Capítulo 20: Cali girls

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Anteriormente en No Hace Danño Mirar, O Si?

El mayor se dirigió a la tienda para comprar algunas frituras para su hermano y él, aun con una sonrisa en su rostro.

"Va a ser un viaje bueno" pensó Dean.

Después de pagar, el mayor regresó al Impala con una bolsa, entrando al asiento trasero del carro.

Su padre no hizo ningún comentario, y encendió el carro.

Los tres Winchester reanudaron su viaje rumbo a California.

Sam no tenía ni idea de lo que les esperaba en California, pero esperaba que fuera bueno.

Dean se limitó a mirar a su hermano menor todo el viaje, sin otra preocupación más que hacer feliz al chico frente a sus ojos.

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Ahora...

Sam ni siquiera se había dado cuenta que estaba dormido hasta que lo despertó el repentino paro de movimiento en el Impala. Levantó su cabeza de donde estaba recargada en la puerta y observó a Dean con ojos medio cerrados, aún adormilado.

Dean estaba en el asiento trasero conmigo? pensó la mente de Sam, nublada aún por el sueño.

-Bienvenido al mundo de los vivos Sammy.- la voz de Dean se escuchaba ronca, como si el mismo acabara de desperar no mucho antes.

Sam lanzó un manotazo al aire sin apuntarle a nada en realidad. Dean miró a su padre, y luego se acercó más a su hermano menor al mismo tiempo que alzaba su mano izquierda para apartar algunos mechones de cabello en sus ojos.

-Dormiste bien?

Sam asintió.

-Tú? Siquiera dormiste?

Ambos hablaban bajo, no queriendo alertar a su padre.

-Aunque no lo creas Sam, dormí. Era más de medio día, claro que me iba a quedar dormido.

Tenía razón. El viaje de Texas a Califronia era de casi un día, habían parado mínimo 3 veces, y Sam no recordaba ninguna, pero estaba seguro de que ninguna había sido tan divertida como la primera.

Sintió como su rostro se sonrojaba de tan solo recordarlo. Dean sonrió, sabiendo exactamente en lo que pensaba Sammy.

-Descuida Sam, no falta mucho para una repetición.

El menor sintió que sus pantalones estaban demasiado apretados de repente. Su padre decidió hablarles justo en ese momento.

-Estamos a 30 minutos para llegar a San Bernandino, estaremos en Redlands. Cerca de ahí hay un caso sobre un fantasma. Dean, primero el sábado iré sólo a investigar, si noto que necesitaré ayuda, vas conmigo. Sam, investiga todo lo que puedas el sábado, hay una librería en el centro. Dean, lo llevas y por favor, lee un poco de lo que Sam encuentre. quedó claro?

-Si señor-contestaron ambos.

Los 30 minutos transcurrieron sin más palabras por parte de los Winchester. Sam y Dean se mantuvieron a distancia, pero sus piernas estaban juntas. Nada revelador, pero ambos sabían lo que se comunicaban por tan solo ese simple contacto.

John se estacionó frente a un hotel de carretera, y y salió del auto. Los hermanos hicieron lo mismo, y fueron al maletero para sacar sus cosas. Luego siguieron a su padre hacia el hotel y entraron.

-Buenas noches-le dijo John al hombre detrás de la recepción.

-Buenas noches.

-Dos cuartos por favor,uno doble y otro simple.

El señor frunció el seño.

-Lo siento señor, pero solo me quedan cuartos con cama matrimonial y con cama individual, ya no tengo dobles.

John dejó salir un suspiro y miró a sus chicos.

-Tomarán el matrimonial. Ustedes piensan quién dormirá en el suelo, o comparten, pero no creo que les agrade la idea.

Ninguno de los dos dijo lo que en verdad pensaban sobre lo último, pero intentaron hacer cara de molestia, para disimular un poco.

-Si no tenemos otra opción...

-Las tomamos, gracias.

-Para cuántas noches?

-No lo sabemos. por lo pronto, tres.

El señor asintió y tomó dos llaves de la pared de atrás.

-15 y 20, en el primer piso.

John le dió el dinero y tomó su maleta en su mano.

El rostro de Sam se iluminó aún más al saber que sus cuartos nisiquiera estaban juntos. Dean le dió un codazo en la costilla, pensando lo mismo.

-Bien.Chicos, ustedes toman la 20, yo tomaré la 15. Saben que hacer.

Ambos asintieron, y los tres Winchester caminaron hacia las escaleras y las subieron rápidamente. John se quedó en su cuarto ( que era el primero en el piso) y los chicos siguieron hacia el suyo.

En cuanto entraron, una tensión se apoderó de la atmósfera.
Dean aclaró la garganta y habló:

-Antes que nada, tenemos que arreglar todo.

Sam asintió. Sacó una bolsa de sal de su mochila y fue hacia la puerta, se acuclilló y puso una gruesa linea de sal en la entrada.

Dean no pudo evitar mirar el trasero de su hermanito, pero retiró su mirada cuando este se enderezó.

-No hay ventanas. Supongo que ya.

Ambos se quedaron quietos, sin saber bien que hacer.

Luego Sam se lanzó hacia Dean, quien lo tomó de las piernas para que el menor las enredara en su torso. Sam enredó sus brazos en el cuello del mayor y juntó sus labios, comenzando un apasionado beso entre ambos.

Lentamente Dean los acercó hacia la cama, y se dejó caer de espaldas con Sammy encima de él.

El menor se alzó en cuatro patas, sin parar de besar a Dean. El mayor levantó sus manos al trasero de su hermano, metiéndolas por debajo de su pantalón, apretándole los glúteos suavemente, provocando que un gemido saliera del menor.

Sam mordió suavemente el labio inferior de Dean, y el mayor dejó salir un suspiro.

El menor se alzó en sus rodillas, quitándose su playera y lanzandola a alguna parte del cuarto. Luego bajó sus manos al pantalón de Dean, desabrochando el botón.

Dean levantó sus caderas, facilitando que Sam bajara su pantalón y lo sacara de sus piernas, dejandolo solo en boxers.

Sam se agachó a la altura del miembro de Dean, lamiendo la semi-erección por encima del boxer. Dean dejó caer su cabeza contra la cama, mordiendo su labio para reprimir un gemido.

-No hagas eso-susurró Sam. Dean dejó de morder su labio y dió un suspiro/gemido.

El menor sonrió y subió sus manos a las caderas de Dean, enganchando sus dedos en las orillas del boxer para luego bajarlas lentamente.
Una vez que los boxers estuvieron fuera de Dean, su erección estaba al descubierto.

Sam la tomó con su mano derecha, bombeando con un ritmo suave. Dean arqueó su espalda, despegando sus caderas de la cama en busca de más fricción.

-Sammy, por favor-dijo el mayor.

-Mejor respira Dean, pienso hacer esto por mucho tiempo.

Sam aumentó ligeramente su velocidad, pero solo un poco.
Dean dejó salir un quejido, ero no dijo nada.

La mano de Sam subía y bajaba por toda la longitud de Dean, mientras sus ojos estaban atentos a las muecas que hacia su hermano mayor, llenas de placer y desesperación, mezclados perfectamente en su hermoso rostro lleno de pecas.

No Hace Daño Mirar, O Si?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora