Aventura III, Segunda Parte

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Parte Dos

Halima abrió lentamente los ojos al escuchar un fuerte ruido y se dio cuenta que estaba agarrotada. >>Eso me pasa por dormir en mala posición<< pensó, mientras trataba de acomodarse mejor, pero algo se lo impidió y era que estaba fuertemente atada. >>¡Qué demonios!<< pensó mientras forcejeaba para liberarse.

—Jefa, mire —escucho a un hombre con voz ruda—, se despertó la última— dijo, mientras Halima abría los ojos.

La caravana se había detenido y ella, junto a sus compañeros de equipo, se encontraban tendidos en el piso, apresados.

—Mira que bien —dijo la voz de una mujer—. ¿Se despertó la que tenía este regalito? —pregunto en tono juguetón.

—Sí, jefa —respondió el hombre, ambos estaban fuera del campo de visión de la hechicera.

—Entonces, creo que debemos agradecerlo en persona —fue la respuesta algo sarcástica de la mujer.

Luego de unos segundos la joven hechicera pudo ver a la pareja que conversaba. El hombre era un tipo fornido muy moreno, vestido con ropas de colores pardos y algo ajados, tapaba su boca con una máscara, >>seguro que Odette dice que el conjunto es horroroso y que el hombre no tiene sentido de la moda<<, pensó con cierto grado ironía; pensamiento que confirmó al ver como ella observaba al hombre con disgusto.

Por otro lado, la mujer que llamó >>jefa<<, era una atractiva y curvilínea fémina, también morena y que vestía ropa muy ajustada y que llevaba cierto objeto en las manos con el cual jugaba y que Halima reconoció de inmediato, era su varita de platino.

—Creo que esta es la primera vez que veo una hechicera en una de estas caravanas —comentó mirando a Halima con expresión divertida—, que buena suerte para mí y que mala suerte para ti —dijo para luego reírse a carcajada.

Los ojos de Halima, relampaguearon con furia y desesperación, trató de incorporarse, hasta que finalmente lo logró.

—Devuélveme mi varita —dijo la pelirroja con ira en su voz.

—¿O si no que? — fue la contestación burlona de la ladrona.

Con esta respuesta, Halima no pudo contenerse y realizó algo que nadie pudo preveer, con la fuerza que le proporcionaba la furia de ver en las manos de otra persona su varita preferida, pudo cortar sus ataduras y con >>¡Ahhggg!<<, de inmediato se lanzó contra la mujer frente a ella, está la esquivo a tiempo, pero su rostro demostraba sorpresa.

—¡A los caballos! —grito la mujer, mientras todos sus compinches obedecían.

Halima siguió la persecución incluso cuando la mujer ladrona ya estaba sobre su montura.

—Alcánzame, si puedes —se burló.

—¡Aaarggggg! —fue la respuesta de Halima, pero aún así no pudo alcanzarla... su caballo era muy veloz.

—Hasta nunca, idiota —fue la despedida de la mujer y que dejó a Halima sin saber qué hacer con su ataque de ira.

—¡ARRRGGG! —fue el grito final de frustración de la pelirroja.

Los otros tres miembros del grupo, que habían sido liberados por Dardo —el ninja aprovechó la distracción provocada por la pelirroja—, se aproximaron por detrás con cautela, intuyendo que si hacían algún movimiento imprudente Halima los atacaría, pero al llegar con ella solo la encontraron llorando...

—¡Mi varita! —pedía una y otra vez—. Devuélvanme mi varita.

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—No entiendo cómo pudo suceder todo esto —comentó Kerman frustrado.

Desaventuradas Aventuras del H-Squad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora