Desastre... A corto plazo. (Libro 1)

Capítulo 3

Después de unas horas él aun no regresaba y he de dar gracias a Dios de que su padre lo llamara, y lo entretuviera un buen rato; me estire un poco en mi asiento, había trabajado toda la mañana y gran parte de la tarde, Zea me compro un sándwich de jamón y se lo agradecí enormemente; sentí las piernas pesadas así que me levante y camine al baño.

Me tome un poco de tiempo, retoque mi maquillaje, me acomode uno que otro cabello rebelde que salía de mi chongo y salí de nuevo a la oficina. Al llegar vi a una mujer sentada en uno de los sillones que se encuentran del lado izquierdo de mi escritorio, estaba volteada viendo los premios y los reconocimientos de Ricardo, llevaba un vestido negro azulado bastante corto ya que sus muslos estaban diciéndome hola, su cabellera negra abundante cae con unos risos perfectos, zapatos altos azul marino, su joyería es de oro, ella capta mi presencia y se voltea con una enorme sonrisa y unos ojos azul claro muy, pero muy grandes.

-Hola, busco a Ricky- me dice en un tono más que alegre y su voz hasta cierto punto es muy dulce.

-Buenas tardes, el Sr. MacCaa no se encuentra en su oficina- digo mientras me dirijo a mi asiento- pero lo llamare enseguida- tecleo la extensión de la oficina de su padre, me vuelvo hacia ella y pregunto -¿A quien anuncio?- pero ella no alcanza a contestarme cuando él aparece en el umbral de la puerta.

-¡Ricky!- grita ella emocionada al verlo y él se sobresalta ante el sonido de su voz y se detiene de golpe, sus ojos verdes la escanean de arriba abajo y eso no me hace mucha gracia.

-Rubí, que enorme sorpresa- dice el -¿Qué haces aquí?- ella se levanta y se avienta, literalmente, a sus brazos y él ni tarde ni perezoso le da la bienvenida. Estoy atónita a lo que acaba de hacer y enseguida me concentro en mi pantalla, no puedo ver como ella lo abraza y peor como él no la rechaza y para colmo este estúpido malestar ¿Porque demonios me molesta?

-He venido a visitarte, tengo muchas cosas que contarte- le sujeta la cara y le da un enorme beso sonoro en el cachete izquierdo, no puedo creer lo que estoy viendo y escuchando, porque mejor no se van a un hotel, estoy mas que molesta.

Espera un momento ¿Porque debería de molestarme? Si seré bruta él es solo mi jefe y yo soy su empleada, vaya ni siquiera somos amigos.

-Me da gusto verte, pero mejor vamos a mi oficina- se aparta para que ella pueda pasar y yo me agacho fingiendo que se me ha caído algo- no me pase llamadas, estaré ocupado- da media vuelta y se va tras ella.

En esta ocasión no cierra la puerta de golpe y eso si que es extraño, pero ¿Que demonios le pasa? Solo porque ve a una mujer de buenas curvas y con un vestido diminuto ya se comporta como todo un caballero?

-Pero que idiota es- susurro para mi.