Capítulo 15: Sammy, interrumpido.

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Anteriormente en No Hace Daño Mirar, O Si?

-Bueno, pues no fue así. Cuando fuimos a la fería Sam vió como un payaso asesinaba a un niño, y desde entonces no soporta la simple idea de un payaso. No te lo dije porque tu hermano me pidió que no lo hiciera.

A Dean la revelación le cayó como balde de agua fría. Recordó todas las veces que intentaba ver alguna película que implicara payasos, y como su padre le gritaba instantaneamente que le cambiara de canal al ver como su hermano se ponía mal.

Y porque no me dijo nada!?

-Porque no me dijiste nada!?

-Fueron deseos de tu hermano, Dean. Yo solo hice lo que me pidió.

Dean dejó caer su cabeza en sus manos y soltó un suspiro de desesperación.

-Jamás lo hubiera llevado a la función si lo hubiera sabido.

John le dió pequeños golpes en la espalda y se levantó de la cama.

-Quedate con él unos momentos, iré por un poco de alcohol oara ver si así reacciona.

Dean asintió. En cuanto John salió del cuarto, Dean sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas, pero no intentó limpiarlas, y dejó que corrieran por su rostro.

-Lo siento mucho Sammy, pero por qué no me lo dijiste? Nunca te hubiera dejado ver esa película.

Sam abrió los ojos, pero parecía no poder ver nada.

Dean se recostó un poco a su lado, y lo abrazó.

-Lo siento hermanito.

Mientras tanto, en la cabeza de Sam, la escena que vió cuando tenía 8 años se repetía una y otra vez, pero esta vez no era el niño al que asesinaba el payaso: Era Dean.

Ahora...

Pasaron las horas y Sam no mostraba ninguna mejoría. John había traído el alcohol, y Sam había dado un brinco al olerlo, abriendo mucho los ojos y gritando como si le hubieran enterrado algo. Luego se había sentado y y recostado en forma de ovillo en la cabecera de la cama, solo dejando que Dean se le acercara. O más bien Dean no había permitido que su padre se le acercara. Aún seguía enojado con él por no decirle lo de Sam.
Después de un rato había caído dormido con la cabeza en el regazo de Dean, aunque a ratos habría los ojos y tomaba bocadas de aire, para luego volver a quedar dormido.
No había vuelto a pasar desde las 2 de la mañana, cuando despertó y jaló a Dean de la playera que traía puesta, como si evitara que algo se lo llevara, y ya habían pasado 2 horas de eso. Ahora eran las 4 de la mañana, y su padre se encontraba recostado en el sillón, durmiendo profundamente, mientras Dean era incapaz de pegar un ojo, cuidando de su pequeño hermano mientras le sostenía la mano.

-Vamos Sammy, despierta. Me estás poniendo nervioso.

Dean recargó su frente en la de su hermano, respirando el mismo aire que el menor. Luego, se inclinó un poco más, haciendo que sus labios se rozaran tan solo un poco.

Pasaron otras dos horas así, y Dean se estaba cayendo del cansancio. No había dormido en mucho tiempo.
De repente sintió como las manos de Sam le arañaban las piernas. El mayor jamás creyó sentirse agradecido por sentir dolor, pero esta vez, lo estaba.
Después escuchó como Sam tomaba aire y luego de repente, se quedaba quieto.
Dean bajó su mirada, y notó que su hermano por fin había decidido despertar de verdad.
Le acarició el rostro con la mano derecha, tiernamente.

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