Los días pasaron y _____ Quinn no regresó al aula 2, me había esforzado por no tomarle importancia a lo que decidiera hacer de su vida, pero su rostro no salía de mi cabeza, por eso estoy camino a la dirección, Neru se encontraba tecleando nombres y llenando listas, toqué su puerta haciendola dar un salto.
-Casi me matas Len, pasa -me brindó una cálida sonrisa y me senté frente a ella -¿Qué necesitas ahora cariño? -sonreí al notar que ella sabía que solo la buscaba para investigar cosas.
-¿Dónde está _____ Quinn?
-Aula 1, pidió su cambio el lunes pasado enseguida del término del descanso - ¿Habrá sido por lo de Camila? -Tardó 2 días en validar su cambio por lo que faltó esos días y se reincorporó a sus clases el jueves.
-Gracias Neru.
-No es nada Len -besé su mejilla y salí de ahí corriendo, estaba bien si se cambiaba de clase, pero en la 1 no podía estar, no si estaba Piko Utatane, las clases aún no comenzaban, cuando iba a cruzar la puerta me detuve, yo no puedo irrumpir así como si nada, recibiría su odio de nuevo, será mejor espiarla, mi vista se asomó por encima de la ventana, y lo que vi fue lo que más temía, Piko tomaba su mano mientras ella se veía nerviosa, deslizó su mano libre hasta su mejilla, mi cara se sentía caliente y mis ojos húmedos, corrí sin rumbo mientras cubría la mayor parte de mi rostro, llegué hasta la parte trasera de la escuela, me tiré al suelo y mis lágrimas cayeron sin parar, ¿Cómo me puede pasar esto a mi?, sequé mi cara y regresé a los salones, todos estaban en pasillos murmurando, Piko salió del salón con la mejilla hinchada, ¿Qué pasó?, me acerqué a Teto, de la clase 5-1.
-¿Que pasó aquí Kasane-san? -ella jaló mi camisa para hablarme en voz baja.
-_____ Quinn humilló a Piko Utatane -una sonrisa se formó en mi rostro -Quinn comenzó a sangrar por la nariz y se desmayó -mi rostro volvió al anterior -Debe estar en la enfermería -caminé entre la gran multitud en dirección a la enfermería, abrí la puerta de golpe asustando a la enfermera -¿Y Quinn? -pregunté angustiado.
-Está por ahí pero no puedes pasar -comentó busacando en un libro lleno de números -Llamaré a sus padres -tomé el teléfono que estaba entre sus manos.
-No puedes, la hacen sufrir mucho, ya es bastante con su enfermedad para tener que lidiar con los locos de sus padres.
-Pensé que no eran amigos, ¿Cómo sabes todo eso?
-Solo lo sé, por favor, déjame pasar y no los llames -la enfermera suspiró y me sonrió.
-Solo porque no tolero ver a los chicos llorar -toqué mi rostro, en verdad lloraba -Pasa -asentí y pasé la cortina, ahí estaba ella tendida una vez más, me senté a su lado y tomé su mano mientras la besaba.
-¿Qué haces aquí? -su voz débil y cortada inundó mis oídos.
-Me preocupo por ti.
-¿No entiendes?, ya te he dicho que no tienes que hacerlo, ¿Porqué no crees que pueda cuidarme sola?
-Yo te he dicho que me preocupas y no entiendes, te he dicho que te amo y no me crees. Eres necia.
-¡TÚ ERES EL NECIO, PORQUE TÚ NO PUEDES AMAR A ALGUIEN COMO YO!
-¿PORQUÉ NO?
-Por que quien quiere estar con alguien que es una carga, alguien tan inestable y pesada, con alquien que en cualquier momento morirá... Soy un desastre Len, mejor vete, quiero dormir -se dió la vuelta hundiendose entre la ligera sábana que la cubría, salí de la enfermería, ¿Porqué me tuve que enamorar de _____ y no de alguien más?, ya era la hora del descanso, el salón estaba vacío, entré y fui a mi lugar.
-Hola Len -la rubia apareció frente a mi, asentí con la cabeza y seguí hundido en mis pensamientos -¿Te pasa algo?
-Me pasa todo Font.
-Dime Camila, si dices mi apellido siento que hice algo mal -asentí con una ligera sonrisa -Un chico como tú no debería tener tantos problemas -suspiré.
-Yo me involucré en un gran problema, no quisiera aturdirte con mis cosas Camila.
-Vamos Len, puedes confiar en mi -dijo mientras tocaba mi hombro.
-¿Alguna vez te has enamorado? -ella se sonrojó.
-No, pero supongo que es lo más hermoso que te puede pasar.
-Pues supones mal, el la peor basura del mundo.
-¿Te han roto el corazón?
-Si, y lo siguen pateando.
-Déjala ir Len.
-No puedo Camila, la amo, la amo demasiado, no se que hacer, ella está enferma y no quiere que nadie la ayude.
-Len -sonrió -Tal vez no debería decirte esto, pero sería muy egoísta de mi parte no hacerlo, no te rindas, ella te necesita aunque no lo diga o no lo acepte.
-Gracias Camila, eres una buena amiga -ella sonrió y salió del salón y yo detrás de ella, regresé a la enfermería, había una mujer limpiando -La chica.
-¿Qué chica? -preguntó mientras seguía limpiando.
-La chica que estaba en la camilla.
-Se fue -salí de la escuela y me dirigí a su casa, no se me ocurre otro lugar donde pueda estar, llegué hasta la gran construcción y toqué la puerta sin prudencia alguna.
-¡QUINN! -grité -¡TE AMO _____ QUINN!, ¡NO ME ALEJARÉ DE TI POR MÁS QUE LO PIDAS! -la vi asomada en el ventanal -¡SEGUIRÉ GRITANDO HASTA QUE BAJES! -ella retrocedió del ventanal, al cabo de unos segundos entre abrió la puerta.
-¡Largo Len! -gritó, corrí a ella y abrí la puerta mientras le sonreía.
-No lo haré -tomé sus mejillas y la besé, extrañaba el sentir su tacto, tan suave y cálido, nos separamos y ella estaba muy sonrojada, me reí y me dió una bofetada -No esperaba eso más sin embargo creo que me lo merezco -una sonrisa se reflejó bajo su ceño fruncido, su cara palideció y me jaló a su casa, corrimos escaleras arriba cerró la cortina del gran ventanal dejandolo un poco descubierto para ver a través de él, una camioneta se estacionó, varios adultos bajaron de ella y entraron a la casa, me tomó de la mano y abrió una pequeña puerta detrás del cambiador.
-Quédate aquí...
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Le tuve que cortar :v☆ y ♡