Fugas.

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Capítulo II

-Al fin llegas -dijo en cuanto abrió la puerta -anda a mi cuarto y vístete.

-¿Vestirme? -le pregunte con el ceño fruncido -¿vamos a una pijamada? -pregunté sarcástica.

-No, es que no pienso ir a una fiesta con alguien así vestida -me miró de arriba abajo.

Pues tenía razón, todavía estaba con el tonto uniforme de la escuela y sudada por la caminata de mi casa hasta aquí. Todo el camino me queje por la helada que invade la ciudad y lo lejos que quedaba la casa de esta mujer, me dolían los pies. Digamos que caminar, o hacer ejercicio en general, no es mi pasatiempo preferido. Ademas, vive a dos jodidos kilómetros de mi casa.
Ella, a diferencia mía, ya estaba vestida para la ocasión. Un short negro apretado, muy bien adherido a sus largas piernas. Una blusa color cobre que combinaba con el color de su cabello, acompañado de una chaqueta color pastel. Botas que le llegaban hasta sus rodillas del mismo color que su short. Sus ojos verdes resaltaban más con su delineado negro, al igual que sus labios con ese rojo parís.

-Me ducharé -avisé.

En unos cuarenta minutos después ya me encontraba mirándome al espejo admirando aquel vestido negro, apretado, de largo era de a cuatro dedos por debajo de mi trasero y con un escote de corazón, que me prestó mi amiga. Mis converse me acompañaban, no combinaban pero no me importa. Mis ojos azules resaltaban, al igual que Court, por mi delineado negro y el rimel.

-Te tomaste tu tiempo -comentó sarcástica viendo como bajaba de la escalera -vamos
Cenicienta, Eddie nos espera afuera -asentí.

Eddie era prácticamente mi mejor amigo desde que tengo memoria, en la ciudad se lo conocía básicamente como ''el enfermero'', todas las noches va de cama en cama. Él se siente muy orgulloso de su apodo, y no lo culpo, acá todos no enganchan ni a las putas o más conocidas como ''las estaciones de servicio'', abiertas las 24 hrs del día. Por si no lo notaron, acá todos son de dar sobrenombres estúpidos. A veces ocasiona problemas, por ejemplo a Court, son de decirle ''Almeja'': se abre cuando la calentás. Pero ahí siempre estoy yo, para defenderla a muerte, es una de mis mejores amigas con Sally y Eddie. Al final del día nos terminamos riendo por las ocurrencias de los tontos adolescentes con complejos de los típicos abuelos contándoles la infancia a sus nietos y como llamaban a sus amigos. Mi abuela siempre le puso seudónimos a mis amigos, obvio cariñosos. Ya deben notar lo estúpido que es todo esto, pero así es la ciudad. Ni te creas que en 'Saint Raw' son así, solo a los de 'BernardEast' se les ocurre tales estupideces. Pero lo vuelvo a repetir, no me importa. Las jerarquías que se han formado en la ciudad nunca le he echado importancia, a menos que se metan conmigo o mis amigos, obviamente.

Cuando salí, allí estaba el chico con quien tuve mi primera vez por simple curiosidad y diversión.

-Nancyyy -exclamo alargando la y -tanto tiempo -me abrazó.

-Mierda lo sé, doce horas es demasiado -respondí irónica -te extrañe -este rió.

···

Llegamos a la casa, bueno mansión diría yo, del amigo de Court. Sinceramente ni sé quién es. Por fuera había gente durmiendo en el pasto y muchos vasos de plástico tirados color rojo, al estilo norte americano, lo que me hizo rodar los ojos. El amigo de Courtney, ya han de imaginar, es de la zona norte.

-Jesús, pero si recién son las una treinta -susurré al notar lo temprano que era para ya estar tan embriagados como para dormirse afuera.

Al entrar ya note a un grupito de chicas mirándonos de arriba abajo, por supuesto las típicas mimadas engreídas. No dimos ni un paso que ya estaban murmurando cosas entre si. Yo, como siempre, las vi asqueada. Al adentrarnos más pude divisar la puerta trasera, de la cual ni siquiera dude un instante en ir hacia allá, la casa estaba llena de gente en plan ''amorosos'' no quería estar ahí.

Piedad © #AquaAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora