Era martes, pero por alguna extraña razón el ambiente estaba muy alterado, en la pizarra había alrededor de unos 25 problemas de cálculo pero parecía que a nadie le interesaba acabarlos, solo estaban enfocados en la campana y mirando al reloj mientras susurraban unos con otros, me levanté de mi lugar y fui al escritorio de la profesora, le extendí mi libreta y ella me sonrió.
-Vaya Len, realmente me sorprendes, sabía que solo era cuestión de que te enfocaras y le pusieras un poco más de dedicación a tus estudios -calificó mi libreta y me la regresó, la recibí ligeramente apenado y regresé a mi lugar, guardé mis cosas y la campana sonó, todos comenzaron a salir apresurados, y solo se escuchaban a medias los gritos de la profesora.-Solo tendrán 10 minutos regresando del descanso para terminar esos problemas -al parecer nadie le había hecho caso, incluso los chicos habían desaparecido, no le tomé importancia y me puse en marcha al salón de Quinn, la cual ya me esperaba balanceándose sobre sus pies, llegué y planté un beso en su frente.
-Hola princesa -ella se sonrojó y tomó mi mano.
-Eres muy cursi Len -bese sus labios rápidamente y ella sonrió.
-Y tú muy tierna, vamos a comer algo -ella asintió y nos dirigimos hacia el comedor.
-¿También en tu salón todos estaban actuando extraño? -comentó Quinn mientras caminábamos.
-Sí, aunque creí que solo era mi idea, ¿Qué crees que haya pasado? -ella levantó los hombros con una cara despreocupada, abrí la puerta del comedor y en este había un gran bullicio, y Piko nos veía de lejos mientras una gran cantidad de personas estaban en su mesa, tomamos nuestro almuerzo y nos fuimos a sentar a la mesa de siempre la cual extrañamente estaba vacía, Quién y yo comenzamos a platicar de trivialidades como siempre cuando se escuchó la puerta del comedor abrirse con fuerza, dejando ver a todos los chicos corriendo hacia nosotros, Miku se sentó a nuestro lado mientras respiraba entre cortada.
-¡Lo conseguí! -dijo a penas audible.
-¿Qué conseguiste? -pregunté divertido mientras los demás se veían realmente agotados.
-¿Cómo que "qué conseguí"? -preguntó Miku molesta haciendo a Gumi reír, se reincorporo un poco y comenzó a hablar.
-Habla sobre la guerra de bandas que se hará en la Lagoon Moon.
-¿Nos conseguiste un lugar? -pregunté entre emocionado y sorprendido.
-Eso dije baby -dijo Miku mientras hacía una pose de diva.
-¿Pero que no inicia la competencia mañana? -comenté extrañado.
-Sí -contestó Luka -Bueno son tres fases, mañana será la primera eliminatoria, el jueves la segunda, el viernes la gran final y el fin de semana se llevará a cabo la celebración de la banda ganadora.
-Pero eso implicaría faltar toda la semana y tendríamos que quedarnos allá, además está como a dos horas de aquí.
-Esos ya no son problemas pequeño shota -exclamó Miku.
-Yo ya me encargue de conseguir el hospedaje con un colega de mi papá, es una casa de playa que está IN-CRE-I-BLE -comentó Kaito emocionado.
-Yo ya conseguí una van para que transportemos los instrumentos y a parte llevaré mi auto para que vayamos cómodos -Dijo Gakupo despreocupado.
-Y yo tengo unos vestuarios divinos -Dijo Luka sonriente.
-Y yo estoy viendo la probabilidad de que nos den permiso de faltar sin tener mayor problema -terminó de decir Gumi.
-Vaya, si que pensaron en todo -dije divertido.
-Así es shota, ahora tu solo debes de afinar esa voz privilegiada que Dios te dió y cantar unas buenas canciones -yo sonreí.