Capítulo 16: Examen de matemáticas

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Anteriormente en No Hace Daño Mirar, O Si?

Para ese punto Sam sollozaba sin control contra el pecho de Dean.
El mayor lo abraza fuertemente, y le da pequeños Besos en todo el rostro y el cuello. Luego le agarra la barbilla, intentando que lo mire.

-Hey Sammy? Sammy mírame. Mírame Sam, vamos, enséñame esos hermosos ojos avellana.

Sam alzó la mirada, intentando tranquilizarse. Dean le devolvió la mirada, intentado comunicar todo el amor que sentía por él con ella.

-Nada Sam, NADA me va a separar de ti, al menos que sea lo que tú quieras.

-Jamás te voy a querer lejos de mi, Dean. Nunca.

Sam enterró su rostro en el cuello de su hermano, y el mayor le dió un beso en la cabeza.

-Entonces jamás me alejaré de ti.

Sam sonrió.

-Por favor.

Dean los rodó de modo que ambos estuvieran acostados de lado,y se enrolló en su pequeño hermano, como si lo protegiera de algo.
Luego cayeron profundamente dormidos, en los brazos del otro.

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Pasaron las semanas, y todo estaba bien en el mundo de los Winchester, tomando en cuenta las habituales peleas entre John y Sam. El chico seguía en la escuela, pero pronto serían vacaciones de Pascua*, lo cual significa el horror de todo estudiante, por más bueno que sea: exámenes.
Sam siempre a sido bueno en el instituto, jamás sacando una calificación menor a B. Dean siempre esta orgulloso de su hermano menor, pero intentaba no mostrarlo.
La próxima semana empezarían los exámenes en el instituto de Sam, y después saldrían de vacaciones por fin.

Era viernes por la noche cuando el cerebro de Sam comenzó a tener cortocircuito. Estaba estudiando para su examen de matemáticas, pero parecía no poder entender el tema.
Llevaba casi una hora intentando entender calculo diferencial, pero simplemente no le entraba en la cabeza.
Sam era más de historia, literatura. Nole molestaban los números, y en realidad era muy bueno en cálculo, pero al perecer ese tema no pasaba por su cerebro.
Dean apartó la mirada de la televisión, y cayó en cuenta de Sam. Tenía el rostro contraido, como si le doliera algo.

-Te pasa algo Sammy?- le preguntó.

El menor asintió, pero siguió concentrado en su libro de Matemáticas. Dean se levantó de su lugar en el sofá, donde ya habia dejado marca su trasero, y se acercó a la mesa, sentandose junto a su hermano menor, y analizando el libro que Sam tenía abierto en la mesa. Pronto comprendió el por qué la expresión afligida de Sam.

-Ah. Cálculo, eh?

Sam dejó caer su cabeza en ambas manos, escondiendo su rostro en estas. Dean extendió su mano y la posó sobre su espalda.

-Eh Sam, tranquilo. Eres un sabelotodo, no tardarás mucho en comprenderlo, relajate y toma tu tiempo-le dijo el mayor, intentando tranquilizarlo.

El menor dejó salir un suspiro cansado, luego alzó su cabeza y reanudó sus estudios.
Dean lo miró, luego se levantó de su asiento y caminó hacia el respaldo de la silla donde se encontraba sentado Sam. Estiró sus brazos, y comenzó a hacerle pequeños apretones en los hombros a su hermano. Luego bajó su cabeza hasta la altura de la de Sam, y le susurró:

-Ey Sam relajate un poco, tomate un respiro.

La proximidad de Dean al menor tan repentina le produjó pequeños escalofríos por toda la espalda, haciendo que cerrara los ojos. Luego, negó con la cabeza.

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