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Secretos.

Capítulo XII

"Nadie querrá saber lo que en secreto tu corazón y tu conciencia ocultan." 

Algo como eso es lo que dice un hermoso poema de Edgar Allan Poe.

¿Quién querría saber lo que me ocurre? Ni siquiera me interesa a mí lo que le pasa a los demás como para que me devuelvan en favor. La empatía o el afecto nunca fueron mi fuerte y esta no fue la excepción.

Era martes, un caluroso martes, un día de mierda que sólo empeoraba y empeoraba. Pero al fin y al cabo, un martes.

Desperté en mi cama por el inexorable calor que había, sorprendente, dado que estábamos a finales de invierno. Cosas del efecto invernadero, calentamiento global, o como le llamen. Mi ciudad es una esfera de clima bipolar. Insoportable.

Pues eso, que estaba sudada hasta en lugares inhóspitos. Estaba toda pegoteada y la ventana cerrada porque en la noche había un frío que le hacía juicio a la Antártida. Tampoco había aire acondicionado en mi casa, no olviden que somos medios pobres si no fuera por mí.

Me levanté frustrada, tomé una toalla de la gaveta y me encaminé para el baño.

En mi casa no hay escalera así que podía deambular sin temor a caer. Aunque puede que con tropezar de vez en cuando.

Ya metida bajo la lluvia, apareció en mi mente, fugazmente, la imagen de Jimmy.

Pobre Jimmy.

¿Pobre Jimmy? Pobre de tu amiga. Bueno... "amiga"

No sé que está ocurriendo conmigo últimamente, es como si un cable se haya despegado de mi sistema y me volví una tonta sensible.

Le corté al instante.

En cuanto escuché su voz lo primero que hice fue cortar y decirle a Eddie que era de la empresa de celulares. Le corté.

Se suponía que mi etapa cobarde, la que no puede lidiar con las cosas, había terminado. Pero desde el día en que mi madre descubrió la cajita con la cocaína todo se fue a la mierda.

Salgo de la ducha y en toalla voy a mi cuarto para cambiarme. Jean negro ajustado, una camisa a cuadros azul oscuro y mis converses. Como siempre, con un delineado en mis ojos. Un nuevo día en la escuela. Un nuevo día en donde le miento a todos, hasta a mi misma.

No tenía ganas de caminar, entonces decidí tomar un colectivo que me deja directo en la esquina de la escuela.

I'm coming up only to hold you under
And coming up only to show you're wrong
And to know you is hard; we wonder...
To know you all wrong; we warn.  

The Funeral comenzó a sonar en cuanto me senté en la punta de los asientos del fondo junto a una anciana que parecía más en la otra vida que en esta. Maldecí en voz baja. 

Momento poco oportuno para canciones deprimentes. Cambié y en el aleatorio salió otra. Miré por la ventana apoyando mi cabeza allí.

Wise men say only fools rush in
But I can't help falling in love with you
Shall I stay?
Would it be a sin
If I can't help falling in love with you?  

Fruncí el ceño y gruñí.

¿Es en serio? Gracias Elvis.

Enojada, bloqueé mi celular y lo guardé en mi mochila junto con los auriculares.

Iba tan ensimismada en el afuera que casi ni me daba cuenta que estaba a una cuadra de la escuela. Apresurada, me levanté y toqué el timbre. Bajé ya estando en la esquina.