Capítulo 21: Splash Kingdom

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Anteriormente en No Hace Daño Mirar, O Si?...

Antes de dormir Dean escuchó como Sam le susurraba algo al oído

-Te amo Dean, gracias.

El mayor se quedó dormido con una sonrisa en su rostro.

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Los chicos durmieron hasta las 10, cuando Dean despertó a su hermano menor con un suave apretón en su mano, después de revisar la hora. Ambos seguían en la cama, frente a frente.

-Sammy, despierta.-la respuesta para Dean fue un suave quejido. Sam se enroscó en si mismo, tapándose del frío. Dean lo abrazó, pero siguió intentando despertar a Sam.

-Sam, vamos. Tenemos que arreglarnos.-el menor lo miró, confundido.

-Arrreglarnos? Para que?-Dean sonrió ante la ignorancia de Sam.

-Para el parque acuático Sammy.

Sam se levantó de la cama como resorte en un segundo, provocando que Dean rebotara y fuera a dar al suelo, aterrizando en su trasero.

Ambos se miraron unos momentos, sin decir nada.

Luego el rostro de Dean se tornó de un color rojo carmesí, bajando la mirada, y Sam comenzó a reírse a carcajadas, con sus manos en el estómago.

-JAJAJAJAJAJAJAJAJA!-Dean se levantó, sacudiéndose el polvo imaginario que lo cubría, sin mirar a Sam. Pasó por su lado, sin mirarlo aún, dirigiéndose a la cocina, su rostro todavía rojo.

Cuando Sam se cansó de reírse,  limpió de sus mejillas las lagrimas que habían escapado de sus ojos y se fue a la cocina con su hermano. 

Dean se encontraba recargado en la barra, de espaldas a Sam. 

El menor se acercó silenciosamente a él, enredando sus brazos en torno a su cintura, dando un suave beso a su cuello.

-Hey Dean, estas bien? Te dolió?-Dean negó con la cabeza. Sam lo tomó por las caderas y le dio la vuelta, pegándolo a la barra después. Luego lo besó, sin permitirle decir nada, ni apartarlo de él. Dean subió sus manos al rostro de Sam, cubriendo sus mejillas con las palmas, sin despegarse.

Los labios de Sam siempre eran la gloria para Dean. Quitaban todo dolor que pudiera sentir, disipaban sus preocupaciones. Los besos de Sam era como anestesia para Dean, y al mismo tiempo, era una endorfina. Lo volvía feliz, hacia que volara (aunque jamás se lo dijera a Sam).

Cuando el aire se acabó, ambos se separaron, abriendo los ojos. Dean quitó sus manos del rostro del menor.  Una pequeña sonrisa asomó en el rostro de Sam, eliminando cualquier posible molestia que Dean tuviera.

-Lo siento, no debí reírme tan fuerte.-susurró Sam, con sus labios casi pegados a los de Dean.

El mayor apartó la mirada, el color rojo volviendo a sus mejillas.

-Si, no hay problema.

Sam tomó la mano de Dean en la suya y lo jaló de regreso a la recámara, para después sentarlo en la cama y sentarse a horcajadas sobre él.

-Te amo- los labios de Sam volvieron a pegarse con los de Dean, en un corto beso. Después se separaron, Sam con las manos puestas en los hombros de Dean.

-Dean, tenemos que cambiarnos- la sonrisa de ambos eran inmensas.

-Sólo unos segundos más...- susurró en los labios de Sam.

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