Parte Dos
>>Dragones, tenían que ser dragones. ¡Oh, Circe bendita!, porque yo, que hice tan mal que ahora tenga que sufrir una muerte tan lenta y dolorosa<<, eso es lo que pensaba Halima mientras compraba todas las armaduras, armas, accesorios e items que se podía costear y llevar de las pequeñas tiendas que existían en el pueblo.
—Creo que estamos listos ―dijo Kerman, comprobando que su nueva armadura estuviera bien puesta y acomodada―. Nos enfrentaremos a un dragón ¡Que hazaña más gloriosa!, será una lucha dignas de héroes.
—Sí, digna de héroes muertos ―refunfuño la pelirroja, mientras Odette se le acercaba y le entregaba la cantidad de items que debía cargar.
—No seas tan pesimista, Halima ―dijo la curandera que había escuchado sus quejas―, seguro que no será tan fuerte ni tan malo......
—¡Oh, vamos!, es un dragón ―gruño Halima― SON FUERTES Y SIEMPRE SON MALOS...―recalcó.
—Debemos irnos ―habló Dardo, mientras guardaba las dagas envenenadas que Odette había comprado para él, al ver que ya todos estaban lo más listos que podían.
Haciendo caso de la sugerencia casi orden del ninja, todos salieron de la tienda de ítems, que había sido la última parada del grupo, pero cuando estuvieron afuera solo Halima siguió adelante, mientras el resto del grupo se rezagaba y comenzaba a cuchichear por lo bajo.
—¿Y ahora qué pasa? ―preguntó Halima fastidiada al ver como la ignoraban.
—Esto... bueno ―comenzó Kerman, pero sin saber cómo continuar.
—... ―fue el nulo aporte de Dardo, que al parecer no encontraba palabras apropiadas para lo que deseaba decir.
—En realidad... ―dijo Odette, observando a sus dos compañeros y resignándose a tomar la batuta de la conversación―, supimos que la semana pasada fue tu cumpleaños...
—¿Cómo lo averiguaron? ― preguntó Halima anonadada, pues era una de las cosas que escondía celosamente sobre su persona―. ¡Tú! ―gritó furibunda, al ver que Dardo reaccionaba con incomodidad cuando posó sus ojos en él―, no tienes derecho a indagar mi vida privada...
—Cálmate, cálmate... ― trató de apacigua la rubia, lográndolo a medias―, solo queríamos que tuvieras esto de regalo...
Odette extendió un paquete alargado que llevaba escondida dentro de su túnica y se la entregó a la hechicera, está la abrió y encontró una vara mágica de color plateado brillante, que era totalmente nueva.
—Una vara de platino ―dijo Halima reconociendo el objeto―, pero es muy caro ―agregó mirando a sus compañeros, mientras estos se sonreían ya que se le notaba en el rostro que estaba muy sorprendida.
―Es una forma de hacerte saber que te apreciamos, que sabemos que trabajas mucho para que este grupo funcione y que estamos seguros que eres una de las mejores y más capaces hechiceras que podríamos encontrar ―declamó Odette, mientras que cada palabra era asentida por sus compañeros.
El gesto de los muchachos llegó al corazón de Halima y se sintió conmovida ―pero esto jamás lo iba reconocer, como el hecho que era una completa cobarde―, con esta acción se habían ganado su buena voluntad y la joven se sintió tonta al entender que se había dejado llevar por muchos prejuicios con sus compañeros, aún así contuvo las terribles ganas de llorar que tenía y carraspeó para que no se le notará la emoción en su voz.
—Gracias, chicos ―habló, mientras ocultaba su rostro ya que ella sabía que en su mirada se traduciría muy bien todo lo que sentía en ese momento―, pero es hora de irnos, tenemos una misión que cumplir ―dijo mientras se encaminaba en dirección a la montaña.
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Desaventuradas Aventuras del H-Squad
FantasyHalima es una de las hechiceras de su generación, por lo que fue obliga... digo seleccionada para formar parte del grupo de héroes más fuerte de la Academia Instructora de Salvadores Mundiales (más conocida como la A.I.S.M). Sigue las aventuras de e...