CAPÍTULO 3

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Narra Molly
Necesito. Un. Trabajo. Estaba harta de que mi padre, si al hombre que admitió que soy su hija se le puede llamar así, me restregase en la cara que todo lo que mi madre y yo tenemos es gracias a su fama, ser hija ilegítima de un maquillista reconocido por la academia no es muy bueno que digamos, nunca pierde la oportunidad de recordarme que él ha costeado mis enfermedades, mis estudios, el techo donde vivo y todo lo demás, por lo que mi urgencia de trabajo no es porque realmente me esté muriendo de hambre o así, es más bien porque quiero demostrarle al muy cabrón que no lo necesito ni a él ni a sus millones que se puede meter por donde más le duela...
El problema es que llevo buscando trabajo desde hace ya más de medio año sin encontrar nada, haber estudiado maquillaje artístico tampoco es que ayude mucho y al haber estado la mayor parte de mi vida siendo una niña de papi no he ganado muchas habilidades útiles para un empleo aunque sea sencillo, un mes atrás me presenté a una cafetería donde pedían camareras sin experiencia necesaria... me despidieron por haberle puesto sal en lugar de azúcar a dueño del local ya que el muy maldito creyó que simplemente podía tocarme el trasero cuando quisiera además de decirme que si le hacía un buen servicio mi sueldo aumentaría un montón... pues bien al imbécil le di café con sal... y allí terminó mi estancia en la cafetería; por lo que he barajeado la idea de pedirle un último favor a mi "papi" está vez le pediría un empleo como maquillista aunque sea en la pantalla chica.
Papá llegó a cenar temprano, como es habitual servimos la cena en silencio y comimos igual, el postre era el momento para las pláticas.
-Y bien Molly ¿cómo te ha ido?-la pregunta de siempre, misma respuesta:
-Bien papá-hice una pequeña pausa y decidí soltar la bomba ahora- aunque he estado pensando y me gustaría trabajar, estoy cansada de estar aquí todo el día-soltó la cuchara con helado sobre el plato y cruzó sus brazos sobre el pecho.
-Pues búscate uno, así dejas de estar de mal agradecida y empiezas a hacer algo por tu cuenta...-siguió hablando pero dejé de escucharlo hasta que dice- por lo que no entiendo porque me dices a mi que quieres trabajar, hay trabajo por todos lados-
-Te digo porque-¿qué decir? La única oportunidad que tenía era usar la excusa de querer ser como él-porque quiero seguir una carrera tan exitosa como la tuya- su rostro cambia inmediatamente a una expresión de orgullo.
-Haré lo que pueda para conseguirte algo-dijo y después se puso a hablar con mi madre sobre los pagos que él tenía que hacer una sensación de triunfo inundó mi pecho, lo había hecho ahora tenía trabajo y en algo que me gustaba de verdad, terminé mi helado de fresas con crema y siguiendo el ritual de la cena me levanté y lavé mis platos.
Al día siguiente
Ya era tarde, otro de mis aburridos y monótonos días terminaría, estaba a punto dd dejar el celular en mi baúl para poder bañarme cuando llegó un mensaje de mi padre:
"Ya conseguí tu trabajo, más vale que lo conserves me ha costado mucho conseguirlo"
¡Yesss! Grité y brinqué, corrí al tocador que se encontraba en el vestidor con el celular en la mano y conecté mi querido equipo sorround al celular, monté mi fiesta escuchando Sugar de Maroon5 , el año anterior mi padre había pagado por boletos VIP para su concierto en L.A. donde además tuve una convivencia, una de las mejores experiencias. Tenía que demostrarle a mi padre que él no tenía que pagar todo lo que yo quería, todo lo que yo necesitase...
El día siguiente fue una cadena de desavenencias que simplemente echaron a perder mi humor:
Esa noche casi no dormí, luego me enteré que tenía que estar en los estudios a las 8 y ya eran las siete y yo no estaba lista,después descubrí que trabajaría de maquillista en una serie de la que nunca había oído y que para colmo tenía que ir a un pueblo.
-¡Julie!-gritó la chica de la entrada a quien le pregunté donde estaba Julie Plec- la maquillista de Ian ha llegado- Julie se volvió y su mirada recorrió toda mi humanidad haciendome sentir desnuda a pesar de tener puesta una remera verde olivo, unos pantalones café claro de pitillo y mis botas militares café oscuro sin contar mi querido cinturón de brochas profesional color morado.
-Eres Molly Hopkings ¿Verdad?-sonrió y yo simplemente asentí- eres idéntica a tu padre- joder ella sabía que él era mi padre- acompañame te presentaré a Ian, te aviso que últimamente ha estado de mal humor pero usualmente es todo un caballero-caminamos a la interperie un poco hasta llegar a la pancarta camerino, el set era bonito debía admitir-Ian te presento a Molly Hopkings tratala bien, debido a tu reciente actitud tuvimos que contratar una nueva maquillista porque nadie quiso lidiar contigo-
-¡Hola Ian!-dije sonriendo, debía mostrarme feliz, eso era parte del trabajo o eso aprendí...
-Hola Molly puedes simplemente comenzar, no tengo ganas de saber si este era tu sueño dorado o si soy tu artista favorito o cualquier otra chorrada-concluyo y yo simplemente me reí.
-Vaya que tienes yn humorcito y para que te lo sepas-dije al tiempo que empezaba a tomar cosas del tocador y mi cinturón-este no es mi sueño dorado, tu no eres mi artista favorito, me importa muy poco lo que pienses y acepté este trabajo, a diferencia de lo que piensas, porque necesito el dinero- concluyó al tiempo que me colocaba polvo para la cara-abre la boca- la abrí impresionado por lo que dijo y por la manera de trabajar de ella, a pesar de ser mujer era bastante ruda al maquillar y mover mi rostro para hacerlo- Ya estás puedes irte- dijo quitándome un papel que había colocado en el cuello de mi camisa.
Cuando por fin se fue me pude reír de mi venganza: le dejé los labios rojos, ahora solo restaba esperar a que volviera probablemente muy enojado por mi pequeña venganza, ahora entendía porque nadie quería trabajar con él...

Al Diablo El Maquillaje Donde viven las historias. Descúbrelo ahora