Capítulo 10: ...Que yo hiciera?

1K 107 10
                                    

Anteriormente en No Hace Daño Mirar, O Si?

Por otra parte, Sam sí se sentía muerto. Su hermano sí había matado cada molécula de amor o felicidad en su ser. Y Sam no era un persona que le cambiara el ánimo a depresión tan fácilmente. Incluso él sabía que su cambio había sido drástico, pero no pensaba cambiar otra vez.

El también estaba asustado, o lo había estado. Pero no de una relación. Estaba asustado porque tenía miedo de que Dean, precisamente, lo lastimara, e irónicamente, había sido exactamente lo primero que había hecho.

Así que había tomado la decisión de no volver a dejar a entrar a nadie a su corazón de esa manera. Claro que viniendo de un adolescente de 16, casi 17 años, no significaba mucho. Podía enamorarse unas cuantas veces más en su vida. Eso sólo lo decía porque estaba dolido. Pero de algo sí estaba seguro: podría contar cuantas veces se iba a enamorar con su mano derecha.

En el fondo, quería perdonar a su hermano, porque lo conocía tan bien que sabía perfectamente que se había asustado, y por eso lo había engañado.

Pero llevaban un día, Por DIOS! Que acaso su hermano era incapaz de mantener su maldito pene en sus pantalones por un día?! Y era exactamente por esa razón que no lo perdonaba, ni siquiera se atrevía a mirarlo.

No había llorado ni una sola vez desde que había ocurrido lo de Castiel. Se había bloqueado. Había bloqueado sus sentimientos y emociones. No había permitido a su cabeza pensar, porque sabía que si lo hacía, no podría salir de ese hoyo negro.

Ambos estaban en un dilema sin solución. Dean quería hacer hasta lo imposible para que Sam lo perdonara, y Sam pensaba en mil y un buenas razones para hacerlo.

Mientras tanto, Sam se metía la cuarto de su hermano por las noches, a verlo que siempre quiso tener, y había logrado tenerlo, por un día, pero lo había logrado.

Después de todo, no hace daño mirar, o si?

.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--..--.-

Ahora...

Después de un tiempo, Sam descubrió que si hace daño mirar, pero depende de lo que no quieres mirar.

Cada noche le veía a su hermano una nueva marca, una nueva mordida en la espalda, un nuevo chupetón. A tal punto que parecía que lo único que hacía en todo el día era irse a que lo marcaran.

Incluso, una vez encontró un corazón formado por chupetones.

Asi que si, en este caso, si le hacía daño mirar.

La peor parte de todo  esto es que recuerda como la primera (y la única) noche que estuvieron juntos Dean le  había dicho que no quería marcas.

Algo en lo que tenía que pensar Sam, era que no todo era malo. Al mirarlo, también podía mirar sus pecas, que estaban regadas por toda la espalda de Dean. Perfectamente desordenadas. 

Podía ver esa curva en su espalda en dirección a su trasero. Podía ver los tonificados brazos de su hermano, y a veces, solo a veces,cuando tenía suerte, su hermano se volteaba y podía ver su pecho, su abdomen, y sus perfectas piernas.

Pero claro, lo único que le provocaba eso era más enojo y más dolor del que ya sentía. Así que después de unos cuantos días, dejó de ir a ver a Dean.

Tal vez si se hubiera quedado una noche más, hubiera descubierto que Dean había hecho una tontería en su nalga izquierda.

Sus vidas siguieron lo más normales posibles. Sam ya le hablaba a Dean, pero nunca pasaba de un "buenos días", un "buenas noches" o un"ya me voy".  Jamás.

Aunque para Dean,eso era algo.

Era sábado, cuando la vida le comenzó a sonreír un poco a Dean.

Eran las 9 de la mañana. Dean nunca se despertaba solo a esas horas, y cuando lo hacía, despertaba de muy mal humor.

Que despertara de buen humor era de por si, una buena señal.

Se paró y se vistió. Luego se fue a cocinar el desayuno. Aunque claro,lo que se encontró no era nada parecido a lo que creía. Pero no se queja.

Ahí, parado, estaba su pequeño hermano, en nada más que una camiseta que en realidad era de él y sus boxers.

La mejor parte de todo era que estaba bailando. Eso de verdad era genial. Y cocinando.

A Dean le salió una sonrisa tan iluminada en la cara que probablemente podría iluminar todo Times Square.

No hizo ningún ruido. No quería que Sam se diera cuenta de que lo estaba viendo.

Pasaron 5 minutos antes de que se diera cuenta, y cuando lo hizo, no ocurrió lo que Dean creyó que ocurriría. Simplemente se limitó a sonreír más y seguir bailando.

-Siéntate y desayuna. Vamos a salir.

Y se volteó para seguir bailando, dejando aun Dean con la boca muy abierta.

Luego se fue a sentar, y se quedó mirando a Sam, viendo como ponía hot cake tras hot take en la mesa.

-Piensas quedarte ahí babeando o vas a comer lo único que pienso darte hasta la noche.

Ante eso, Dean decidió por fin cerrar la boca y comenzar a comer.

-De donde sacaste todos los ingredientes para hacer esto?

Sam solo se encogió de hombros.

-Tengo más vida de la que tu conoces Dean.

A Dean no le gustó eso, pero prefirió no decir nada. No quería arruinar la bonita (aparente) reconsiliación entre su heemano y él.
Sam hizo 6 hot cakes más y se sentó a comer con Dean.
Cuando el menor vio a su hermano abrir la boca, alzó la mano y cerró los ojos.

-Atrevete a preguntar algo y tomo el Impala y me voy solo.

Dean cerró la boca.
Comieron en un relativo silencio (aún se escuchaba la música de Sam por toda la cocina y el comedor), pero no era como los silencios de las últimas semnas.

Esos silencios eran incómodos, como ai ambos supieran de un asesinato y ninguno tuviera el valor de decirlo

Este silencio era diferente.

Aún había un poco de tension, pero no era del tipo de tension incómoda. Era el tipo de tension que se va creando en un cuarto cuando dos personas estaban a punto de...

A Dean, personalmente, le encantaba ese tipo de tension.

Sam terminó de comer más rapido que Dean (lo cuál es mucho decir), y se levantó a lavar su platosy sus cubiertos.

-Cuando termines, lavas tus trastos y me esperas en la sala. Tengo que meter algunas cosas en mi mochila.

Dean asintió, y se apuró a comer. Estaba ansioso por saber que demonios había planeado su pequeño hermanito, y a donde lo iba a llevar.

Solo esperaba que no lo llevara a algún sitio para matarlo.

Una vez que hubo terminado, lavó su plato y salió corriendo hacia la sala. Se puso su chaqueta, y se sentó a esperad a su hermano.
Espero aproximadamente 15 minutos hasta que Sammy decidió salir de su recamara.

Se veía guapísimo.

Llevaba una chaqueta negra, con una camisa azul y unos pantalones de mezclilla pegados. Además traía puestas unas botas de combate, y se había peinado el cabello para los lados. Bueno, "peinado".

Sam sonrió al ver la mirada de deseo en su hermano. Luego se acercó a el y lo tomó de una solapa de su chaqueta. Lo atrajo hacia si y lo besó.
Fue un beso lleno de pasión.
Para Dean, era el cielo y el infierno al mismo tiempo, todo entre mezclado.
Sentía como la saliva de Sam se hacía camino dentro de su boca, y como poco a poco iba aliviando el dolor que había estado sintiendo durante todas esas semanas. Era como si le estuviera hirviendo la sangre.
Era...
-El puto paraíso- susurro Sam.

Y ambos, por fin se hallaban felices y  juntos otra vez.

No Hace Daño Mirar, O Si?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora