tan solo asintió, y cerro la puerta. Luego volteó a ver a Sam.

-Siempre supe que serias un borracho feliz.

Y lo cargó hasta el baño.

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Después de la "noche de locura" de Sam, todo había vuelto a la "normalidad", si es que se le podía llamar así. Sam seguía sin hablarle a su hermano, y se había vuelto más...Dean. Le había comenzado a valer la escuela, aunque iba y hacía la tarea, de cualquier manera. Simplemente...ya no tenía esa pequeña obsesión de ser el mejor de todos en su clase. Pero Dean sabía que tarde o temprano se le iba a pasar. Sammy siempre iba a ser un completo nerd, pasara lo que pasara. Solo era un berrinche. Pero eso no era lo que le preocupaba en realidad.

 San no le hablaba. Para nada. Ni siquiera lo miraba, y se despertaba muy temprano para poder irse solo a la escuela. No comía con él, no hacía nada con el. Absolutamente nada. Ni siquiera el entrenamiento.

Su padre había llamado un día después de el incidente con Castiel. Dijo que estaría por allá en dos semanas, y cuando Dean le había avisado a su hermano menor, este tan solo había asentido y murmurado por lo bajo "no es que me importe ni le  importe yo a él, de todos modos".

Asi que así transcurrieron 2 semanas para los hermanos Winchester. Sam cada vez se alejaba más, y Dean solo podía encontrar un poco de consuelo en el que había provocado todo el problema. Aún no se lograba meter en la cabeza como siquiera había pensado en engañar a su pequeño Sammy.

Bueno, si lo hacía, pero ahora ya no le parecía una razón lo suficientemente fuerte para haberlo hecho. Se había engañado a si mismo, diciéndose que Castiel solo era una aventura. Y en realidad lo era. La razón era lo estúpido. (N/T: Ahhhh...creyeron que iba a poner algo asi como "pero en esa aventura, se enamoró de él"? Nah. No estoy lista para hacerme eso a mi misma)

Lo había hecho para poder desahogar un poco de..."tensión". O al menos eso creía él. Se decía que Sam no estaba listo para llegar al "final", que era muy pequeño. pero en realidad, esa no era la verdadera razón.

Estaba asustado.

Tenía miedo de tener una relación seria. Y no era con cualquier persona, era con la persona que más amaba en todo el universo. La razón de porque seguía respirando. De porque seguía soportando el maltrato de su padre. Era por él. Todo era por Sam.

 Tenía miedo de lastimarlo, y al intentar huir, fue exactamente lo que hizo. Y ahora lo había arruinado. Había lastimado a la persona que mas amaba de tal manera que, lo orillo a hacer algo que el mismo lo había escuchado prometer nunca haría.

Se sentía horrible. La peor basura del mundo,. Ya no veía nada en los ojos de su pequeño hermano. No había nada. Estaban...vacíos. No había una pizca de dolor cuando lograba divisar un pequeño fragmento de esos hermosos ojos avellana, lo cual era hasta cierto punto, bueno. Pero tampoco veía felicidad, ni tristeza. No veía ninguna emoción en sus ojos.

Era como si Sam hubiera muerto.  Y eso solo lo hacía sentirse peor. Había, de algún modo, logrado matar ese ese hermoso brillo, esa felicidad, esas ganas por vivir, que siempre iluminaba a todo Sam. Era como un rayo de sol, y como cualquier imbécil, había llegado como una estúpida nube negra, y ocultado al hermoso sol detrás de si misma.

Se sentía como un estúpido, y lo peor era que, hasta cierto punto, sabía que lo era.

Por otra parte, Sam sí se sentía muerto. Su hermano sí había matado cada molécula de amor o felicidad en su ser. Y Sam no era un persona que le cambiara el ánimo a depresión tan fácilmente. Incluso él sabía que su cambio había sido drástico, pero no pensaba cambiar otra vez.

El también estaba asustado, o lo había estado. Pero no de una relación. Estaba asustado porque tenía miedo de que Dean, precisamente, lo lastimara, e irónicamente, había sido exactamente lo primero que había hecho.

Así que había tomado la decisión de no volver a dejar a entrar a nadie a su corazón de esa manera. Claro que viniendo de un adolescente de 16, casi 17 años, no significaba mucho. Podía enamorarse unas cuantas veces más en su vida. Eso sólo lo decía porque estaba dolido. Pero de algo sí estaba seguro: podría contar cuantas veces se iba a enamorar con su mano derecha.

En el fondo, quería perdonar a su hermano, porque lo conocía tan bien que sabía perfectamente que se había asustado, y por eso lo había engañado.

Pero llevaban un día, Por DIOS! Que acaso su hermano era incapaz de mantener su maldito pene en sus pantalones por un día?! Y era exactamente por esa razón que no lo perdonaba, ni siquiera se atrevía a mirarlo.

No había llorado ni una sola vez desde que había ocurrido lo de Castiel. Se había bloqueado. Había bloqueado sus sentimientos y emociones. No había permitido a su cabeza pensar, porque sabía que si lo hacía, no podría salir de ese hoyo negro.

Ambos estaban en un dilema sin solución. Dean quería hacer hasta lo imposible para que Sam lo perdonara, y Sam pensaba en mil y un buenas razones para hacerlo. 

Mientras tanto, Sam se metía la cuarto de su hermano por las noches, a verlo que siempre quiso tener, y había logrado tenerlo, por un día, pero lo había logrado.

Después de todo, no hace daño mirar, o si?


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