Segunda parte, A

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Estoy frente a multitudes de personas, obteniendo mi premio de alumno destacado. Todos me aplauden y los que no lo hacen me miran con una sonrisa, nadie me llama cuatro ojos.
Entre todas estas personas nadie sabe que tengo un interruptor en la mano, absolutamente nadie sabe que debajo de sus pies hay explosivos. Es sólo parte del espectáculo, den créditos a Mo.

No pienso dar un estúpido discurso, me bajo del escenario y apreto el interruptor.

Boom, boom, fuegos artificiales salen por todos lados. ¿Creyeron que iba a matarlos? ¿yo? no soy un monstruo.

Claramente, algunos sí salen heridos y con quemaduras, pero van a estar bien.

Para no levantar sospechas también me lastimo, mi sangre es agria pero su sabor no me provoca arcadas.
Ahora tenemos algo en parecido con Mo, nos gusta la sangre.

Terminé acostumbrándome a él, ahora es parte de mí, mi amigo, aunque no nos tenemos confianza.

Llegamos a un trato, él no me molesta y yo no hablo de él con los demás. Aceptó sin pensarlo porque es un iluso.

Ahora pienso mejor que él.
Veo a mi madre corriendo hacía mí entre todo el humo, no está lastimada, me abraza fuertemente preguntando mil veces si estoy bien.

Mamá se preocupa por mí demasiado.

De el monstruo que vive en mi cabezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora