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"𝒏𝒐 𝒐𝒏𝒆 𝒉𝒂𝒔 𝒂 𝒉𝒆𝒂𝒓𝒕 𝒐𝒇 𝒔𝒕𝒐𝒏𝒆."

-No quiero que me vuelvas a salvar la vida nunca más, Chuya.

Las palabras del castaño hicieron que Chuya, su compañero de trabajo, se molestase. Él le dedicó una fría mirada y siguió aguantando el dolor que le producía esa herida hecha por un balazo que tenía en la pierna. Dazai contempló como Chuya se retenía los gemidos de dolor, pensando en que había sido un idiota. Tocó cuidadosamente la pierna del pelirrojo, haciendo que este mostrase una mueca de dolor en el rostro.

-Esto ha sido por tu culpa. Yo no te he pedido que me salvases. - murmuró Dazai, con los ojos clavados en el algodón que curaba un poco la pierna de Chuya.

El herido decidió morderse la lengua y no decir nada, porque si abría la boca después se arrepentiría.

Después de una larga media hora sin hablar ni una sola palabra, Dazai abandonó el cuarto de Chuya, dejándole en su cama estirado. Estaba muy cansado, física y mentalmente, aún así no pudo dormir en casi toda la noche. Su cabeza solo daba vueltas en las cosas que sentía por dentro, en sus callados sentimientos que Dazai le provocaba.

Dazai era un egoísta, solo pensaba en morir, solo quería sentirse bien él mismo dejando a las personas que están a su lado. Eran pocas, sí, pero esas personas le querían de verdad, entre ellas su amigo Odasaku y el que estaba pensando todo esto, Chuya.

¿Cuántas veces Dazai ha salvado a Chuya de morir mientras usaba corrupción? Todas las que Chuya se había visto en peligro, incontables.

Chuya también quería morir. Antes de trabajar con Dazai era lo único que se le pasaba por la mente, la diferencia era que él se emborrachaba día sí y día también para olvidarse de lo oscuro que es el mundo en el cual vive.

Cuando conoció a su compañero las cosas cambiaron, en él empezaron a salir sentimientos más allá de los malos que guardaba. Su corazón empezó a amar a alguien por primera vez en su vida. Dazai fue ese pequeño rayo de sol que le ayudaba a mantenerse bien. Lo triste, y Chuya no tardó en darse cuenta, es que Dazai no sentía lo mismo por él.

Chuya pensó que si Dazai le había sacado un poco de luz de su oscura alma, él también podría hacerlo, pero no fue así.

Chuya lloró esa noche, lloró más que nunca. Y no por el dolor que le provocaba la herida del balazo, eso era algo que ya ni le importaba. Lloraba de dolor, rabia y tristeza.

Chuya no era lo que Dazai necesitaba.

Nadie sabía qué era, ni Dazai mismo lo sabía y tampoco le importaba.

El suicida llegó a su casa sano y salvo, como siempre. Esa noche solo había una cosa que le atormentaba en la cabeza y era el pelirrojo. Dazai sabía perfectamente como se sentía Chuya, pero no podía hacer nada al respecto.

Sabía que Chuya daría la vida por él, porque lo que más le importaba era que Dazai estuviese a salvo.

-Eres un idiota, Chuya. - murmuró Dazai a la nada. - Y yo también lo soy.

Lo que realmente deseaba Dazai era morir y que nadie saliese perjudicado, pero era imposible.

-En verdad te agradezco todo lo que haces por mí, lo que pasa es que no quiero ser egoísta ni contigo ni conmigo.

Dazai continuó hablando solo mientras miraba una fotografía de ellos dos. Chuya llevaba la cara de enfadado de siempre que Dazai le obligaba a sacarse una foto, y el castaño salía con los ojos cerrados, una gran sonrisa y el sombrero del otro.

Esa noche, Dazai tampoco pudo dormir muy bien.

Y es que nadie tiene un corazón de piedra.

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Espero que el 2017 esté siendo bueno para todxs.

Y bien, cambié el título de esto porque el gamgstas paradise digamos que fue como una prueba, no sabía que poner ni nada hasta que un día escuchando la canción de nocturne de eden pensé tanto en soukoku que me dolió el corazón.

Sus kiero.

nocturne. // soukoku [one shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora