Miradas.
Era la clave de Dean para echarse una chica al bolsillo, las miradas.
Simplemente tendría que mirarlas directo a los ojos, sonreir y ya las tenia comiendo de su mano.
Sam sabia eso.
Desde que Dean tuvo su primera vez, no paraba de ir en chi...
Ambos entraron tomados de las manos,y una chica que estaba parada en ahí les ofreció un mapa. No parecía muy contenta, pero cuando vio a Sam, le ofreció una sonrisa demasiado gentil para el gusto de Dean. Abrió el mapa y se acercó a ellos, pegándose más al menor.
-Bienvenidos, aquí tienen un mapa de todo el parque, abajo dice el nombre de cada una de las atracciones, están representadas con un número-la chica señaló una parte que tenia un 25 color rojo- ahí es el área de comida, pero también tiene juegos, como Hockey de mesa* o maquinitas*. Junto a la entrada -la chica señaló a una pequeña casita amarilla- están los casilleros, por si los llegan a necesitar. Diviértanse chicos!-les dobló el mapa de nuevo y Dean se lo arrebató.
-Gracias-una sonrisa forzada apareció en el rostro de Dean-Vamos Sammy.
El mayor le dio un tirón a Sam, pero al ver tan sólo la primera atracción, se quedaron estáticos.
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El tobogán... más bien el conjunto de toboganes era enorme. Estaba formado por... 9 toboganes tal vez? Ninguno estaba seguro, estaban enredados entre si.
El más grande era el rosa, y si los cálculos de Sam eran correctos, medía casi 30 metros. Más cerca de los 27, para ser exactos. Además, era el único que era un tobogán en si. Los otros parecían más una resbaladilla*.
Los dos tenían las bocas abiertas, y Dean volteó a ver a Sam, con una sonrisa brillante que permitían que sus dientes se asomaran.
-Va a ser un gran día Sammy- Sam asintió, y apretó la mano que sostenía la de Dean.
-Contigo cualquier día es bueno-un leve rubor cubrió las mejillas del menor, y bajó la mirada.
Dios mio, de verdad estoy enamorado si eso no me pareció cursi...
Dean se acercó un poco a Sam y le dio un beso en el cachete, sintiendo bajo sus labios el calor que provocaba el rubor en su Sam.
-Puedes apostarlo-le susurró.
Ambos empezaron a caminar sin soltarse, aunque sus ojos intentaban absorber cuanto podían. Mientras más caminaban, más se asombraban. Había una atracción tras otra. Cómo se supone que decidirían a cuál subir primero?
De pronto, se encontraron frente a un letrero que decía "Atracción por parejas" con una flecha debajo señalando hacia un alto tobogán azul ,y sin decir nada, ambos corrieron hacia donde se les indicaba.
