O1.

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"𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒉𝒆 𝒔𝒂𝒊𝒅."

Dazai se acostó al lado de Chuya pensando que él no se daría cuenta, pero Chuya solo se estaba haciendo el dormido.

Su brazo vendado rodeó el torso del hombre pequeño, dándole el calor que tanto le gustaba. Chuya pensaba que Dazai era una estufa en un cuerpo de un humano, ya que el calor que producía era ese que necesitas en las noches más frías de invierno. Un calor que podía derretir el alma y el corazón.

Dazai acercó su cabeza a la de Chuya. Él pudo escuchar como sus labios formaban una sonrisa.

-Te quiero. - susurró sin más.

Chuya se sonrojó inconscientemente ya que él no quería creer más en las palabras que le decía Dazai.

Dazai río a lo bajito en la oreja de Chuya.

-No escuches a este suicida y menos no te enamores de él, siempre está mintiendo, ¿no? - dijo Dazai, como si pudiese leer la mente del pelirrojo acostado. - Sin embargo, ya has hecho las dos cosas.

Chuya abrió los ojos maldiciendole mentalmente, Dazai tenía toda la razón y lo peor es que ya no había vuelta atrás, cosa que a Chuya le daba mucha rabia. Como cuando Dazai le proponía hacer doble suicidio a alguna mujer, o cuando le abandona.

Chuya no odiaba a Dazai, Chuya se odiaba a si mismo por querer a Dazai tanto y perdonarlo cada vez que le hacía daño.

Dazai empezó a acariciar el pelo naranja de Chuya, así ellos dos se relajaban.

-¿Por qué tienes el pelo más bonito que he visto en toda mi vida? Contestame, Chuya, ¿por qué?

Chuya se movió un poco, simulando que seguía dormido.

-Eres un terremoto, Chuya, siempre te estas moviendo. - susurró.

Su mano acarició lentamente, de arriba a abajo el pecho desnudo de Chuya. Un escalofrío recorrió todo el cuerpo del enano e hizo que cogiese aire y lo soltase bruscamente.

Las caricias de Dazai eran una de sus debilidades. Cuando esos dedos largos tenían contacto con alguna parte del cuerpo de Chuya, este se volvía indefenso a cualquier ataque.

-Lo siento. - se disculpó Dazai.

Dazai acomodó la cabeza en el pecho de Chuya, escuchando como su corazón latía con rapidez, cosa que Chuya no podía remediar ahora mismo. Dazai sonrió al saber como se sentía su compañero.

-Perdoname por todo, Chuya, soy un idiota, lo sé, pero soy así. No te mereces que yo te trate así.

Chuya quería llorar. Al escuchar a Dazai quería matarle para que callase y le dejase en paz.

-Estás nervioso, Chuya, ¿por qué? - preguntó Dazai, acariciando su pecho una vez más, y con sus labios, dandole un pequeño beso en él.

Dazai sonrió, abrazándole.

-Chuya, sé que te he dicho mil mentiras, pero puedes creerme que cuando digo que te quiero lo digo de verdad. Yo.. - continuó, a punto de llorar. - Lo siento y te quiero. Te quiero muchísimo.

Después de esas palabras chocasen con la piel de Chuya, Dazai se quedó dormido.

-Y por desgracia, yo a ti también. - susurró Chuya.

nocturne. // soukoku [one shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora