De el monstruo que vive en mi cabeza

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Estoy enfermo, o eso creo, no puedo comer nada porque vomito, y si miro a alguien empiezo a llorar. Al escuchar algún grito comienzo a gritar más fuerte. Y Mo se encarga de gritarme a cada rato.

Mamá llamó a papá para que volviera de su viaje a Londres, pero cuando llegó no vino a abrazarme y cuidarme, estuvieron peleando toda la noche sin parar. Según escuche entre los gritos, papá no viajo por trabajo sino por una mujer que no es mamá.

Ahora me siento más solo y con más miedo que antes, mamá llora en el baño, papá fuma en el patio trasero, y yo grito cada treinta minutos desde mi cama.

¿Esto es lo que es capaz de hacer un monstruo? Nunca creí que hacían tanto daño, odio a Mo, y odio pensar en que lo deje ser mi amigo cuando sabía muy bien que era una larva.

Mañana tengo que volver al colegio después de faltar durante una semana entera, pero no creo poder estar en un salón lleno de gente por cinco horas sin gritar ni llorar.

Mamá me dijo que parecía que volví a ser un bebé, me gustaría que fuese cierto, porque si ahora yo fuera un bebé sin pensamientos seguramente no tendría a Mo hablándome y riéndose.