Q

102 17 0
                                    

¿Son los policías? ¿Es mi padre? ¿Mi madre? ¿Bex?
Extrañamente esa voz se parece a todas las voces de esas personas, que fuerte está esto, la adrenalina es la peor droga supongo.

Ya no son sólo mis pasos los que causan chapoteos en el agua sucia, se escuchan a los lejos más y más chapoteos, veloces, como una carrera de la vida y la muerte.

Me rindo amigos, no puedo más.

—No te detengas

Bex esa fuiste vos, sí, reconozco tu voz como la palma de mi mano.

—Estoy muy orgullosa de vos, seguí corriendo, corre vamos.

¿Mamá?

—Alto ahí, detengase ¡es una orden!

Solo corro, huyo, escapo, como un zombie al ver a un cerebro, corro de esta situación, corro de todo, huyo del mundo.

Y de tanto correr quizás salté a un mundo paralelo, porque todo vuelve a ser negro, húmedo, oscuro y goteante de agua que parece sangre.

—¡Bravo! Aplaudan amigos míos, he aquí nuestro erudito.

No lo comprendo, estoy sumamente confundido. Me cuesta pensar con claridad, me pesan los ojos, me pesa el alma vacía.

—¡Esquizoide es un cobarde!

Muchas voces lo repiten sin cesar una y otra vez.

Únete, únete perdedor.

Al ver a ese niño, de ojos oscuros, espalda encurbada, sonrisa perturbadora, rodeado de un ambiente oscuro. Pienso en Mo, en ese juego de las letras, en ese A B C D que jugábamos debajo de la cama, pienso en mi fin, en mi muerte, pienso en ese fin que se ve tan cercano, es como un sentimiento que te florece en la piel (no voy a mentir, estoy asustado)

—Dejenme en paz

—Tic toc— risas se escuchan por doquier

—El tiempo se ha acabado querido Mateo, solo hizo pum y se esfumó—más risas aturdidoras

Las paredes grises, oscuras, negras, esas que a simple vista parecen infinitas, se siente como si se estuvieran cerrando, van a aplastarme.

—Oh no, no podés morir.

No no no no no

Por eso te proponemos algo, esperamos con dulces ansias que quieras aceptarlo.

¡Vive con nosotros! ¡Vamos a quererte como a nadie!

—¡Silencio estúpidos! Vamos Mateo, ¿qué dices? No podemos quedarnos con tu cuerpo, pero vos, tu mente vivirá con nosotros, o sólo conmigo, vamos, quédate. Por siglos, seremos eternos ¡triunfaremos sin cesar! vendrán más reclutas, como vos, con el tiempo.

Anímate, sí sí sí

No hay tiempo para pensar.

Una imagen aparece en una de esas paredes húmedas, son mis manos con esposas de metal, es Bex llorando en el hombro de su hermano, es mi padre hablando con un oficial con el ceño fruncido. Es mi vida ahora. Estoy inconsciente, probablemente muerto.

¡No! Me niego a morir.

—No morirás, tontito, todos acá estamos vivos. Recuérdalo, no hay pensamiento tuyos que nosotros no escuchemos.

Esquizoide, así se llamaba, entonces me doy cuenta de algo muy importante que estuvo pasando por frente mis ojos, todos esos ecos de voces y risas, son él.

—Así es, pero vendrán más.

No quiero que vengan más, no quiero que este monstruo le haga lo que me hizo a más personas, es una piraña, este lugar es muy similar a una cárcel, mi cárcel personal.

Pero aunque mis contras son muy válidos, hay algo en el fondo, un pro, la sed de sangre insaciable, el querer hacer el mal como una tentación realmente atractiva.

De el monstruo que vive en mi cabezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora