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"𝒔𝒐𝒎𝒆𝒃𝒐𝒅𝒚 𝒆𝒍𝒔𝒆."

Otra noche sin estrellas. Otra trago del amargo licor. Otra botella vacía.

Otra noche más sin él.

Ni Dazai sabía cómo había acabado así. Lo único que sabía es que si quería luchar más contra sus sentimientos tendría que seguir haciendo lo que hace.

Su visión empezó a nublarse hace rato y el sofá en el cual estaba sentado parecía que se movía por arte de magia. Tragó saliva. Aún no se le iba de la mente esos recuerdos que quería eliminar de su vida, como si nada hubiese pasado.

Después de todo lo que habían pasado juntos ellos dos, de todo lo que Dazai le había entregado, Chuya había encontrado a otro. Dazai recordó exactamente como se enteró, gracias a Kouyou. El pobre suicida creía que era una broma, no podía ser verdad que estuviese con otro, le era imposible, no le cabía en la cabeza. Pero resultó ser que era verdad.

Dazai, lo primero que hizo al darse cuenta de que no le estaban tomando el pelo, que para Chuya no era más que otro conocido más, fue largarse de su casa. No quería tener ningún contacto con él, no quería verle cada día, no quería sufrir más. Cogió todas sus cosas y se fue a su antigua casa donde ahí podría estar solo.

Todos esos recuerdos venían a su cabeza cuando él estaba más débil por culpa del alcohol. Decidió que sería mejor levantarse del sofá, salir de su casa e ir a tomar algunas copas en el bar de abajo, por lo menos no estaría tan solo como en su piso.

Aunque él lo negase, necesitaba la compañía de alguien para borrar esa amargura que sentía nada más levantarse cada día de la cama con resaca.

Necesitaba la compañía de Chuya. Solo él podía borrar toda la angustia que sentía dentro, pero no iba a ser así, porque ya había encontrado a otro que, posiblemente, le cuidase mejor que el suicida. Ese era Fyodor.

¿Serían efectos del alcohol o es que todas las personas de ese bar llevaban el mismo gorro que ese ruso?
Dazai se sentía observado e intimidado por la gente que consumía en ese espacio cerrado. No pudo evitarlo, y lo primero que hizo fue entrar al baño.

Ahí se topó con un espejo. Se miró en él extrañado, como si de un monstruo deprimido se tratase. Alzó el puño para arriba dispuesto a romper ese reflejo suyo tan realista, pero alguien le estiró del brazo.

-No hagas eso.

Dazai observó al sujeto que le estaba tocando. Era un joven de ojos verdes, con la camisa desabrochada y pelirrojo, como Chuya.

-Dame una buena razón por la que no debería hacerlo.

-Porque si no no podré observar mi belleza, así de simple. - contestó el chico, con una agradable sonrisa.

Dazai cerró los ojos por un momento, pensando que si discute con un narcisista como ese podría acabar peor.

Con poco esfuerzo consiguió despegar a ese pelirrojo de su brazo y se marchó del baño para pedir una copa.

Más alcohol para su cuerpo.

"El vacío que siente mi corazón me lo rellena el dulce, pero a la vez amargo, sabor del alcohol".

Esa era la frase que siempre le decía Chuya a Dazai cuando veía que tomaba más vino de lo habitual. Ahora lo comprendía. Ahora se arrepentía de todo lo que le había hecho sufrir, pero ya era demasiado tarde para pedir disculpas.

Apoyando con su mano su pesada cabeza, sentía como sus párpados se iban cerrando lentamente.

Salió del bar.
Y les vio entrar.

Fue como si el tiempo se hubiese detenido para el suicida. Se quedó paralizado. Tan solo con oler la fragancia de Chuya, que se había quedado impregnada en sus fosas nasales, su corazón empezó a latir con fuerza y rapidez, como si quisiera explotar. Todo se paralizó hasta que se dio cuenta de que estaba en el suelo, ya no tenía su pulso retumbando en el tímpano, sino un molesto pitido producido por su caída.

-Otro día no nos mires así.

Dazai consiguió oír la voz de quien, supuestamente le había pegado, y junto a eso, llevarlo al suelo. Seguido de esto, el suicida se levantó, se sacudió un poco el abrigo y decidió irse a casa, pero no a la suya, a la de Chuya. Llegó en un cuatro de hora a su destino, tardó un poco más de lo habitual por el estado de borrachera en que se encontraba.

Detrás de su piso estaba aparcado el coche del pelirrojo. Dazai se acercó al vehículo con una sonrisa llena de pena en sus labios, buscó la copia de las llaves del coche, lo abrió y se metió ahí dentro.

Chuya era el que siempre conducía, porque a Dazai se le daba fatal y el otro pasaba de arriesgar su vida cuando cogían el coche.

-Veo que aún usas esta colonia. - dijo Dazai para sí mismo. El olor de ese perfume era cada vez más potente para su cerebro que cualquier droga. - Elegí bien. Tampoco he cometido tantos errores en esta vida, ¿no? al menos, yo me arrepiento de pocas cosas. Pero sin duda, si hay algo que deba de arrepentirme, es de lo que hizo que me dejases por ese ruso.

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¿¿¿¿Otro song fic???? Eso parece. Adoro esta canción.

Súper cliché de Fyodor x Chuya.. PERO ¿QUÉ ME DECÍS DE LA APARICIÓN DE TWAIN? JAJAJA. Shippeo Twazai / Dazain(? los dos bien versátiles. ¿Qué hago con mi vida? Error 404 vida not found.

Nada más que decir, de nuevo os invito a escuchar la magnífica canción de the 1975 llamada como este fic. Y que muchísimas gracias por todo el apoyo, de verdad.

TTYT.

nocturne. // soukoku [one shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora