CAPÍTULO 9

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Narra Ian
Comencé el camino a casa despotricando contra todo, las cosas simplemente no salían como pensaba que serían, lo peor de todo era saber que ahora ni siquiera veré a Mols, que se ha ido y que quizás Stephen tenga razón, por mucho que me gustaría negarlo no podía sacarla de mi mente, no podría dejar de esperar verla de pie junto al mueble del maquillaje, no podía dejar de pensar en sus pláticas sin sentido de las mañanas... necesitaba que ella siguiera conmigo. Así que en la primera oportunidad que tuve para volver al estudio regresé.
En el estacionamiento había una patrulla, una ambulancia y un montón de gente congregada al rededor de la ambulancia, deje el coche en el primer lugar que vi y bajé extrañado por el evento que tenía en frente, Stephen estaba cerca de la patrulla con una cara de preocupación que me heló la sangre.
-¿Qué ha pasado?-dije cuando estuve lo suficientemente cerca para que me escuchara, se volvió con el rostro pálido y la mirada desencajada.
-La han atacado...-no escuché lo demás, la furia y el miedo corrieron por mis venas, no podía ser cierto, corrí a la ambulancia, estaba sentada en el suelo de la ambulancia con la mirada perdida, no lloraba, no hacía nada, solo estaba ahí con una manta gris; me acerqué a ella y entonces vi su rostro amoratado un sentimiento extraño se adueño, ella dejó de ver al infinito y me miró entonces se levantó, corrió y me abrazó, la estruje contra mi pecho mientras la sentía sollozar, me dolía hasta el alma verla así.
-¿Quién fue?- pregunté cerca de su oído pero simplemente negó con la cabeza enterrada en mi pecho-dímelo, esto no puede quedarse así, Mols.- sin cambiar su postura solo murmuró:
-Déjalo así-levantó su mirada aguada y me miró-por favor- entonces desvió su mirada y un escalofrío la recorrió al tiempo que su mirada demostraba pánico, inmediatamente me volví y lo vi: el chico que era el amante de Nikki estaba de pie al frente de la multitud con una mirada, que casi podria apostar a que era fingida, de preocupación. La sangre me hirvio en las venas, entonces Mols se dio cuenta de que sin querer me había dicho quién había sido entonces colocó sus manos pequeñas en mis antebrazos para que la mirara; sus preciosos ojos me mostraron un pánico que me provocó más rabia contra Nikki y su idiota.
...
La policía se fue y la ambulancia le dijo que solo no se durmiera hasta pasadaa cuatro horas. Ella se veía perdida sentada en el copiloto de mi auto, me dirigía hacia ella cuando Nikki me tomó del brazo y dio un tirón para que me girara y la enfrentara.
-¡¿A qué se supone que juegas?! Me dejaste ahí tirada en la entrada esperándote- me safe de su agarre.
-Si no quieres que monte una escenita, donde diga lo de tu imbécil del staff,te irás solita- dije en un tono lo suficientemente bajo para que nadie más escuchara-dile que te lleve en el transporte público- me di la vuelta y fui al auto, esperé a que Mols se subiera completamente y luego cerre la puerta aún furioso por el encuentro con Nikki, Mols llevaba la vista perdida, se veía pequeña y asustada, me dolía el cuerpo de saber que ella estaba así, me había encariñado de esa joven que había llegado como un reemplazo...
-¿A dónde vamos?- su voz sonaba vacía y pequeña.
-Vamos a pasear por ahí- su mirada se posó en mí, vidriosa mirada poblada de dolor-vamos, dicen que la cuidad por la noche es otra- se encogió de hombros y miró por la ventana.
-¿Desde cuándo?- murmuró.
-Desde cuando qué-
-Desde cuando te es infiel, Ian, ella está loca- suspiró y se miró las manos entrelazadas sobre su regazo, se veía vulnerable- ella no te merece-su comentario me tomó desprevenido, jamás habría pensado que ella pudiera decir eso.
Abrí y cerré la boca incapaz de decir algo.
-¿A dónde vamos? -volvió a hablar y ésta vez me miró.
-Te llevaré a un recorrido- desvíe la mirada de la carretera y la miré-te gustará, confía en mí- ella simplemente asintió y continuó mirando por la ventana hasta que comenzó a cabecear-Eh Mols- me miró adormilada.
-¿Qué quieres Ian? Tengo sueño-su voz pastosa era adorable.
-No puedes dormirte- le dije simplemente y me detuve en el alto-juguemos-ella me miró aún luchando por mantenerse despierta.
-¿A qué?-
-Veinte preguntas- la miré bostezar y desperezarse un poco.
-Vale, tu empiezas-
-Bien, ¿De dónde eres?-
-De Oregon-su mirada se desvió hacia mí-¿por qué te casaste con Nikki?- su mirada curiosa recayó en mí.
-Pffffff-pasó un rato antes de que pudiera contestar con certeza- porque la amaba-esa era la razón, aunque no la había amado tanto como a Nina pero lo había hecho, aparqué el auto frente a un local de pasta italiana-¿Cómo te enamoraste del imbécil de tu ex?-ella rió sin ganas y me miró.
-Vale creo que es justo-suspiró-empezó como una venganza, su exnovia me odiaba y ella lo dejó por su mejor amigo pero ella seguía dándole alas, comenzamos a salir y surtió efecto pero él ya no quería volver con su ex, se había enamorado de mí según él- se encogió de hombros quitándole importancia- ahora creo que ya es agua pasada...- me miró un momento y luego se giró a mirar por la ventanilla, su mirada estaba empañada, lo sabía así que simplemente me acerqué a ella y la abracé.
-Él no te merecía-murmuré y ella asintió levemente-llegamos- me separé de ella- te gustará lo sé- ella sonrió.
-Confiaré en ti-para mí esas palabras tuvieron un significado diferente gracias a su mirada confiada y dulce...

Al Diablo El Maquillaje Donde viven las historias. Descúbrelo ahora