CAPITULO 3

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-Dan, ¿me recuerdas, como te sientes?

Un flashback recorrió mi mente y me dio un escalofrió.

Los vagos recuerdos de lo que paso hace no sé cuánto tiempo me cayeron como un balde de agua fría.

Asentí suevamente, el doctor Theon me regalo una cálida sonrisa.

-Dan, nos preocupaste mucho. ¿Cómo te sientes?

Perfectamente asustada, gracias.

-Vamos Dan, ayúdame un poco, pronto podrás irte a tu casa, solo necesito que me hables por favor.

Tengo mucho miedo, no puedo pronunciar ni una sola palabra.

No recuerdo una mierda.

Pasaron los minutos y cada vez el silencio se hacía más ensordecedor hasta que la puerta de la habitación blanca se abrió dejando ver a dos hombres.

-Dan, ¿recuerdas a los doctores Sam y Dante?

Volví a asentir

-Eso es genial, esta vez no te vamos a tocar, ¿Te parece?

Lo mire fijamente tratando de descubrir si era verdad o mentira

-¿Dan, aceptas? Solo queremos hablar, no somos muy sociables aquí en este lugar.

Moví mi cabeza en asentimiento. No estaba segura y tenía mis dudas pero si algo sucedía ya tenía perfectamente planeado que hacer.

-Muy bien, ¿Quién empieza?

Sam dio un paso hacia delante

-Hola Dan. Como ya sabes mi nombre es Sam Clark y me gradué de Harvard, supongo que tendrás algunas dudas, tu cuerpo de duele y aun no sabes por qué, así que

-Heyy, hola Dan me llamo Dante Kahler

Sam lo miro confundido y él le hizo un gesto para que se callara.

-Mucho gusto Dan, te voy a contar un poco de mi vida- dijo muy risueño- cuando era pequeño mi sueño siempre fue ser exitoso, te confieso que al principio quería ser Zac Efron, no me culpes por ello todas querían estar con el- Solté una pequeña risa, lo que sorprendió a todos en la habitación blanca- pero ese no es el caso, descubrí que mi verdadera pasión era ser Psicriata, porque a quien no le gusta reírse cuando las personas se arrancan los pelos del cabello

-¡Dante!- Los doctores Sam y Theon dijeron al unísono.

Esta vez sí solté una gran carcajada, la cual impresiono a Theon y Sam, pero no a Dante, el cual cómodamente se subió a la cama en donde estaba acostada y se sentó frente a mí como chinito, lo cual raramente no me incómodo. Trate de acomodarme para darle más espacio pero fue inútil.

-Sam, Theon ¿Dónde están sus modales? La señorita esta incomoda.

El doctor Theon se acercó rápidamente hacia mí, no antes sin darme una mirada aprobatoria para que pudiera tocarme. Lo aprobé.

Una vez más cómoda, Dante prosiguió.

-¿Sabías que la mejor medicina es la risa? Pero siguiendo con mi grandiosa historia, muchos decían que jamás lo iba a lograr y tenían razón nunca lo logre- Le di una mirada muy confundida- Mentiras, si no lo hubiera logrado no estaría hablando contigo, es obvio.

Volví a reír

-Y bueno, supongo que es eso. Tengo 22 años, si lo sé, soy el más joven, pero eso no significa que sea el más inmaduro.

-No, que va. Dices eso mientras te sientas como chino en la cama de una paciente- respondió Sam.

-Ahora es tu turno Dan, cuéntame de ti.

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